El Inter de Milán completa con éxito la emisión de bonos de 415 millones que lanzó la pasada semana. La operación se ha cerrado con un tipo de interés del 6,75%, con vencimiento en 2027, según ha informado la entidad.
El club de la Serie A pondrá este bono a cotizar en la Bolsa de Luxemburgo. La refinanciación le servirá para la devolución de un préstamo anterior por el mismo importe en 2022, así como para “financiar las cuentas y pagar las comisiones y gastos relacionados”.
Los problemas de tesorería del vigente campeón de Italia se agudizaron con las pérdidas de 2020-2021, que ascendieron a 245 millones de euros. Es el doble respecto al curso anterior, y eso que la facturación total sólo retrocedió un 2% interanual, hasta 364,7 millones de euros.
El club, controlado por el grupo chino Suning, aseguraba hace pocos días que la renovación con Lenovo y la entrada en la camiseta de Socios.com y Zytara Labs le aseguran unos ingresos conjuntos de 119 millones de euros hasta 2025, lo que da una media de 29,75 millones de euros por temporada. Sin embargo, este importe equivale a un 50% de los ingresos que la dirección estima que ha dejado de percibir (60 millones) por el cierre de estadios que impuso la pandemia.
Los nerazzurri cerraron el primer trimestre de 2021-2022 con una caída de ventas del 40,4%, hasta 71,2 millones de euros. ¿La razón? Un año antes, el periodo de julio-agosto incluyó ingresos comerciales y por televisión que hacían referencia a 2019-2020 y no 2020-2021, tras la reanudación y finalización tardía de las competiciones.
A su vez, también ha pesado la terminación de algunos contratos de patrocinio fuera de mercado con compañías chinas que aterrizaron junto a Suning años atrás. Por ejemplo, la no continuidad de Beijing Imedia Advertising ha supuesto una merma de 6,3 millones de euros en el primer trimestre de 2021-2022.
“Si bien nuestros ingresos ajustados se han mantenido relativamente estables en general, nuestras operaciones y resultados operativos se han visto afectados significativamente y pueden continuar viéndose afectados significativamente en futuros resultados financieros”, admitieron recientemente los gestores del equipo, que no ha podido recortar el gasto al mismo nivel que los ingresos en pandemia.
El Inter ha explicado que los costes operativos totales subieron un 17,1% interanual en el periodo julio-septiembre, hasta 129,3 millones de euros. El club lo atribuye a los pagos a agentes y por solidaridad relacionados con las ventas de Achraf Hakimi al Paris Saint-Germain (PSG) y Romelu Lukaku al Chelsea FC.
Además, tuvo que deteriorar anticipadamente el valor de los derechos futbolísticos sobre Christian Eriksen, con un coste de 15,3 millones de euros. También tuvo que pagar una penalización por la cancelación de su gira por Florida (Estados Unidos), que se comió todo el ahorro obtenido con una reducción de las amortizaciones por fichajes, que se recortaron un 20,7% interanual. Con esta situación, el Inter apunta a un nuevo año de pérdidas.