El Inter de Milán busca refinanciar 415 millones de euros con una emisión de bonos hasta 2027. El club de la Serie A, controlado por el grupo chino Suning, debía afrontar la devolución de un préstamo anterior por el mismo importe en 2022.
El club asegura que la renovación con Lenovo y la entrada en la camiseta de Socios y Zytara Labs le aseguran unos ingresos conjuntos de 119 millones de euros hasta 2025, lo que da una media de 29,75 millones de euros por temporada. Sin embargo, este importe equivale a un 50% de los ingresos que la dirección estima que ha dejado de percibir (60 millones) por el cierre de estadios que impuso la pandemia.
De hecho, los tres primeros meses de 2021-2022 se han cerrado con una caída de ventas del 40,4%, hasta 71,2 millones de euros. ¿La razón? Un año antes, el periodo de julio-agosto incluyó ingresos comerciales y por televisión que hacían referencia a 2019-2020 y no 2020-2021, tras la reanudación tardía de las competiciones.
A su vez, también ha pesado la terminación de algunos contratos de patrocinio fuera de mercado con compañías chinas que aterrizaron junto a Suning años atrás. Por ejemplo, la no continuidad de Beijing Imedia Advertising ha supuesto una merma de 6,3 millones de euros en el primer trimestre de 2021-2022.
“Si bien nuestros ingresos ajustados se han mantenido relativamente estables en general, nuestras operaciones y resultados operativos se han visto afectados significativamente y pueden continuar viéndose afectados significativamente en futuros resultados financieros”, admite el equipo de fútbol, que no ha podido recortar el gasto al mismo nivel que los ingresos.
El Inter explica que los costes operativos totales subieron un 17,1% interanual en el periodo julio-septiembre, hasta 129,3 millones de euros. El club lo atribuye a los pagos a agentes y por solidaridad relacionados a las ventas de Achraf Hakimi al Paris Saint-Germain (PSG) y Romelu Lukaku al Chelsea FC.
Además, se tuvo que deteriorar anticipadamente el valor de los derechos futbolísticos sobre Christian Eriksen, con un coste de 15,3 millones de euros. También tuvo que pagar una penalización por la cancelación de su gira por Florida (Estados Unidos), que se comió todo el ahorro obtenido con una reducción de las amortizaciones por fichajes, que se recortaron un 20,7% interanual.
Esta situación apunta a un nuevo año en pérdidas, después de que los números rojos se dispararan 245,6 millones de euros a cierre de 2020-2021. Es el doble respecto al curso anterior, y eso que la facturación total sólo retrocedió un 2% interanual, hasta 364,7 millones de euros.