El RC Celta ya es oficialmente un club no sujeto al concurso de acreedores. El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha hecho público hoy el edicto del pasado 17 de agosto del el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, por el que “se ha declarado la conclusión del concurso voluntario” del equipo de fútbol. Han sido diez años desde la aprobación del convenio, un periodo en el que las plusvalías por traspasos han sido clave para cumplir e incluso adelantar el calendario de pagos.
El equipo de fútbol presentaba una deuda de 67,52 millones de euros en 2008, cuando declaró la antigua suspensión de pagos ante la imposibilidad de cumplir. Tras las negociaciones, ese importe quedó rebajado a 30,45 millones, ya que se lograron quitas por 19,5 millones, capitalización de deuda por 13,58 millones y la conversión de pasivos en préstamos participativos por 3,56 millones. Hubo un acreedor que renunció al cobro de 365.286 euros.
“Los acuerdos especiales firmados por la sociedad con los acreedores más relevantes (NovaGalicia Banco, actualmente denominada Abanca, y AEAT) se cumplieron en su totalidad”, recuerda el club en su última memoria anual, correspondiente a 2019-2020. En ese ejercicio, marcado por la Covid-19, se realizó el último pago que quedaba, de 183.626,43 euros.
Hay dos temporadas en las que la reducción de deuda se aceleró, gracias a que en la mayoría de concursos del fútbol español se estableció que, siempre que se produjera un ascenso o un traspaso, un porcentaje de esos ingresos iría a los acreedores. Así, en 2012-2013 se devolvieron 3,77 millones, en 2013-2014 otros 7,2 millones de euros, en 2014-2015 unos 5,55 millones y en 2015-2016 otros 4 millones más.
La situación del RC Celta, controlado desde entonces por Carlos Mouriño, hoy es muy distinta, con una deuda neta negativa de 34,91 millones de euros. Es decir, al Celta le deben más dinero del que tiene pendiente por abonar: 43,7 millones a pagar, por los 52,8 a cobrar. Y a eso se añade una posición de caja de casi 30 millones de euros.
El grueso de la deuda del club celeste es con otros clubes, que se incrementó un 21% interanual, hasta 43,67 millones de euros. Por el contrario, la deuda bancaria se recortó un 26%, hasta 3,25 millones de euros, en línea con el calendario de vencimientos hasta 2025 que acordó en su día para adquirir su nueva sede corporativa en Vigo.
Si nada se tuerce, el club gallego podrá encadenar nueve años consecutivos cerrando en beneficios, aunque el previsto para 2020-2021 sea el más bajo de este ciclo. Según la memoria anual a la que ha accedido 2Playbook, el resultado neto descenderá a apenas 128.860 euros, en realidad un hito si se tiene en cuenta que la facturación total se hundirá un 32%, hasta 70,28 millones de euros. Y, como en época de tutela judicial, la venta de futbolistas será capital para poder cumplir con estos objetivos.
Es el segundo matchball que espera salvar después del de 2019-2020, que finalmente se completó con unas ganancias de 10,7 millones de euros y unos ingresos totales récord de 107 millones de euros. Ahí ayudó el hecho de seguir el criterio propuesto por LaLiga de contabilizar todos los ingresos y gastos de 2019-2020 a ese ejercicio, pese a que parte de la temporada se acabara disputando en julio y, por lo tanto, lo correcto, a ojos de los auditores, sea incluir ese impacto en 2020-2021.