El Real Betis encara un segundo verano complicado para la industria del fútbol con la estabilidad institucional que le faltó en el anterior. Los principales accionistas del club, que en conjunto suman más del 26% de las acciones, han firmado un pacto que garantiza el consenso entre los distintos bloques a la hora de adoptar medidas estratégicas, según adelanta ABC Sevilla y confirman fuentes próximas a la entidad.
El acuerdo, encabezado por el presidente, Ángel Haro, y el vicepresidente, José Miguel López, dará continuidad al actual consejo de administración. Y lo hace en un momento importante, puesto que la crisis de la Covid-19 ha provocado una drástica caída de ingresos que podría traducirse en pérdidas para 2020-2021 si no media el traspaso de futbolistas.
De este modo, cada junta de accionistas dejará de convertirse en una especie de moción de censura para los actuales gestores, con la influencia que eso tiene a la hora de tomar medidas difíciles. Junto a Catalán y Haro, que juntos superan el 20% del capital, también han firmado los consejeros Ozgur Unay, José María Gallego y Carlos González de Castro, además del capitán del primer equipo, Joaquín Sánchez (2%).
Conjuntamente superan en acciones a quienes podrían tener la calificación de opositores, como son Joaquín Caro Ledesma, que ha incrementado su participación con la compra de las acciones a Lorenzo Serra Ferrer, la familia Galera, Rafael Salas y la familia Romero Álvarez. Según el rotativo andaluz, entre estos suman un 22% del capital del Betis.
El club verdiblanco concluyó 2019-2020 con un beneficio neto de 1,41 millones tras lograr unos ingresos totales de 160 millones, mientras que para esta temporada contempla una caída del negocio del 22% incluso cumpliendo el plan de venta de jugadores.