Estados Unidos es el mayor mercado de consumo, y el baloncesto uno de los deportes a través de los que impactar mediáticamente de forma masiva. Y en ese escenario, no es de extrañar que Red Bull haya activado las negociaciones para entrar por la puerta grande del último deporte con impacto global que le falta por conquistar. La compañía austríaca de bebidas energéticas está negociando su entrada en la NBA para hacerse con el nuevo equipo que la competición tendrá en Las Vegas. Su principal rival en la puja serán los fondos Redbird y Fenway, con LeBron James como socio minoritario, que llevan más de tres años trabajando en una propuesta conjunta para adquirir el equipo de expansión que se otorgue en la ciudad de Nevada. El valor de la nueva franquicia oscilará entre 5.500 millones de dólares y 6.000 millones de dólares (5.130 millones de euros y 5.597 millones de euros), según Bloomberg.
Si bien el proyecto de Red Bull todavía está en una fase inicial, el gigante de gran consumo se encuentra muy bien colocado para hacerse con la nueva franquicia. A su favor juega su expertise en la industria del deporte y su amplio portfolio de equipos y competiciones, así como su capacidad para realizar activaciones y cruzar deportes con territorios como la música y la cultura urbana. El propio Garry Cardinale, fundador y consejero delegado de RedBird, reconoció a finales de 2023 que era más escéptico respecto a sus posibilidades de hacerse con un equipo de expansión en la NBA. “No sé si podremos lograrlo”, advertía entonces. El fondo empezó a trabajar en esta posibilidad cuando la valoración de una franquicia en la liga norteamericana de baloncesto era de alrededor de 3.000 millones de dólares, casi la mitad que en la actualidad.
A Red Bull se le han abierto de par en par las puertas de la NBA, con la ventaja de que parte de estas inversiones en propiedades deportivas forman parte de su presupuesto anual en marketing. Y este es un mercado especialmente competido, con multitud de marcas de nueva generación que intentan competir en el segmento de las bebidas energéticas en alianza con creadores de contenido y otras organizaciones deportivas. Hasta ahora, su principal relación con el deporte de la canasta era el patrocinio de una decena de jugadores profesionales entre los que destacan el jugador de los Indiana Pacers, Pascal Siakam, y el del Real Madrid, Džanan Musa.
La NBA le daria a Red Bull impacto global en televisión y un fuerte seguimiento en Estados Unidos
Su entrada en la liga estadounidense de baloncesto le permitiría completar la lista de grandes competiciones en las que está presente, con la ventaja de que tiene impacto global en televisión y un fuerte seguimiento a nivel nacional. Son dos atributos que, por el contrario, no puede sostener con los New York Red Bulls, la franquicia de la MLS que adquirió en 2006 y que es ahora cuando empieza a coger tamaño gracias a la llegada de Leo Messi al país y la celebración del Mundial en 2026.
En el mundo del fútbol, la compañía ha vuelto a poner el foco en Europa, y hace menos de un mes entró como accionista minoritario en el Leeds United de Championship, segunda división inglesa, con el objetivo de consolidar una plaza en la Premier League. Allí será patrocinador principal y gozará de una amplia visibilidad, tanto en el frontal de la camiseta como en el estadio.
Con su llegada a Elland Road, se espera que Red Bull incorpore su particular forma de gestión basada en el concepto do it yourself (hazlo tú mismo, en castellano), que ha aplicado desde red bull marketisus primeras inversiones en los deportes extremos hasta la actualidad. En el deporte rey, ello le ha permitido construir una pirámide de clubes en la que hasta ahora sobresalía el RB Leipzig, como principal representante en el Big-5 de las ligas europeas.
El club alemán se ha nutrido a lo largo de su historia del Red Bull Salzburg de la liga austriaca, país de origen de su fundador, Dietrich Mateschitz. Las operaciones entre ambos clubes son constantes y, al tratarse de una liga menor, el club austriaco ofrece de saque una ventana a Europa a jóvenes talentos de numerosos países. Otro de los grandes mercados futbolísticos en los que está presente es Brasil por medio del Red Bull Bragantino.
De los deportes extremos a desembarcar en el ciclismo y el pádel
Más allá del fútbol, la cartera de inversiones de Red Bull en la industria del deporte no ha dejado de crecer. La marca se hizo un hueco en la industria a través de los deportes minoritarios o extremos. Una manera de conectar con el carácter outsider con el que se había posicionado desde su origen. La estrategia buscaba conectar con el público joven, al que ya había identificado como su target.
Red Bull no desvela la inversión realizada en su actividad publicitaria. Tampoco se conoce el número de espectáculos deportivos que esponsoriza, aunque se estima que sólo en los denominados deportes extremos supera los 500 anuales. En su catálogo hay competiciones que van desde el salto base, paracaidismo, kitesurf, windsurf, motocross, rallys, snowboard, skate y una amplia amalgama más de modalidades minoritarias.
Red Bull cerró este año la compra del equipo Bora-Hansgrohe de ciclismo y se convirtió en patrocinador de Premier Padel
Para el gran público, sin embargo, una de las competiciones en la que más veces se repite el nombre de la marca es la Fórmula 1. Allí ha creado una escudería ganadora que compró por 110 millones de dólares y que genera 385 millones impulsada por su negocio comercial, en parte cubierto por la propia Red Bull. Hoy la cuota de entrada al Gran Circo se estima en unos 600 millones de dólares. En España, este verano también sonará Red Bull: es co-title sponsor del equipo Alinghi de la Copa América de vela que se disputará en Barcelona. Para el desarrollo del barco se han usado ingenieros de su equipo de F1. También tiene presencia en MotoGP como patrocinador de la escudería KTM, y de pilotos como Marc Márquez. Aún así, su contrato con el piloto de Cervera está en el aire a partir de la próxima temporada tras su fichaje por Ducati, que tiene a Monster como bebida energética oficial.
Asimismo, Red Bull fue una de las primeras propiedades deportivas que creó su propia productora (Red Bull Media House), presente en casi 200 países. Ahora la compañía explora nuevas audiencias y disciplinas. Ya está en el freestyle o el break dance (que será olímpico en París 2024), y este mismo año ha anunciado un acuerdo clave en el ciclismo, con la compra del equipo Bora-Hasgrohe (WorldTour), mientras que en el pádel ha firmado como patrocinador y socio del Premier Padel, heredero del World Padel Tour.
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