CA Osasuna está un paso más cerca de encarar la recta final de la crisis de la Covid-19 sin entrar en pérdidas. El club navarro cerró el primer semestre de 2020-2021 con un beneficio de 2,1 millones de euros, importe suficiente para cumplir con su objetivo de acabar la temporada con un resultado positivo cercano a los 300.000 euros, según ha informado la junta directiva en un comunicado.
Una de las claves ha sido mantener una cifra de negocio muy similar a la del periodo julio-diciembre de 2019-2020, pese a la ausencia total de ingresos por día de partido. Aun así, los ingresos ordinarios se mantuvieron en torno a 27,9 millones de euros, en parte gracias a la tarea comercial. “A pesar de la severidad de la crisis, el club ha sido capaz de mantener e incluso incrementar sus ingresos por patrocinio”, sostiene en su comunicado.
Este departamento ha pasado de facturar 2,5 millones en el primer semestre del curso anterior, a 3,5 millones de euros en el mismo periodo de 2020-2021. A esta cifra se añaden 584.898 euros por las cuotas de socios (ese importe sí pueden cobrarlo en tanto que son los propietarios del club) y 23,6 millones por los derechos de televisión. Y la facturación sería mayor de no ser por los 2,5 millones que LaLiga ya le ha anunciado que no cobrará ante la necesidad de ajustar un 5% los derechos con las televisiones y devolver 700.000 euros correspondientes a 2019-2020.
En cuanto al gasto salarial, el club ha mantenido estable esta partida, con 17,93 millones de euros en los primeros seis meses del ejercicio. La razón no es otra que el extra de ingresos que se ha asegurado con el traspaso de futbolistas, que en total supondrán más de cuatro millones tras la salida de Luis Perea al CD Leganés (3 millones) y el porcentaje que recibió del fichaje de su canterano Álex Berenguer (1,37 millones) por el Athletic Club, proveniente del Torino FC.
CA Osasuna, que ha mantenido estable el gasto en salarios, prevé cerrar 2020-2021 con un beneficio neto cercano a los 300.000 euros
“El club calcula que ha dejado de ingresar más de 10 millones de euros en las dos últimas temporadas por este motivo, algo que evidentemente tiene su impacto en la deuda y en la tesorería”, señala. En concreto, la deuda ha escalado de 31 millones a 43 millones de euros, ya que la pandemia ha coincidido con el grueso de los trabajos para completar la remodelación del estadio.
Con tal de afrontar esta situación, Osasuna logró financiación adicional de los bancos con el respaldo del ICO por 7,5 millones de euros. “La suma de todos estos factores es la que propicia que la deuda neta se haya elevado, una situación que se irá corrigiendo a lo largo de 2021 y 2022 en la medida en que se vaya amortizando el préstamo del estadio y la tesorería se normalice”, aclara la dirección.
La entidad rojilla está volcada en reducir su endeudamiento a raíz de las obras para remodelar El Sadar. De hecho, a cierre de 2020-2021 el club habrá pagado cerca de 11 millones de euros de la obra de el Sadar, de los cuales 6,4 millones corresponden al préstamo de 16 millones que pidió para reformar el estadio. Quedarán pendientes de pago 9,6 millones.
La deuda a corto plazo subirá de un millón a siete millones en este ejercicio, debido a los seis millones de euros que el club debe pagar del préstamo avalado por el Gobierno de Navarra para la reforma del recinto deportivo. Los primeros tres millones se pagaron en septiembre y entran por lo tanto en las cuentas de la temporada 2020-2021 y los siguientes tres millones se pagarán en mayo.
A cierre de 2019-2020, el Osasuna tenía una deuda de 8,9 millones de euros a largo plazo y un pasivo a corto de 32 millones de euros, de los cuales 7 millones eran compromisos con la banca y 7,5 millones eran con las administraciones públicas.