Mayor transparencia y escucha: los minoritarios alzan la voz en el mes de las juntas de accionistas

Las asociaciones de pequeños accionistas reclaman un modelo alemán del 50+1 en LaLiga y tener un consejero independiente, como marca la nueva Ley del Deporte. Mientras, los clubes avanzan en planes de sostenibilidad, donde la gobernanza es protagonista.

Junta Accionistas Sevilla FC 2022

Diciembre es sinónimo de cenas de empresa, Navidad, familia… y juntas de accionistas en todo el fútbol español. Aunque, como quien compra regalos en el Black Friday, hay clubes que adelantan a noviembre u octubre su asamblea anual, es en el último mes del año cuando la gran mayoría de sociedades anónimas deportivas (SAD) de LaLiga y el resto de categorías reúnen a sus socios para aprobar cuentas y analizar proyectos estratégicos. A esas juntas acuden anualmente las asociaciones de pequeños accionistas, el principal altavoz para aquellos aficionados que quieren tener una participación activa en la gestión y que tienen ocasión entonces de realizar sus reclamos a la propiedad. Aunque no siempre sea sencillo. 2Playbook se ha puesto en contacto con una docena de ellas, que coinciden en dos claves: la necesidad de un mayor trato y comunicación de los máximos accionistas con estos colectivos de accionistas minoritarios y la entrada de un consejero independiente en su máximo órgano de gobierno, como marca la nueva Ley del Deporte.

En paralelo a ello, los clubes y LaLiga, como gestora de la competición, también trabajan por su parte en diferentes planes de mejora en materia de reporting y gobernanza, como los informes de sostenibilidad que ya muchos hacen por obligatoriedad; y otros tantos, los han comenzado a realizar por interés propio. Como se apuntaba recientemente en la presentación del sello de sostenibilidad que ha desarrollado la competición junto al Consejo General de Economistas de España (CGE), el trabajar sobre estos aspectos no financieros permitirá a los clubes elevar su valor reputacional de marca.

Además, en el informe que elaboraron sus promotores, hay un hecho destacable: los clubes de LaLiga ponen como asuntos prioritarios la gobernanza y la buena gestión de las finanzas, por delante de otras materias como el capital humano y social o el medioambiente. Eso sí, la relevancia interna y externa no es igual. En el RC Celta, por ejemplo, destacan en su informe no financiero que internamente lo que resulta más material es la reducción de la deuda del club y todo lo relativo a sus consumidores (afición y socios) y la gestión del entretenimiento. O sea, cómo mantenerse sostenibles y cómo crecer en negocio. Mientras que, desde la visión externa al club, para la gente que no trabaja en la entidad, lo más relevante es la lucha contra la corrupción y el soborno.

Diferentes ideas, perspectivas y conocimientos que también se vislumbran cuando hablan los accionistas minoritarios. En este diciembre de juntas de accionistas, algunas de las palabras que se repiten mucho son transparencia, cercanía y escucha. Palabras de reclamo. El primero de los puntos es, probablemente, donde menos reproches hay. Las juntas suelen ser accesibles, aunque hay excepciones o mejoras a realizar, según estas asociaciones, agrupadas la mayoría de ellas en la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (Fasfe).

En el Atlético de Madrid, por ejemplo, se han de contar con 4.918 acciones (el equivalente al 1 por 1000 del capital que fija como tope la Ley) para acceder a las asambleas, lo que complica la participación masiva, ya que supone haber podido realizar una inversión de más de 40.000 euros en títulos. “A las juntas no va apenas ningún accionista minoritario”, explica Jesús Martínez Caja, accionista y miembro de Señales de Humo, Los 50 y Las Colchoneras –“la primera peña del Atleti Femenino”, apunta orgulloso–. Ellos, de hecho, pueden ir en representación de muchos socios que delegan en ellos su representación, tal y como sucede en muchos otros clubes.

En Gijón, en cambio, las juntas del Real Sporting han sido históricamente “un acontecimiento, algo muy similar a las asambleas de los clubes sociales: iba la prensa, se retransmitía por streaming…”. Así lo recuerda Diego del Valle, presidente de Tu Fe Nunca Decaiga (TFND), una asociación sportinguista que lamenta que “ahora se despachan en cinco minutos”. El cambio “diametral” llegó con la nueva propiedad, el holding mexicano Orlegi Sports, que apostó por cerrar el encuentro a los medios y apostar por un modelo de junta en el que se “va al grano; las intervenciones tienen que ceñirse 100% a los puntos del orden del día. No puedes preguntar por Mareo, o por la camiseta… sólo preguntas para matizar las cuentas”, explica Del Valle, que cree que “hemos perdido transparencia por ahí”. Asimismo, el horario tampoco ayuda, según el accionista sportinguista, para una mayor participación: “Antes se hacían las juntas a las ocho de la tarde, cuando la gente ya había terminado de trabajar, y esta próxima se ha convocado un martes a las once de la mañana”.

