La Europa League ha sido un auténtico balón de oxígeno para el Granada CF, que hace sólo dos años vivía inmerso en la Segunda División y en distintos cambios en su modelo de gestión. Su clasificación para el torneo de la Uefa en 2020-2021 le ha permitido salvar el beneficio en la primera mitad del curso y, sobre todo, no temblarle el pulso a la hora de anticipar problemas. La dirección decidió provisionar 3,04 millones ante posibles reclamaciones por los juicios abiertos contra su expresidente y expropietario Quique Pina, según ha podido saber 2Playbook.
Fuentes conocedoras del caso señalan que es difícil que el club nazarí se libre de tener que pagar, en tanto que responsable subsidiario de las distintas acusaciones que pesan sobre Pina. En su memoria, la actual propiedad se limita a indicar que la provisión se deriva de la apertura de un expediente de declaración de responsabilidad tributaria de carácter solidaria por las deudas tributarias de Pina.
El empresario, que aún controla parte del Cádiz CF en un proceso también judicializado, fue procesado en mayo de 2019 por la Audiencia Nacional. El juez José de la Mata abría juicio por cinco delitos fiscales de ocultación de ingresos y patrimonio a través de distintas sociedades con las que evadió 2,8 millones de euros. A su vez, se le investigaba por desviar 12,4 millones de euros entre 2012 y 2016 por sus ingresos como administrador de clubes. Ahí es donde ser vería implicado el Granada CF.
Las fuentes consultadas señalan que este riesgo ya se anticipó en la due dilligence que se realizó en 2016, cuando la familia Pozzo vendió el 99% del equipo de LaLiga Santander a John Lizang por 37 millones de euros. Las mismas indican que los italianos, que aún controlan el Udinese y el Watford, dieron garantías durante un año desde la compraventa. Hoy, la propiedad está en manos del gigante chino DDMC, tras los impagos de Lizang.
Quique Pina está acusado de desviar 12,4 millones de euros entre 2012 y 2016 por sus ingresos como administrador de clubes
La provisión realizada se corresponde al importe máximo que debería pagar la entidad deportiva, aunque algunas fuentes confían en que el golpe pueda acabar siendo menor. En cualquier caso, y por prudencia contable, la dirección aprovechó los elevados excedentes que consiguió en su regreso a Primera para asumir ya el golpe por anticipado, según las fuentes consultadas.
Esta es una de las últimas carpetas que dejó cerrada el anterior grupo de asesores del club, con Antonio Fernández Monterrubio en la dirección general y del despacho Senn Ferrero en la asesoría legal. DDMC, socio de LaLiga en China, tomó el control ejecutivo tras hacerlo accionarialmente a finales de 2020, y en las últimas semanas ha optado por un relevo en la plana mayor: Patricia Rodríguez en el negocio como consejera ejecutiva y Javier Aranguren en el plano legal, este último desde el golpe de timón en el consejo de administración.
Monterrubio fue cesado la semana por causas disciplinarias tras una profunda reestructuración del club, que cuando pasó a manos chinas no tenía ni siquiera fútbol base. Primero su antecesor, Sergi Vieta, y después él, sentaron las bases del actual proyecto deportivo, que encabeza Fran Sánchez como director del área desde 2017. Muestra de ese cambio está en el activo del balance, donde el valor de los derechos sobre futbolistas se ha multiplicado por diez en sólo cuatro años, superando los 25,6 millones a 31 de diciembre de 2020, según consta en los estados financieros del primer semestre de 2020-2021.
Esta mitad del ejercicio concluyó con unas ganancias de 4,67 millones de euros, sólo una caída del 31% pese al impacto que la Covid-19 ha tenido sobre los ingresos por día de partido y televisión. No hay que olvidar que la primera parte de 2019-2020 transcurrió con normalidad y el equipo ya militaba en Primera División. ¿La diferencia? Aún no jugaba competiciones europeas.
Su clasificación para Europa League permitió que la cifra de negocio en el primer semestre se disparara un 47,5% interanual, hasta 44,53 millones de euros. El 91% de este importe se corresponde con los derechos de televisión de LaLiga -que suben respecto a 2019-2020 por su mejor rendimiento deportivo- y los pagos de Uefa, que superarían los 10 millones de euros hasta diciembre tras haber superado todas las rondas hasta cuartos de final.
El club nazarí, ahora con Patricia Rodríguez al frente, facturó 44,5 millones de euros en el primer semestre de 2020-2021, un 47,5% interanual más
Esta fuerte subida en el plano audiovisual ha compensado de sobras el golpe del cierre de los estadios, que en el caso del Granada CF se comió un millón de euros por taquilla y 3,6 millones en cuotas de abonados, que siempre se cobran por anticipado al arranque del curso. En cuanto al área comercial, su mayor visibilidad en televisión permitió que las ventas mejoraran un 37,5%, hasta 4,22 millones de euros.
La mejora del negocio fue aprovechada por la dirección no sólo para provisionar el caso Pina, sino también cargar a 2020-2021 y no al curso anterior las primas colectivas, que ascendieron a 4,59 millones de euros. En total, los nazaríes destinaron 24,88 millones al pago de nóminas en el primer semestre de 2020-2021, un 85,9% más. La amortización de inmovilizado, básicamente por fichajes de futbolistas, pasó de 1,5 millones a 4,81 millones de euros.
En términos de deuda, el club continúa con el pago de sus compromisos con entidades de crédito, con las que tiene comprometidas devoluciones anuales que rondan los 933.000 euros anuales hasta 2024-2025, para un total de 4,7 millones. En cuanto a los compromisos con otros clubes por fichajes, la factura era de 11 millones a 31 de diciembre, con todos los pagos concentrados en 2021-2022. Se da por descontado que algunos de estos pagos podrían asumirse con traspasos de futbolistas revalorizados en los últimos meses, si bien la política de la nueva dirección pretende mantener el preservar activos para competir deportivamente.
En su primera entrevista desde que fichó por el Granada CF, Rodríguez ya explicó a 2Playbook que “el primer equipo ha alcanzado grandes gestas que requieren ser acompañadas por un proyecto sostenible y duradero en el tiempo”. En este punto, recalcó que “el hecho de que la propiedad del Granada sea de origen chino es un hecho diferencial que debemos aprovechar para fomentar la expansión en un mercado en el que todos los clubes ambicionan estar y que nunca es fácil entrar”. Y ahí ya no es sólo negocio deportivo, sino también un potencial comercial al que pueden aspirar muy pocos.