Jordi Llauradó, directivo responsable del Espai Barça, deja su cargo dos días después de la adjudicación de las obras del nuevo Camp Nou a la empresa constructora turca Limak Construction. Llauradó es el único miembro de la junta directiva del club azulgrana que procede del sector de la construcción. Pese a ello, no participó en la reunión donde se votó la elección de Limak ni delegó su voto a otro compañero.
El hasta ahora máximo responsable del proyecto seguirá manteniendo su cargo en la junta directiva del Barça y en la Fundación del FC Barcelona. Llauradó habría dado este paso al lado argumentando que el Espai Barça requiere mucho tiempo de dedicación y él ya no puede hacerlo compatible con sus compromisos internacionales, según ha adelantado La Vanguardia.
Con Llauradó al margen del Espai Barça, la nueva cara visible de la directiva dentro del proyecto de remodelación será, probablemente, Elena Fort, según apunta el citado medio. En lo que respecta al liderazgo ejecutivo del proyecto, el hombre fuerte seguirá siendo Joan Centelles, que en su día estuvo dentro del equipo dirigente del Reus, club que terminó desapareciendo.
Jordi Llauradó deja de ser el directivo responsable del Espai Barça, pero seguirá en la junta del club
Además de vocal en la junta directiva del Barça, Llauradó es socio y senior partner de ACI Capital Partners, fundador y socio de MET Constructora, socio y vicepresidente del Consejo de Administración de Civitas Pacensis y socio y miembro del Consejo de Administración de PHI 4 Technology. De la puja ya se habían caído Vinci, Sacyr o ACS.
Fundada en 1976, Limak Construction ha construido aeropuertos, autopistas, plantas hidroeléctricas y oleoductos. De momento sólo ha participado en la construcción de un estadio, el Mersin Arena de la ciudad de Mersin, en Turquía. El recinto tiene una capacidad para 25.500 personas y fue inaugurado en junio de 2013. Esta empresa turca se impuso a dos importantes asociaciones de empresas constructoras: una formada por Ferrovial, Acciona, Copisa, Sorigué, Copcisa y Rubau, y otro por FCC y Comsa.
A finales de 2021 los socios del club aprobaron en referéndum este plan, que supondrá una inversión de alrededor de 1.500 millones de euros. La operación se pagará en 35 años, con una fecha límite de 2057 y un período de carencia de los primeros cinco años, en los que solo se pagarán los intereses. Hace más de un año se pretendía que dichos intereses fueran de entre un 3% y un 4%, pero con la subida de tipos de interés la operación de deuda, que aún no está firmada, podría encarecerse.
Los trabajos de demolición empezaron el pasado noviembre aprovechando el parón del fútbol de clubes provocado por el Mundial de Qatar. Entonces, la entidad catalana aprovechó para derribar parcialmente la tercera gradería de la zona de Gol Sur, con una inversión de 4,6 millones de euros.
De cara a los próximos meses, el Barça tiene previsto iniciar una segunda fase de la obra en la que se procederá al desmantelamiento del restante de la estructura. El club cifró en 93 millones la pérdida de ingresos por matchday con la mudanza temporal a Montjüic.
A la vuelta al reformado estadio, en noviembre de 2024, con un tope el 70% de aforo, la entidad blaugrana sufrirá una merma de 38 millones durante esa temporada. Sin embargo, el club prevé sumar 151 millones extra por matchday en 2025-2026, ya con el 100% del aforo.