El Olympique de Lyon tiene asumido que 2020-2021 se cerrará con unas pérdidas récord. El club de la Ligue-1 aceleró su caída de ingresos tras el tercer trimestre, situando el descenso de la facturación en un 44% interanual entre julio y marzo, hasta 150 millones de euros. La dirección no ha desvelado el volumen de las pérdidas, que en el primer semestre subían a 50 millones de euros.
La entidad mantiene que la actividad sigue “fuertemente impactada por los efectos directos e indirectos de la crisis de salud en la industria de los deportes y eventos profesionales”. En este sentido, y al margen de lo que se pueda amortiguar con la reducción salarial acordada, el grupo “no prevé ninguna mejora significativa en los ingresos por actividades al 30 de junio de 2021”.
La recaudación por venta de entradas continúa siendo la partida que más sufre, con un retroceso interanual del 95%, hasta 1,8 millones de euros en los primeros nueve meses de 2020-2021. Los ingresos por televisión se hunden un 39% y se sitúa en 60,7 millones de euros, impactados por un peor rendimiento en competiciones europeos y las consecuencias de la ruptura de la relación entre Mediapro y la Ligue-1.
La venta por publicidad, en cambio, se mantiene estable con 22,8 millones de euros, mientras que la venta de merchandising bajó un 16%, hasta 9,5 millones. Los eventos, también suspendidos, sólo generaron 0,4 millones, un retroceso interanual del 93%. En cuando a las plusvalías por traspasos, que han sido claves para la rentabilidad del Olympique en los últimos cursos, el descenso fue del 39%, hasta 54,8 millones de euros.
Pese al empeoramiento de la situación, el Lyon ha conseguido rebajar ligeramente su deuda neta, que pasó de 295,2 millones al cierre de 2019-2020, a 287,3 millones de euros en marzo de 2031. Sus principales acreedores son los bancos que, con el aval del Estado francés, le prestaron 178,9 millones de euros.