Sir Jim Ratcliffe tiene trabajo por delante con el Manchester United. El club de la Premier League cerró 2023-2024 con unas pérdidas de 113,2 millones de libras (134 millones de euros), las más altas de su historia junto a las de 2021-2022. Hay distintas razones que explican este fuerte agujero, casi cuatro veces superior al del ejercicio previo: está la de un mayor ritmo de gasto respecto a los ingresos, pero también los costes extraordinarios asumidos en la entrada del multimillonario británico en el accionariado.
El nuevo director general, Omar Berrada, ha señalado que “estamos trabajando para lograr una mayor sostenibilidad financiera y realizar cambios en nuestras operaciones para que sean más eficientes, a fin de asegurarnos de que estamos destinando nuestros recursos a mejorar el rendimiento en el terreno de juego”. Su previsión es que los ingresos se mantengan estables en un 2024-2025 en el que los Red Devils no competirán en Europa, y que pueda mejorarse la situación de pérdidas existente.
Por el lado de los ingresos, la cifra de negocio apenas mejoró un 2,1% interanual, hasta 661,8 millones de libras (784,5 millones de euros). Es el importe más alto de su historia, pero en su desglose ya refleja los importantes retos que afronta el equipo de fútbol para intentar recuperar un mayor ritmo de crecimiento. Las plusvalías por traspasos prácticamente se doblaron, hasta 37,4 millones de libras (44,3 millones de euros).
La factura comercial se estancó en 302,9 millones de libras (359 millones de euros), algo que la dirección atribuye a pagos únicos que se consiguieron en 2022-2023. En este ámbito, el United se ha asegurado ya la ampliación del contrato de Snapdragon hasta 2029 como patrocinador principal. Más de la mitad de esos 300 millones se corresponde con los patrocinios, mientras que el retail ya supuso otros 125 millones de libras (148 millones de euros) en 2023-2024, un 10,3% más, tras la renovación con Adidas y la inauguración de una nueva megastore.
La recaudación por matchday sólo subió un 0,5%, con 137,1 millones de libras (162,5 millones de euros), y habría sido menos de no ser por el tirón de los paquetes de hospitality. La razón no es otra que, habiendo prosperado menos en todas las competiciones, el primer equipo jugó hasta ocho partidos menos como local en comparación con el curso anterior.
Por el contrario, los derechos de televisión aportaron 221,8 millones de libras (263 millones de euros), un 6,1% más que en 2022-2023. En este caso, la mejora se dio por el cambio de competición internacional, ya que pasó de jugar en Europa League a hacerlo en Champions League. De cara a este curso, lo probable es una importante caída de ingresos por este concepto, ya que acabó decimocuarto en la Premier y no juega en Europa.
El Manchester United registró ingresos y pérdidas récord en 2023-2024
De ahí la importancia del plan de ajuste confirmado por Berrada, que, en su opinión, “reflejan un impacto parcial del año en los ahorros de costes transformadores y los cambios organizativos que hemos estado implementando durante el verano”. Según sus cálculos, en 2023-2024 ya se han ajustado 10 millones de libras (12 millones de euros), que pasarán a una horquilla de entre 40 millones y 45 millones de libras (entre 47 millones y 53 millones de euros) anuales cuando todos los cambios se hayan implementado.
El club inglés dedicó 364,7 millones de libras (432 millones de euros) al pago de nóminas en 2023-2024, un 10% más interanual. Y, aunque mayoritariamente el consumo se corresponde con el primer equipo, la dirección ha ejecutado un plan de 250 despidos para “crear una estructura más eficiente, ágil y sostenible”. En cuanto a las amortizaciones por fichajes, éstas también subieron un 10% interanual, hasta 190,1 millones de libras (225 millones de euros).
El resto de gastos de explotación bajaron un 8,5%, hasta 149,4 millones de libras (177 millones de euros), pero únicamente se produjo por la disputa de menos partidos como local. La depreciación de activos subió un 19,6%, hasta 16,5 millones de libras (19,6 millones de euros), por la reactivación de las inversiones en las instalaciones, mientras que los costes asociados a la entrada de Ratcliffe con un 27,7% de las acciones ascendieron a 47,8 millones de libras (57 millones de euros). Por último, los gastos financieros prácticamente se triplicaron, hasta 72,3 millones de libras.
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