El Getafe CF tiene motivos para el optimismo. El club azulón vuelve a estar cerca de las posiciones que dan acceso a competiciones europeas, y su paso por la Europa League en 2019-2020 ya le ha permitido concluir con éxito el plan de saneamiento que requería. El último ejercicio se saldó con la facturación total más alta de su historia (99 millones de euros) y un beneficio neto récord de 16,64 millones, seis millones más de lo previsto y un importe que le ha permitido volver a presentar un patrimonio neto positivo, según los estados financieros a los que ha accedido 2Playbook.
La mejora de la rentabilidad se debe a su trayectoria en el torneo de la Uefa, donde percibió el triple de lo previsto tras alcanzar los octavos de final. Ese periplo que acabó en la eliminatoria contra el Inter de Milán generó 15,4 millones de euros entre pagos de la confederación y taquilla, siendo la segunda pata de ingresos más importante tras los derechos de televisión de LaLiga, por los que percibió 61,5 millones de euros, un 23% más, gracias al variable en función del rendimiento deportivo y su crecimiento social.
En total, la cifra de negocio alcanzó los 86,08 millones de euros, un 48% más que en 2018-2019. Además de los crecimientos por televisión y competiciones, la entidad controlada por Ángel Torres logró facturar un 10% más por abonados, hasta 2,29 millones, y un 21% más por el área comercial, hasta 5,7 millones. Los otros ingresos de explotación, donde se incluyen pagos de LaLiga y cobros por cesiones, entre otros, subió 2%, hasta 2,2 millones.
En cuanto a las plusvalías por traspasos, la salida de Leandro Cabrera en el mercado de invierno sirvió para pulverizar la previsión inicial para 2019-2020 y obtener un 80% más interanual por este concepto, hasta 9,27 millones de euros. Eso sí, la dirección encabezada por José María Duran hasta diciembre (fichó por el RCD Espanyol) y asumida después por Clemente Villaverde, ex del Atlético de Madrid, no se precipitó con los costes.
El Getafe CF ha logrado dejar atrás la situación de patrimonio neto negativo y se quedó a las puertas de los 100 millones en ingresos
El plan aprobado antes de que arrancara el curso se mantuvo y apenas se salió del objetivo de gastar 45 millones de euros en salarios. De este importe, 41,91 millones de euros corresponden al área deportiva, con una subida interanual del 25% atribuible a las subidas automáticas que incluyen muchos contratos en caso de clasificación europea. Además, se abonaron 3,4 millones en primas por objetivos.
La línea marcada por Duran en su momento de hacer crecer al club por la vía del patrimonio deportivo también se hizo notar. Los fichajes de Erick Cabaco, Enric Gallego o Allan Nyom, entre otros, explican que las amortizaciones de inmovilizado se dispararan un 58% en 2019-2020, hasta 15,43 millones; de este importe, 13,65 millones corresponden a futbolistas. Pero el mejor ejemplo de esa política está en el balance, donde el valor contable de la plantilla ha pasado de medio millón de euros en 2015-2016 a 46,22 millones al término de 2019-2020.
El resto de los gastos de explotación subieron un 26% interanual, hasta 13,85 millones de euros, por dos motivos. El primero es que jugar en Europa exige viajar más y los costes de desplazamientos se doblaron (1,44 millones); el segundo, que los gastos por cesión de jugadores también fueron el doble que en 2018-2019 (1,14 millones) y que los costes relacionados con fichajes pasaron de 1,28 millones a 1,94 millones.
Para la temporada 2020-2021, el consejo de administración asume que “el efecto que se prevé que tenga la pandemia en las cuentas anuales de la sociedad es una reducción de los ingresos por abonos y de los ingresos por taquillas al prever que todos los partidos se disputaran a puerta cerrada”.
De hecho, tal y como adelantó 2Playbook, la previsión de la entidad azulona es que la cifra de negocio retroceda hasta 62,96 millones de euros, 24 millones menos que un año antes pero más que en 2018-2019, gracias sobre todo a la televisión.
El beneficio neto de unos 64.000 euros si no hay más imprevistos de los ya contemplados, para lo que ha tenido que asumir un recorte salarial del 15% en las nóminas del primer equipo y consumir todo el margen de beneficio con el que había funcionado los últimos años.
Aun así, Torres ha garantizado siempre la viabilidad del proyecto desde que en 2015 salvó el matchball con Hacienda concediendo un préstamo participativo de más de 9 millones. De ese importe sólo le faltan por recuperar 6,95 millones de euros tras no haber exigido ninguna amortización anticipada, pues le rinde al 5,5% interanual. La deuda con clubes pasó de 16,4 millones a 20,65 millones de euros.