El Real Valladolid ya evidencia en su negocio su vuelta a LaLiga Santander. El club blanquivioleta, propiedad de Ronaldo Nazário, casi triplicó su cifra de negocio, hasta 30 millones, aunque insuficiente para mantener la rentabilidad en el primer semestre de 2022-2023, que cerró con unas pérdidas de 10,6 millones de euros, según detalla el club en los estados financieros intermedios analizados por 2Playbook Intelligence, la unidad de inteligencia de mercado de 2Playbook. Pese a ello, la entidad confía en cerrar en positivo el ejercicio, probablemente, con el traspaso de futbolistas: “Tenemos posibilidades de venta que no se han realizado (en el mercado de invierno) y que se pueden acometer”, explica a este medio David Espinar, director del gabinete de Presidencia del club.
El motivo de los números rojos se desgrana en tres claves: la ausencia de la ayuda al descenso (13,7 millones a 31 de diciembre de 2021), que se contabilizó en otros ingresos de explotación el curso pasado; el fuerte incremento del gasto en personal deportivo, que se dobló, hasta 24 millones de euros, y la falta de traspasos. Además, el mayor porcentaje de los ingresos televisivos –primera línea de negocio– se perciben en la segunda mitad del curso.
El pasado ejercicio, la venta de Marcos André al Valencia CF le generó una plusvalía de 6,8 millones, pero esta partida se quedó a cero en esta primera mitad de temporada. De aquí al 30 de junio, la dirección necesita generar 5,3 millones con la salida de futbolistas. Uno de los que podría dejar el Pucela es el canterano Iván Fresneda, cuyo nombre ya se relacionó con la Premier League en el mercado de invierno.
En cuanto al negocio ordinario, el regreso de la entidad vallisoletana a Primera División le permitió facturar 20 millones por televisión, que copó dos tercios de la cifra de negocio, por los 6 millones que ingresó por abonados y socios, casi el triple que en el mismo periodo del curso anterior. Mientras, el negocio comercial dobló su aportación, hasta 3,5 millones de euros. En ello ayudaron acuerdos como el firmado con JD Sports para la manga de la camiseta. Por último, los ingresos por competiciones alcanzaron los 450.000 euros, frente a los 100.000 euros del mismo periodo del año anterior.
En su presupuesto para 2022-2023, el Valladolid prevé cerrar el curso con unos ingresos totales de 66,4 millones. La dirección liderada por Matthieu Fenaert aspira a facturar 58,8 millones por cifra de negocio, con 46 millones que llegarán vía televisión y 7,3 millones por publicidad.
En cuanto al gasto, los costes de personal alcanzaron los 27,6 millones de euros en el primer semestre de 2022-2023. Los sueldos de jugadores del primer equipo se situaron en 19,7 millones, el doble que en la temporada anterior, en Segunda División. Con el ascenso, la entidad se anotó un gasto en primas de 1,9 millones. Además, la entidad destinó 3,8 millones a plantilla no deportiva, un 53% más interanual. Por otro lado, el club elevó un 11% las amortizaciones por fichajes, hasta 2,9 millones
Anticipo de diez millones de OLB Bank
En sus estados financieros intermedios, el Real Valladolid reconoce un anticipo de diez millones de OLB Bank, firma alemana muy presente este último año en LaLiga y el fútbol europeo, donde también ha financiado a Real Sociedad, CD Tenerife y SL Benfica, entre otros.
El club detalla que percibirá al contado 9,2 millones, considerándose el resto como gasto financiero. A corto plazo se registraron 4,4 millones, quedando los 5,6 millones restantes más allá de 2023. “Además, existen ingresos anticipados pendientes de devengar (…) por importe de 2,56 millones correspondientes a derechos de créditos vendidos en el ejercicio anterior (6,5 millones de IBB) sobre los derechos de TV de la temporada 22-23, que se irán amortizando durante el ejercicio”, apunta en el informe.
Por último, la deuda con clubes por fichajes y cesiones se disparó un 77%, hasta 9,5 millones, de los que 7,6 millones son a corto plazo. Asimismo, de los 42 millones de tope a los que tiene derecho a percibir el Valladolid por CVC, recibió otros 6,4 millones en el primer semestre. La deuda concursal ya se situaba a punto de caer por debajo de los 3 millones, con un ajuste del 26% respecto a junio.