Los futbolistas y resto de empleados del Olympique de Lyon confían en el club, pero no tanto como podría haber esperado la propiedad. La entidad deportiva ha cerrado la ampliación de capital con la que aspiraba a reducir el gasto salarial de 2020-2021, y lo ha hecho consiguiendo que los empleados canjeen 827.085,57 euros en acciones. Ello, sobre una masa salarial de unos 130 millones de euros anuales.

El importe convertido en títulos forma parte de las retribuciones que los deportistas profesionales debían percibir entre febrero y junio, cuando ya se asumió que volverían a registrarse importantes pérdidas ante el cierre de los estadios. En el primer semestre, los números rojos acumulados ya superaban los 50 millones de euros.

La operación se ha ejecutado mediante una ampliación de capital, equivalente al 0,62% de la propiedad. Para fijar el precio, el club de la Ligue-1 tuvo en cuenta el valor medio de los títulos en los diez días previos a la fijación del precio de suscripción; en todos los casos, el precio osciló entre 2,22 euros y 2,31 euros.

“El grupo agradece calurosamente a los deportistas que participaron en estas operaciones, demostrando su compromiso con el futuro deportivo y económico del Olympique de Lyon y permitiendo al grupo mejorar su posición de caja y fortalecer su patrimonio”, señala la organización en un comunicado.

La operación tampoco altera para nada el control del equipo de fútbol, cuyo accionista mayoritario es Jean Michael Aulas con el 27,72% de las acciones y el 29,72% de los derechos de voto. Le sigue el grupo audiovisual Pathé, con el 19,36% de títulos y el 24,57% de los derechos de voto. El tercer gran socio es el grupo chino IDG, que en 2016 aportó 100 millones para hacerse con un 19,85% del conjunto francés.

El Olympique de Lyon tiene asumido que 2020-2021 se cerrará con unas pérdidas récord. El club de la Ligue-1 aceleró su caída de ingresos tras el tercer trimestre, situando el descenso de la facturación en un 44% interanual entre julio y marzo, hasta 150 millones de euros. La dirección no ha desvelado el volumen de las pérdidas, que en el primer semestre subían a 50 millones de euros.

La entidad mantiene que la actividad sigue “fuertemente impactada por los efectos directos e indirectos de la crisis de salud en la industria de los deportes y eventos profesionales”. En este sentido, y al margen de lo que se pueda amortiguar con la reducción salarial acordada, el grupo “no prevé ninguna mejora significativa en los ingresos por actividades al 30 de junio de 2021”.