La apuesta saudí en el Newcastle United empieza a notarse. El club de la Premier League cerró 2021-2022 con unas pérdidas de 70,7 millones de libras (80,4 millones de euros), siete veces más que el año antes de pasar a manos de un consorcio inversor liderado por Public Investment Fund (PIF), fondo de inversión propiedad de Arabia Saudí. Ello, pese a que los ingresos subieron un 28,3% interanual, hasta 180 millones de libras (205 millones de euros).
La principal razón que explica el agujero en las cuentas del conjunto británico es la inversión saudí en plantilla deportiva. En concreto, los gastos de personal se dispararon un 59% interanual, hasta 170,2 millones de libras (193,5 millones de euros), algo que la dirección atribuye a los cambios del staff técnico a mitad de curso y los fichajes acometidos en el mercado de invierno de 2021-2022. Sólo la plantilla absorbió el 94,6% de la cifra de negocio, frente al 76,2% de hace un año.
De hecho, las amortizaciones por la compra de futbolistas pasaron de 32,28 millones a 51,14 millones de libras (de 36,7 millones a 58,2 millones de euros), tras la adquisición de cinco futbolistas y un aviso al mercado de que disponen de suficiente pulmón para ser un actor relevante del mercado, como ya demostraron en el verano de 2022.
“Las pérdidas han sido impulsadas principalmente por la inversión en el primer equipo, en consonancia con el objetivo estratégico a largo plazo de mejorar la posición competitiva del equipo. Mejorar el rendimiento deportivo del equipo mejorará, con el tiempo, los ingresos comerciales y el rendimiento financiero general y la valoración del grupo”, sostiene la dirección en su memoria anual.
Esa ofensiva inversora no pudo ser absorbida por la recuperación del negocio ordinario, por más que reabrieran los estadios. Los ingresos pasaron de 200.000 libras a 27,3 millones de libras (31 millones de euros), mientras que el área comercial facturó un 52% más, hasta 26,5 millones de libras (30,1 millones de euros), que la dirección atribuye al estreno del patrocinio de Castore y varias marcas relacionadas con Arabia Saudí. Los ingresos por televisión solo subieron un 4%, hasta 124,1 millones de libras (141,2 millones).
Pese a las pérdidas, la ampliación de capital de 167,9 millones de libras (191 millones de euros) que aprobó PIF durante la temporada sirvió para proteger la caja e incluso rebajar sus compromisos no relacionados con traspasos. De hechó, la posición de tesorería sólo se redujo a un tercio pese a las abultadas pérdidas, hasta 5,1 millones de libras (5,8 millones de euros), y se liquidó la deuda existente con la anterior propiedad y que superaba los 110 millones en 2020-2021.