El Real Betis afronta una de sus temporadas más complicadas en el plano económico. Concluida la remodelación del Benito Villamarín, el club verdiblanco había dado un salto y se posicionó entre los de mayor implantación social de LaLiga Santander. Una ventaja competitiva en un contexto normal, pero el mayor hándicap cuando una pandemia obliga a cerrar los estadios. El consejo de administración necesita lograr un ajuste de 33 millones de euros de aquí a final de temporada si quiere evitar las pérdidas en 2020-2021, según las cuentas anuales a las que ha accedido 2Playbook.
El ajuste podrá realizarse por la vía de ingresos o del gasto, aunque el plan de la entidad es hacerlo por la generación de plusvalías por traspasos. El presupuesto de este curso contempla obtener 33 millones de euros por este concepto, cifra que deberá concretarse con salidas en la ventana de invierno o en mayo, confiando en que haya una mejoría del mercado, que este verano se desplomó un 60% en comparación con el de 2019.
De no conseguirlo, en la entidad asumen que debería volver a negociarse una rebaja de salarios con el primer equipo, a no ser que puedan activarse nuevos ingresos o mejoren las previsiones hechas en cuanto a taquilla. Otra opción, explorada sin ir más lejos por el FC Barcelona, sería la de diferir gastos e ingresos con renovaciones de contrato de futbolistas y patrocinadores, por ejemplo.
Pese a que le ha costado una salvedad de EY, como le ha sucedido al Sevilla FC con el mismo auditor, el Betis ha computado todos los ingresos de 2019-2020 a ese ejercicio, aunque parte de la actividad se produjera en julio. Técnicamente es algo que tiene lógica para reflejar mejor la evolución del negocio en la temporada deportiva, pero también ayuda contablemente.
Si se hubieran periodificado ingresos y gastos como propone el auditor, habría cerrado con unas pérdidas de 5,6 millones de euros. La razón no es otra que los salarios se habrían tenido que pagar, o reconocer, sí o sí antes del 30 de junio de 2020, mientras que varias facturas de televisión y patrocinio pasarían a 2020-2021.
“Cabe destacar que esta Sociedad ha empleado todos sus esfuerzos para mitigar en la medida de lo posible tales efectos negativos”, sostiene la dirección, que trabaja con una previsión de caída del 22% de los ingresos totales, pasando de 158,73 millones a 123,76 millones de euros entre 2019-2020 y 2020-2021. La cifra es incluso inferior a la de 2018-2019, ya que entonces también jugó en Europa.
Ese hecho ya explica que la cifra de negocio ordinario retrocediera un 20% interanual en 2019-2020, hasta 86,3 millones de euros; para este año, y pese al golpe en la taquilla, se espera una subida del 2%, hasta 87,91 millones. La subida se corresponde sobre todo a la mejora de su coeficiente en el reparto de derechos de televisión (61,5 millones) y a la entrada de nuevos patrocinadores como Betway o InnJoo en el área comercial (15,5 millones).
Por el contrario, las duras previsiones sobre el regreso del público a los estadios explican el ajuste del 13% en cuotas y abonados para 2020-2021, mientras que se aspira a un alza del 12% en ticketing. Estas dos partidas también podrían verse alteradas, pues LaLiga ya anticipó que el objetivo inicial de abrir las gradas en enero o febrero no se cumplirá y, con suerte, pueden pensar en mayo.
En cuanto a las plusvalías por traspasos, el reto del nuevo director deportivo, Antonio Cordón, es lograr generar un volumen de ingresos similar al que se consiguió con la salida de Giovani Lo Celso, que dejó casi 50 millones de euros, repartidos entre las partidas de otros ingresos (ahí se computó la cesión retribuida) y la de plusvalías por traspasos.
De ahí dependerán las necesidades en materia salarial, donde ya se ha contemplado un recorte del 25% interanual, hasta 64,46 millones de euros, el importe más bajo de los tres últimos años. En las amortizaciones, imposibles de recortar pues son compromisos ya adquiridos, se contempla una caída del 13%, hasta 33,9 millones de euros, después de que en 2019-2020 se disparara un 69% tras el mayor esfuerzo inversor realizado por el club en su historia.
Aun así, los niveles de apalancamiento se han mantenido bajo control, rebajando un 33% la deuda con bancos, hasta 29,13 millones, y en un 29% el resto de los pasivos financieros, hasta 24,93 millones. Por el contrario, los pagos pendientes con otros clubes subieron un 19%, hasta 43,87 millones de euros.