Nueva vida para un histórico del fútbol español. El Real Unión de Irun, equipo fronterizo, centenario y fundador de LaLiga, arranca en 2021-2022 una nueva etapa de la mano de la familia Emery. Unai, el entrenador del Villarreal CF, ha adquirido la mayoría accionarial y ha delegado el liderazgo en su hermano Igor para volver a hacer grande “al club, porque esto no es un proyecto de equipo, hablamos de un proyecto de club”, asevera el empresario en conversación con 2Playbook. Entre las decenas de ideas, urgencias y activaciones por realizar, destaca la renovación de la entidad a través, también, de sus infraestructuras. El Stadium Gal, su casa, bajo cesión del Ayuntamiento, contará con 4.000 asientos en 2022, después de una primera fase que ya se está llevando a cabo financiada con fondos propios. Además, “hemos iniciado un estudio con Molcaworld para la remodelación de las instalaciones” en varias fases más.
Uno de los cambios que se evidencian pronto en este Real Unión de los Emery es la apuesta por la profesionalización. Trabajar el fan experience, buscar el win-win y la personalización de los acuerdos con potenciales patrocinadores, así como tejer planes de futuro con clubes de su entorno, son claves que están en la hoja de ruta del nuevo presidente unionista.
También es cierto que la llegada a la entidad de la nueva propiedad no ha sido cosa de dos días, los nuevos máximos accionistas han tenido tiempo para organizar el nuevo proyecto txuribeltz (blanquinegro, en euskera): “Ha sido un proceso largo que se inició a principio de 2020, justo antes de la pandemia”, apunta Emery.
Cuando, al fin, se formalizó la compraventa de un paquete mayoritario del 20% de las acciones con el anterior propietario, Ricardo García, tras 22 años en el cargo, la familia lanzó una ampliación de capital de 1,2 millones de euros para completar la operación, que será cubierta por la familia del técnico del Villarreal en caso de que no se cierre a través de los actuales accionistas. Trase el cierre de la primera fase, el club ya ha captado 292.000 euros.
Entre las carpetas que tiene encima de su mesa el nuevo presidente hay papeles de futuro, de presente, y también del pasado. Herencia de una década complicada para el club, que llegó a jugar en LaLiga SmartBank en 2009-2010. Una sola temporada en Segunda a la que la entidad no le sacó el provecho económico deseado, generó mayores compromisos y a la que le siguió una grave crisis económica nacional.
Sin entrar en detalles de la cuantía, Emery reconoce que “el club venía de una situación financiera crítica y tenemos una deuda bancaria importante, pero para entrar en el club hemos hecho un esfuerzo muy grande desde el punto de vista económico. Estamos trabajando en regularizar la situación de los trabajadores, en cumplir con la mayoría de acreedores, etc.”.
Para poder hacer sostenible la entidad en la nueva Primera Rfef, el Unión trabaja en crecer en varias fuentes de ingresos: “Más allá de la televisión -que le aportará, junto a las ayudas de la Federación, un mínimo de 310.000 euros-, contemplamos mayores ingresos de taquilla, de ingresos de abonados, de patrocinios…”, apunta el presidente txuribeltz.
En el principal club de fútbol de la comarca de Bidasoa-Txingudi, que tiene la particularidad de ser transfronteriza, ya que suma Hendaya (Francia) a las localidades guipuzcoanas de Irun y Hondarribia, confían en poder “empapar otra vez de unionismo” a sus paisanos -según explicó antes de su marcha el exvicepresidente, José Manuel Amantegui-. “Tenemos que darle valor a la comarca. Queremos explotarlo en el buen sentido de la palabra”, apunta Emery.
Se trata de un proyecto vía Irun, “con la nueva estación intermodal, que, a diez años, le va a dar un cambio importante a la ciudad y a la comarca”. Aquí entran los socios y abonados, que han respondido a la llamada de la nueva propiedad -ya suma más de 1.225 miembros, con casi 300 nuevos abonados, en los dos primeros meses de la campaña 2021-2022-, y también la empresa privada.
Entre los patrocinadores, destaca sobremanera el grupo de distribución local Uvesco. Su marca de supermercados BM es el principal patrocinador, prácticamente único en la equipación. “Van a seguir apostando y estamos muy agradecidos porque (su aportación) ha sido vital en los últimos años”, destaca Emery.
Nuevas activaciones, win-win con los patrocinadores
Sin embargo, la propiedad no quiere quedarse ahí. “Hay muchas empresas que quieren participar con nuevos patrocinios. Queremos activar esto y hay un importante potencial para ello en la comarca”, asegura el presidente, que quiere aportarle otra visión al patrocinador histórico o habitual en la categoría de bronce del fútbol español. “Queremos devolverles a estas empresas el retorno de apostar y patrocinar al Real Unión. Queremos trabajar cada patrocinio con mucho mimo”.
El espacio que tendrán estos potenciales nuevos partners del Unión para activaciones se podrán visualizar en el Stadium Gal. No se tirará el vetusto estadio, construido hace casi cien años (1926), pero sí se le dará una nueva cara. La primera fase, que ha arrancado ya con dinero propio del club, ha supuesto la modificación de banquillos y soportes publicitarios, pero el primer gran cambio se verá en 2022-2023 cuando “alcanzaremos los 4.000 asientos”.
En esa segunda fase es muy probable que el Ayuntamiento de Irun, propietario de las instalaciones, aporte alguna cantidad. “Nosotros queremos y debemos hacerlo todo en consenso con ellos”, argumenta Emery. La concesión de Gal es a largo plazo, pero las exigencias de la Primera Rfef son tener esa cantidad de asientos lista, como tarde, para 2023-2024.
Además, el club quiere contar con “una grada de animación, trabajar el fan experience durante el partido, que el estadio sea atractivo y tenga uso no sólo de fin de semana”. Pero ese es un trabajo “más a medio-largo plazo”. En estas obras se incluye la remodelación de las oficinas. El primer paso tiene relación con su campo anexo, donde juegan sus equipos de cantera, que estrenará en breve un nuevo césped artificial y se mejorará la iluminación. La realización de estas obras tendrá un coste de 368.542 euros, después de que el contrato fuera adjudicado por el Ayuntamiento de Irun a la empresa Opsa.
Proyecto de club: cantera, ciudad deportiva…
Igor Emery habla constantemente de proyecto de club. En ese plan se contempla darle fortaleza a la entidad a través del fútbol base, que en los últimos años ha estado descuidado. “Entendemos que nuestra sostenibilidad va a estar marcada por lo sólido que esté el club a nivel también fútbol base”, afirma el presidente.
El club aspira a tejer acuerdos y atraer talento de los clubes del entorno, donde se incluye Navarra con la comarca del Baztán. Para ello también se proyecta a largo plazo una ciudad deportiva con dos campos para el fútbol base, “pero para ello habría que contar con terrenos”, desliza Emery.
La Real Sociedad y la Diputación de Gipuzkoa, que han felicitado a los Emery por sus planes con el club irundarra, tendrán mucho que ver en este crecimiento deportivo de base. Por ahora, lo único seguro es que el pasado 28 de agosto el Real Unión se estrenó en la Primera Rfef con un presupuesto de 1,6 millones de euros, un 33% más que el que manejaba antes de la pandemia, frente al DUX Internacional de Madrid, otro de esos clubes no profesionales que quieren cambiar el modelo actual del fútbol de bronce.