En su mayoría, los clubes facilitan el acceso a las juntas de los minoritarios, aunque hay excepciones cuando se exige el 1 por 1000 del capital social

En el Rayo Vallecano el requisito son diez acciones, pero tampoco se permite la entrada a la prensa. “A nosotros, de momento, no se ha atrevido a vetarnos”, apunta Ángel Domínguez Gelo, presidente de Accionistas ADRV. El representante rayista asegura que detrás de esa prohibición a la prensa está el interés de la propiedad “para que no trascienda lo que se dice allí”. “En las actas, algunos puntos relevantes no se ajustan a lo que se habla dentro de la junta. Hay que tener control sobre esto porque, si no, reflejan lo que a ellos les interesa”, agrega el accionista minoritario, quien denuncia también que “las cuentas nos las dan cuando es imperativo legal, no nos las da antes. Y las de la Fundación nunca las presentan”.

Mientras, en Vitoria-Gasteiz, se van evidenciando cambios que solicitaban sus pequeños accionistas. Aunque la asistencia no es complicada, con dos acciones ya se puede entrar a las juntas, hay puntos que se han variado tras la reclamación de la asociación Accionistas Albiazules. Dos de ellos eran la disponibilidad de la memoria económica el mismo día que se convoca la junta y un servicio de traducción simultánea al euskera de la asamblea. Ahora, otras mejoras en este sentido serían “que faciliten la asistencia con las fechas, porque las suelen poner entre Navidad y Nochevieja, y que se retransmita en streaming, o que nos comuniquen individualmente el anuncio de la junta”, indica su presidente, Alfredo Vázquez.

Otro club que ha variado su situación con las juntas, flexibilizando su participación, es el Valencia CF, que anunció que en 2024 volverá a permitir la asistencia a partir de una acción. Hasta 2020, con nueve bastaban, pero “empezaron a cerrarlas con la excusa del Covid y, cuando la pandemia pasó, pusieron el límite por Ley del 1 por 1.000, con lo que se necesitaban 5.786 acciones. Esto es una burrada para un pequeño accionista; nosotros delegando muchísimas acciones conseguimos llevar a 4-5 personas”, recuerda David Núñez, vicepresidente de Libertad VCF.

 

Primera petición: un trato más cercano

El trato es, sin duda, uno de los puntos a mejorar en opinión de los pequeños accionistas. En este punto, también hay quienes agradecen al club su comportamiento. En Barcelona, la Asociación de Pequeños y Medianos Accionistas del Espanyol (Apmae), reconoce que “el club siempre ha sido muy respetuoso con nosotros”, explica su presidente, Carles Bosch. Esto se traduce en que se les comparte información relevante con anticipación, se les explica con la presencia de directivos las cuentas en detalle “y siempre hemos mantenido reuniones institucionales y de trabajo”. “Aunque los pequeños accionistas controlamos muy poquito (Rastar tiene el 99,7%), somos un ente bastante importante entre los stakeholders del club” apostilla Bosch.

También están en un momento dulce en Santander. Sobre todo, tras la llegada este verano de un nuevo propietario, el argentino Sebastián Ceria. El empresario, doctor en Matemáticas, ha sumado adeptos a su proyecto con su cercanía con los minoritarios. “Ha mejorado mucho la cosa”, apunta Antonio Sainz, presidente de la Asociación Unificada de Pequeños Accionistas, que destaca de Ceria que “es un hombre de fútbol. Además, ha elegido a un exjugador y racinguista de presidente (Manolo Higuera)”. Pequeños pasos que, en su caso, se suman a la reciente capitalización de 5 millones de deuda para ganar límite salarial y apostar por cotas más altas.

En el Real Zaragoza, y aunque el peso del pequeño accionista ronda ahora el 1,5% del capital tras las diferentes ampliaciones realizadas por el también inversor latino Jorge Mas, “el trato con nosotros es bastante agradable”, afirma Ángel Feliciano, tesorero de la Asociación de Pequeños Accionistas del Real Zaragoza (Aparz). El club maño realiza una reunión anual con los minoritarios, pero “echamos en falta algo más de información durante la temporada. Cuando ha habido ampliaciones de capital y temas económicos nos enteramos por comunicados”, lamenta Feliciano.

Preguntado por el proyecto de la nueva Romareda, a la Aparz no se le ha consultado para “aportar alguna idea al proyecto. Sólo se hizo una consulta popular para elegir dónde queríamos que estuviera el campo”. Esta queja por la falta de opinión o escucha para los planes de reformas de estadios que se están llevando a cabo en LaLiga –con el impulso de CVC– es generalizada entre las asociaciones de minoritarios.

