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El Olympique de Lyon triplica pérdidas en 2020-2021, hasta 107 millones, tras facturar un 35% menos

El club de la Ligue-1 obtuvo unos ingresos ordinarios de 118,2 millones de euros, con una fuerte caída en las partidas de taquilla y televisión. A eso se le unió una caída del 45% en plusvalías por traspasos, su principal sostén en los últimos años.

Groupama continuará dando nombre al estadio del Lyon hasta 2022

El Olympique de Lyon certifica el peor año de su historia en términos económicos. El club de la Ligue-1 cerró 2020-2021 con unas pérdidas de 107 millones de euros, el triple que en el ejercicio anterior. La razón no es otra que una fuerte caída de su facturación total (271,6 millones, un 35% menos), tanto por su actividad ordinaria como por las plusvalías por traspasos, según ha explicado la dirección en un comunicado.

La cifra de negocio del grupo retrocedió un 35% interanual, hasta 118,2 millones de euros, lastrada por el cierre de estadios durante todo el concurso y los problemas audiovisuales del campeonato francés con Mediapro. El área de ticketing aportó 2 millones, un 94% menos, mientras que la celebración de eventos retrocedió un 83%, hasta 1,1 millones.

La explotación de las retransmisiones le dieron 69,1 millones de euros, un retroceso del 29% respecto a 2019-2020. Por el contrario, el área de patrocinios mejoró un 25% su aportación al negocio, con 33,9 millones, mientras que la venta de merchandising bajó un 11%, hasta 12,1 millones. A eso se añade que las plusvalías por traspasos retrocedieron un 45%, hasta 45,2 millones de euros.

“La pandemia de la Covid-19 detuvo todas las actividades relacionadas con el Estadio Groupama”, recuerda la dirección, que cifra en 150 millones de euros el impacto directo e indirecto de la crisis sanitaria en su negocio. Este importe incluye tanto los ingresos no percibidos tras la ruptura del grupo audiovisual español con la liga francesa, como el hecho de no clasificarse para la Champions League del año pasado tras la suspensión del torneo doméstico con varias jornadas aún por delante en 2019-2020.

Pese a este duro descenso de la actividad, el club galo sostiene que su evolución comercial “demuestra el atractivo perdurable de la marca OL” y los buenos resultados de su “sólido desempeño en el comercio electrónico”, que compensó el cierre de tiendas y la imposibilidad de vender en día de partido.

Otra de las razones que explican el agujero económico de 2020-2021 es la rigidez de los costes, especialmente los de personal. La partida de nóminas incluso subió un 1%, hasta 134,1 millones de euros, debido al pago de variables por la evolución del equipo en la fase final de la Champions de 2019-2020, que se disputó en agosto y por eso se ha cargado a esta última temporada.

Sí se pudo ajusta de forma importante el resto de los gastos de explotación, con un tijeretazo del 28%, hasta 55 millones de euros. También hubo contención en cuanto a la depreciación, amortización y provisiones, que en total supusieron 78,5 millones de euros.

Un segundo año en negativo también hizo aumentar la deuda neta, que ascendió a 259,9 millones de euros si se excluye el efecto neto de los saldos a pagar y cobrar por traspasos. Los pasivos financieros totales aumentaron en 102,7 millones de euros hasta 329,8 millones de euros, incluidos los dos préstamos garantizados por el Gobierno de Francia por 169 millones de euros.

Pese a estos resultados, la dirección asegura que mantiene “todos sus proyectos estratégicos en torno a su negocio principal de fútbol bajo su estrategia Full Entertainment”. Ahí destaca la inauguración el pasado junio del OL Valley, un centro comercial de 23.000 metros cuadrados en el que operan 17 marcas distintas. En 2023, el recinto crecerá con la Academia All In Tennis, en la que Jo-Wilfried Tsonga jugará un papel clave.

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