El Getafe CF ya ha diseñado su particular táctica para que el Covid-19 no le suponga volver a los números rojos del pasado. El club azulón confía en cerrar 2020-2021 con un beneficio neto de unos 64.000 euros si no hay más imprevistos de los ya contemplados, para lo que ha tenido que asumir un recorte salarial del 15% en las nóminas del primer equipo y consumir todo el margen de beneficio con el que había funcionado los últimos años.
El presupuesto de la entidad, al que ha accedido 2Playbook, contempla una cifra de negocio de 62,96 millones de euros, un recorte del 18,9% en comparación con la previsión para 2019-2020 antes de que estallara la pandemia. Aun así, será su segundo importe más elevado de facturación en toda la historia, sólo por detrás del borrador del último año, cuyo cierre definitivo con el impacto de la crisis aún no se ha hecho público.
En la hoja de ruta para 2019-2020, y de ahí la fuerte caída prevista, se incluían 11,6 millones por la disputa de la Europa League, repartidos entre 5,75 millones por rendimiento deportivo (partida de competiciones) y 5,8 millones por televisión. Descontados estos importes, pues este año no juegan torneos Uefa, el recorte de ingresos ordinarios sería del 4,6% interanual.
El cambio más destacado en el presupuesto es la ausencia de ingresos por abonados, que suponían en torno a dos millones de euros anuales y a los que la dirección decidió renunciar para compensar a sus socios. “No les vamos a cobrar. Que sepan que no van a pagar nada. Lo paga mi bolsillo. No estamos sobrados, pero aun así me arriesgo”, avanzó ya en mayo el presidente y máximo accionista, Ángel Torres, en Radio Marca.
Con esta decisión, el Getafe CF se asegura la continuidad de una masa social formada por cerca de 13.000 abonados, un hito histórico y que se exponía a perder en función de las medidas de compensación que adoptara tras el abrupto cierre de los estadios a causa de la pandemia. La reapertura no está clara y no se antoja para antes de febrero de 2021, por lo que se ha presupuestado un desplome del 50% en la recaudación por ticketing respecto al inicio de 2019-2020, hasta 372.000 euros.
Los resultados deportivos y los acuerdos de LaLiga con las televisiones para salvar las facturas de la última campaña explican el descenso del 11,3% en ingresos audiovisuales, ya que a la ausencia de pagos de la Uefa se le une una merma de dos millones por lo que prevé percibir del campeonato español. Es una línea de negocio sobre la que apenas tiene control, por no decir ninguno, ya que la comercialización de estos derechos está centralizada en todos los ámbitos.
La gran sorpresa viene en el ámbito comercial, donde el club dirigido por Clemente Villaverde se ha asegurado una mejora interanual del 18,8%, hasta 5,57 millones de euros. Son ingresos ya asegurados, pues control económico no permite introducir partidas que no estén aseguradas en este ámbito, en el que destacan los patrocinios ya históricos de Joma y Tecnocasa. A ellos se les han sumado Tejadas Forever, Reale Seguros o CaixaBank, entre otros.
Esos incrementos en el valor de sus activos publicitarios son fruto, en parte, de su consolidación en LaLiga Santander y una estrategia basada en retener a sus principales jugadores. Eso ha supuesto renunciar a importantes plusvalías por traspasos, como demuestra que en los últimos dos años no ha superado los dos millones en ingresos por este concepto. Es más, lo que se ha incrementado y de forma notable son las amortizaciones relacionadas con el fichaje de futbolistas.
Esta partida ha pasado de no superar los cuatro millones en 2017-2018 a incrementarse un 31,2% interanual en la previsión para 2020-2021, hasta 12,35 millones de euros. Este esfuerzo adicional en la inversión en refuerzos para el primer equipo se ha podido mitigar con un menor gasto en salarios deportivos, que bajarán un 17,9% interanual sobre presupuesto, hasta 35 millones de euros.
El hecho de no jugar en Europa hará que las nóminas bajen automáticamente en cinco millones de euros, hasta 31,7 millones, mientras que las primas colectivas se recortan a más de la mitad y caen a 1,9 millones. Aun así, con 31,7 millones se trata de un importe igualmente superior a los 26,1 millones que costó la plantilla deportiva de 2018-2019, cuando tuvo que pagar seis millones en bonus por conseguir el billete para la Europa League.
La entidad no ha desvelado aún cuál fue el cierre de 2019-2020, aunque de las declaraciones de Torres se desprende que se pudo salvar el beneficio neto. La razón no es otra que el cierre de los estadios, en su caso, apenas tendría un impacto de tres millones de euros, cuando su previsión de beneficio neto para ese ejercicio era de 10,45 millones. “No fui a concurso de acreedores, no he hecho Erte y los jugadores y Hacienda están al día”, aseveró en mayo Torres, que en 2015 ya salvó el gran matchball al que se ha enfrentado el Getafe CF en su historia.
Entonces, el club estaba al borde de la quiebra y el descenso administrativo por su deuda con la Agencia Tributaria, pero el empresario cubrió el agujero que su propia gestión había provocado con un préstamo participativo de nueve millones de euros. Esa deuda se ha ido refinanciando para priorizar la inversión deportiva del club, que en 2016 fichó a José María Duran como director general para profesionalizar su gestión. El ejecutivo catalán volvió a finales de 2019 al RCD Espanyol, y en su lugar llegó Clemente Villaverde desde el Atlético de Madrid. La misión continúa siendo la misma: mantener al equipo en Primera División.