Red Bull Racing mantiene estable su inversión en la Fórmula 1. La escudería controlada por la marca de bebidas energéticas cerró 2019 con unos ingresos estables en torno a 245,4 millones de libras (269 millones de euros), apenas un 2% más que en el ejercicio anterior. Eso sí, mantuvo la disciplina de gasto para salvar el beneficio neto, de 618.000 libras (678.000 euros).
La gestora del equipo incluso redujo sus gastos deportivos en un 2%, hasta 237,3 millones de libras, mientras que los costes administrativos subieron, de 4,6 millones a 7,1 millones de libras (de 5 millones a 7,8 millones de euros), según las cuentas hechas públicas en el Registro Mercantil de Reino Unido.
Red Bull no desglosa las fuentes de ingresos, aunque se da por hecho que el grueso de la facturación procede de los patrocinadores, en especial del de su máximo accionista. También recibe ingresos por los premios económicos que paga la Fórmula 1 a las escuderías en función de sus resultados.
“Los gastos permanecen bajo control y el equipo está atento a las adaptaciones necesarias para los nuevos reglamentos financieros que entrarán en vigor en 2021”, señala la dirección encabezada por Christian Horner. “Los directores consideran que el rendimiento de la competición, el rendimiento de los campeonatos y una base de costes controlada son los principales indicadores clave de rendimiento para evaluar el progreso hacia los objetivos estratégicos”, añade.