El Real Sporting tiene varios jugadores con cartel en el mercado, y en los últimos años fue la manera para cuadrar las cuentas. Sin embargo, la sequía de compraventa de jugadores ha dejado en una compleja situación al club asturiano, que cerró 2020-2021 con unas pérdidas de 1,9 millones de euros y prevé perder otros 4,8 millones en 2021-2022 si no hay ningún traspaso antes del 30 de junio.

La entidad consiguió una media de 6,5 millones en plusvalías por este concepto en los tres años previos a la pandemia, que de haberse sostenido en el tiempo hubiera salvado las cuentas. “Se ha mantenido la fortaleza de la plantilla para evitar ventas en un mercado devaluado a pesar de las ofertas recibidas”, explican fuentes de la entidad a 2Playbook. Además, añaden, “se ha mantenido gasto en plantilla deportiva con escasas variaciones a pesar de las dramáticas reducciones de ingresos”.

La entidad logró contener el golpe en 2019-2020, cuando la pérdida de ingresos ordinarios fue de unos 614.000 euros por la crisis sanitaria. Sin embargo, la prolongación de las restricciones y la caída de la inversión en patrocinio han hecho que se evaporaran 2,7 millones en 2020-2021 y se prevea un deterioro de 3 millones en 2021-2022. “Las campañas de abonados y las devoluciones han permitido repartir la caída de ingresos por este concepto en varias temporadas”, explica la dirección.

De hecho, el presupuesto de ingresos para este año representa una caída de casi el 10%, pasando de 15,09 millones la campaña pasada a una previsión de 14,09 millones para 2021-2022. La caída se concentrará en la recaudación por cuotas de socios y abonados, así como una menor recepción de ingresos por los derechos audiovisuales y por contratos de patrocinio.

A eso se suma un mayor gasto operativo por los costes excepcionales que provoca la Covid-19, pasando de 4,89 millones en 2020-2021 a una previsión de 6,1 millones para este ejercicio. Además, y a la espera de que puedan producirse renegociaciones o salidas en el mercado de invierno, el gasto de personal subirá un 3,7%, hasta 11,33 millones de euros. Esa subida se neutralizará con un descenso de las amortizaciones por inmovilizado, que caerán un 11%, hasta 3,46 millones, tras el repunte del último año.

La propiedad se muestra tranquila pese al escenario dibujado para esta temporada, y recuerdan que se trata de “un club sostenible por la solvencia económica generada en las temporadas pre-Covid”. De hecho, hace un año ya se logró resolver la situación de fondos propios negativos gracias a las ganancias que se habían ido obteniendo durante su regreso a Primera División.

Ahora, y pese a volver a encontrarse en esta situación, la familia Fernández, máxima accionista del equipo de fútbol, argumenta que queda resuelto con la llegada de CVC. “El préstamo participativo gestionado a través de LaLiga nos permite, mercantilmente, solventar cualquier situación de riesgo patrimonial, al tener la consideración de fondos propios en caso de posible desequilibrio”, apunta.

El importe que le corresponderá al Real Sporting aún no es público, pero se suma a la financiación recibida el último año. De hecho, la deuda neta del club pasó de 5,4 millones a 9,25 millones de euros, según el sistema de cálculo de LaLiga, equivalente a un 55% de sus ingresos. En este aspecto, destaca la financiación de seis millones obtenidas por parte de fondos especializados, que le han permitido “transformar deuda financiera de corto a largo plazo a intereses comerciales bajos”.