El Real Zaragoza entra en pérdidas mucho tiempo después. Lo hace tras ocho años en los que, bajo el liderazgo de César Alierta y su grupo de principales accionistas, la entidad siempre había generado beneficios, principalmente, ajustando el gasto en plantilla a los ingresos de la Segunda División, aunque ello mermara en las aspiraciones de ascenso. Sin embargo, esta última campaña, no obtuvo grandes plusvalías por traspasos y disparó un 48% los gastos de explotación, lo que derivó en unas pérdidas de 494.000 euros, según las cuentas a las que ha accedido 2Playbook. Para esta temporada, la entidad que lidera ahora Jorge Mas prevé recuperar la rentabilidad y ganar 449.000 euros.
El negocio ordinario no fue la razón de los números rojos, ya que subieron un 10%, hasta 16,9 millones. La reapertura de La Romareda permitió al club maño duplicar los ingresos por abonados y socios, hasta 3,7 millones de euros, cifras parejas a las de 2017-2018. Por televisión, la principal pata de negocio, la factura cayó un 19%, hasta 7,7 millones. Sin embargo, en este punto hay que recordar las periodificaciones de ingresos audiovisuales que se llevaron a cabo en pandemia, trasladando ingresos de la 2019-2020 a 2020-2021. Asimismo, esta merma fue compensada en parte por los 701.138 euros facturados por competiciones y la mejora, en medio millón, del negocio comercial, que superó los 3 millones por vez primera desde 2016-2017.
En el gasto se encuentra el déficit final del Zaragoza. Y más concretamente, en los gastos de explotación, que alcanzaron los 6,3 millones de euros, dos millones más que un año antes. Dos millones que se anotan en el epígrafe de servicios exteriores, que aúna diversas actuaciones. De hecho, los gastos de personal –donde se incluyen los salarios de la primera plantilla– menguaron un 3%, hasta 10,6 millones de euros.
De cara a la presente temporada, el presupuesto corrige estas alteraciones. En primer lugar, en la parte de ingresos se incrementa con la vuelta de las plusvalías por traspasos (vendió a Pep Chavarría al Rayo Vallecano por 1,8 millones), clave para la vuelta a beneficios. Además, prevé crecer el negocio ordinario, hasta 17,2 millones, con una mejora de la partida de abonados y socios, que debe alcanzar los 4,2 millones, volviendo a las cifras que manejaba justo antes de la pandemia. El gasto en plantilla deportiva se situará en 9,1 millones de euros, que sumado al personal no deportivo dejará el coste del personal en 11,6 millones de euros.
Por otro lado, la última ampliación de capital de 6,4 millones que se hizo en verano con la entrada de Mas y su grupo permitió pagar toda la deuda pendiente con la AEAT (unos 5,1 millones) y reducir la deuda neta, de 64,66 millones a 49,99 millones de euros. En este punto cabe destacar el recorte de la deuda a corto con clubes, que pasó de 2,98 millones a 195.000 euros, y que ha permitido al club recuperar algo de oxígeno en tesorería, con 2,8 millones al cierre del pasado ejercicio.