En el sur, el Sevilla FC avanza en su plan de reforma integral del Ramón Sánchez-Pizjuán. “A nosotros se nos consultó inicialmente sobre el informe previo que elaboró Legends. Luego ya nada”, explica Joaquín González, miembro de la directiva de Accionistas Unidos. Esta asociación de minoritarios pide, entre otros aspectos, una grada con 5.000 asientos para niños y jóvenes hasta 18 años, con precios reducidos, “para ir trabajando en el futuro”. Hoy, el precio mínimo para las nuevas altas de abonados sevillistas (sin contabilizar gradas especiales) se situaría por encima de los 300 euros, en una zona media respecto al resto de carnés de LaLiga.

En Ipurua, la asociación Beti Eibar quiere agrupar el 5% del capital social, que le permitiría poder solicitar mayor detalle a la junta en su gestión

Otro equipo Champions, la Real Sociedad, tiene la particularidad de que ningún accionista supera el 3%. Se trata de un modelo muy atomizado y, a la vez, estable, con un presidente, Jokin Aperribay, que cumplirá 18 años en el cargo en 2026. En el apartado de transparencia, “una vez que el club salió de la Ley concursal y se pagó todo lo que se debía, las cuentas están claras”, afirma Peio Godoy, uno de los miembros de la antigua Agrupación de Pequeños Accionistas de la Real Sociedad (Apars), muy presente en todo aquel periodo complejo que vivió el club txuri-urdin hace quince años. Hoy la situación es diametralmente opuesta, aunque Godoy sí que cree que, aunque no es malo, “el trato con el pequeño accionista es mejorable, no hay apenas comunicación con el club y tenemos los mismos derechos que el socio”.

Y sin salir de la provincia de Gipuzkoa, la asociación Beti Eibar, creada hace un año, tiene como objetivo agrupar el 5% de las acciones de la SD Eibar. ¿Por qué? Para tener la potestad de plantear la celebración de juntas generales extraordinarias donde poder solicitar un mayor detalle a la directiva en aspectos de gestión que consideran relevantes, como puede ser la nueva ciudad deportiva de Areitio u otros temas. “Queremos pasar de la experimentación a la gestión”, explicaba Aitor Muniozguren, miembro de Beti Eibar, en la reciente primera asamblea de la asociación, que hoy agrupa sobre el 2,5% del capital social del club armero.

 

Segunda petición: un consejero independiente

“En el Cádiz CF no tenemos representación en el consejo, pero, vaya, no es nada extraordinario”, recuerda José María de la Hera, miembro de Alma Cadista, un colectivo de aficionados gaditanos. Tanto las plataformas de fans como las asociaciones de pequeños accionistas de los clubes alzan la voz este mes de juntas para exigir a la propiedad que se dé presencia en los máximos órganos a representantes de las aficiones. Algo que ya se incluye en la nueva Ley del Deporte, pero que, por ahora, ningún club ha materializado.

En este sentido, algunos equipos han iniciado proyectos como la comisión social del Atlético de Madrid, donde están presentes “todos los colectivos del Atleti”, explica Martínez Caja. Este órgano, por ejemplo, tuvo mucho que ver con la vuelta al escudo anterior la próxima temporada. La presencia de las aficiones en los consejos de administración apunta a ir a más próximamente. En Inglaterra ya ha intervenido el Gobierno, de forma directa, para crear un regulador independiente que, entre otros aspectos, obligará a los clubes a contar con los aficionados para adoptar cualquier decisión relevante para la entidad. Aunque el país referente hoy para estas plataformas sigue siendo Alemania y su regla 50+1, que exige que, para competir en la Bundesliga, un club debe tener el 50% más una acción en manos del club y de sus socios.

 

Las asambleas de los clubes sociales

Por último, en este repaso cabe recordar también los órganos de control de los cuatro clubes sociales de LaLiga: Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club y CA Osasuna. En el club azulgrana, la asamblea está conformada por un grupo elegido por sorteo del 2,5% de los socios (compromisarios), a los que se añaden los senadores –socios con el número de carné entre el 1 y el 1.000–, los miembros de la junta directiva, los miembros de las comisiones estatutarias, los expresidentes del club y los presidentes de las federaciones territoriales de peñas que sean socios y socias con más de cinco años de antigüedad.

En los clubes sociales, la figura del compromisario y de los socios más veteranos destacan en sus asambleas y órganos de decisión 

La composición es similar a la de Real Madrid, Athletic Club y CA Osasuna. En este último caso, a su asamblea pueden acudir los socios compromisarios, toda la junta directiva, los cien socios más antiguos, los expresidentes con más de un año de mandato (y no hayan perdido la condición de socio), los socios honorarios que tenga en ese momento el club, el defensor del socio y los miembros de la comisión de control económico.

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