La Juventus continúa sin encontrar el punto de equilibrio. El club de la Serie A cerró 2023-2024 con unas pérdidas de 199,2 millones de euros, un 61% más que el ejercicio anterior. En total, ya son siete temporadas consecutivas en negativo y con unos números rojos acumulados de 926 millones desde 2017-2018, según datos extraídos de Intelligence 2P, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook. Entre las razones de este escenario, un negocio en retroceso y la incapacidad de reconducir la masa salarial.
La Vechia Signora obtuvo una cifra de negocio de 317,9 millones de euros, un 20% menos que en 2022-2023. La razón no es otra que su no participación en competiciones de Uefa, lo que se tradujo en una merma del 37% interanual por televisión, hasta 99,7 millones de euros. A su vez, los abonos aportaron un 29% más, con 33,2 millones de euros, que compensó la caída del 31% por taquilla (24,5 millones).
El área comercial también acusó el menor rendimiento deportivo del primer equipo y la salida de varias de las estrellas de la última etapa. Los ingresos por este concepto cayeron un 10%, hasta 160,5 millones de euros, y las proyecciones para 2024-2025 no son muy optimistas tras quedarse sin patrocinador principal y los 45 millones que pagaba Jeep.
El resto de ingresos de explotación aportaron 42,4 millones, un 6% más, pero las plusvalías por traspasos se hundieron a más de la mitad, hasta 34,17 millones de euros en 2023-2024.
Pese a la mala evolución de los ingresos, la Juventus no supo recortar el gasto al mismo ritmo de la caída del negocio. La masa salarial se situó en 378,2 millones de euros el año pasado, un 6% menos. Los salarios deportivos consumieron un 5% menos, con 239 millones, mientras que las amortizaciones por fichajes ya realizados bajaron un 8%, hasta 139,1 millones.
El personal no deportivo también asumió un ajuste del 7%, con 25,1 millones de euros, mientras que los gastos de explotación se atajaron un 9% interanual, hasta 117,18 millones de euros, por los menores costes en operativa en día de partido al no disputar la máxima competición continental.
De cara a 2024-2025, el club controlado por la familia Agnelli confía en mejorar sus ingresos pese a la falta de un main sponsor. Su proyección es que el regreso a la Champions League, unido a su participación en el Mundial de Clubes, permitirán que los ingresos por televisión absorban ese golpe.
En términos financieros, la dirección también prevé mantener el proceso de desapalancamiento, tras experimentar una “reducción significativa de la deuda financiera neta gracias a la finalización de la ampliación de capital”. En concreto, este importe se aminoró un 28,6% interanual, hasta 242,8 millones de euros. También se ha rebajado el volumen de amortizaciones futuras, pues los derechos sobre futbolistas en balance bajaron a 274,6 millones, un 15,1% menos interanual.
Pese al aumento de las pérdidas, el club asegura en un comunicado que “se confirman los objetivos económicos y financieros del Plan Estratégico 2024-2027”, tanto por “la normalización de los ingresos (también gracias al retorno a la participación en la Uefa Champions League), como por el creciente impacto positivo derivado de la racionalización de los costes”. No obstante, no será hasta 2026-2027 cuando se confía en volver a beneficios.