El Real Zaragoza ha conseguido salvar los dos ejercicios que más fuertemente se han visto impactados por la pandemia. Aunque con una caída del 50%, el club de LaLiga SmartBank cerró 2020-2021 con un beneficio neto de 2,97 millones de euros pese al impacto de no poder abrir La Romareda, pero la lenta recuperación del negocio le privará de repetir gesta en 2021-2022: si no hay una mejora de las previsiones, el curso se cerrará con unas pérdidas de 2,52 millones de euros, según la información remitida a los accionistas y a la que ha accedido 2Playbook.

Este escenario no es nada favorable para la entidad, que venía de encadenar siete años consecutivos en números negros que le habían permitido reducir su nivel de endeudamiento, aún muy elevado. De hecho, y ante la previsión de que pudiera darse una situación tan adversa, el equipo de fútbol solicitó con éxito una modificación del convenio de acreedores, con tal de estirar, de 2025 a 2030, el calendario de pagos de la deuda concursal, de 24,7 millones.

Esta es la principal losa del conjunto maño, cuya deuda neta a cierre de 2020-2021 aún ascendía a 64,66 millones de euros pese al trabajo de los últimos tiempos. De este importe, unos 15,85 millones se corresponden a la Fundación Zaragoza 2032, liderada por César Alierta y que en los últimos meses ha estado negociando la venta de la mayoría accionarial a un grupo inversor.

El difícil ejercicio dibujado por la dirección del Real Zaragoza parte del principio de que los ingresos tardarán un tiempo en recuperarse. Especialmente todo lo relacionado con el negocio vinculado a La Romareda, cuyo cierre en 2020-2021 se tradujo en la pérdida de cuatro millones de euros por competiciones y por cuotas de socios y abonados.

La imposibilidad de activar algunos contratos de patrocinio en día de partido y las dificultades de muchas marcas locales provocó un retroceso del 12% en el área comercial, hasta 2,62 millones de euros. Esta situación se agravará aún más en 2021-2022, para la que se contempla una caída adicional del 50%, hasta 1,26 millones, pese a la renovación de sus principales patrocinadores.

Los derechos audiovisuales aportaron 9,52 millones de euros, un 16% más, pero esta temporada aportarán sólo 7,6 millones, el importe más bajo de los últimos cuatro ejercicios por el impacto de los malos resultados deportivos de los últimos cursos. Otro elemento clave para entender las pérdidas presupuestadas para 2021-2022 es la baja aportación de los traspasos, con los que ya se ha asegurado 1,4 millones, frente a la media de 6,7 millones de los últimos dos cursos pandémicos.

Pese al descenso de ingresos que se produjo en el último año, el gasto en personal se incrementó en un 11% interanual, hasta 10,96 millones de euros, aunque es un alza no vinculada a la plantilla deportiva. La masa salarial, que incluye salarios y amortizaciones de jugadores, se contrajo en más de medio millón de euros, hasta 8,07 millones. Para 2021-2022, este importe se rebajará a 7,19 millones para no agravar las pérdidas previstas.

En cuanto a los gastos de explotación, lo cierto es que la caída de ingresos asociados al estadio se pudo compensar parcialmente con unos menores gastos de explotación; estos se recortaron un 30%, hasta 4,28 millones de euros, si bien esta campaña subirá a 5,45 millones en línea con la reapertura del recinto deportivo.

Sobre la operación con CVC, el consejo de administración sostiene que “asegura un flujo de efectivo positivo”. La previsión es que reciba algo menos de 10 millones de euros a invertir en infraestructuras, cancelación de deuda y plantilla.