La Fifa ha puesto cifras a la constatación general de que el mercado de fichajes sufre una de sus mayores parálisis de la historia. La inversión en traspasos internacionales se hundió un 23,4% interanual en 2020, hasta 5.630 millones de dólares, rompiendo con ocho años de ininterrumpido crecimiento, según datos del regulador. Se trata del importe más bajo de los últimos cuatro años, aunque 2021 aún podría ser peor si se mantiene la situación actual.
“En 2020, las tarifas de traspasos se vieron afectadas significativamente más que el número real de transferencias internacionales”, sostiene Fifa TMS, sistema en el que todos los clubes están obligados a volcar la información de las operaciones que firman. Dicho de otro modo: “Si bien la necesidad de renovar la plantilla estaba ahí para todos los clubes, el precio que estaba dispuesto a pagar por esta renovación era significativamente más bajo que en los tres años anteriores”, concluye.
Inglaterra, con la Premier League al frente, salvó parcialmente los muebles con un ligero repunte promovido por el Chelsea FC, alcanzando los 1.627,2 millones de dólares de gasto (+7,1%). Sus redes se concentraron en el fútbol europeo, y de hecho su dinero es el que ayudó a mitigar la crisis en el resto del continente, donde sí hubo un fuerte ajuste.
El caso más claro es el de España, donde la inversión se desplomó un 52,2%, hasta 607,1 millones, ante la necesidad de liberar masa salarial y achicar pérdidas, situación que se repetirá en 2021. En Italia el retroceso fue menor, del 16,2%, hasta 731,5 millones de dólares, mientras que en Alemania fue del 19,2% (554,6 millones de dólares) y en Francia del 22,3%, hasta 531,8 millones de dólares.
El descenso de la inversión española va acorde con los ingresos percibidos previamente, que bajaron un 14% y se situaron en 785,7 millones de dólares. Aun así, es de largo el país que más generó en el mercado internacional de fichajes, por encima de los 582,7 millones de Italia y los poco más de 450 millones que generaron Inglaterra, Francia y Alemania.
La caída de grandes operaciones es evidente, pues aquellas en las que la inversión superó los 10 millones de dólares pasaron de 176 en 2019 a sólo 130 en 2020. Los casos en los que se acordaron entre un millón y diez millones de dólares bajaron de 656 a 603. De hecho, un dato curioso del informe es que la mediana de las operaciones se incrementó un 15,1% interanual, hasta 381.000 dólares.
Ante la escasez de liquidez y la necesidad de renovar los vestuarios, muchos clubes han aceptado por incluir porcentajes de ingresos sobre venta futura, de modo que se abarata el coste inicial de la operación. “Es cada vez más común”, corrobora la Fifa, que se refiere este tipo de pactos como “un método para reducir el precio del traspaso a pagar”. De hecho, en las ventanas de enero y el verano de 2020 se usó en el 51,4% de las operaciones que ya incluían un pago inicial.
El regulador también constata que es una cláusula que suelen introducir equipos formadores que “pueden creer que el potencial del jugador es mucho mayor que su estado actual”. El 23,8% de los fichajes de menores de 18 años incluyeron este tipo de compromisos, porcentaje que baja al 13,9% entre futbolistas de 18 a 23 años, y por debajo del 10% en adelante. Por norma, ese porcentaje de una venta futura suele limitarse a un máximo del 20%, aunque en un tercio de las operaciones del año pasado con este tipo de fórmulas se superó ese umbral.
Muchos equipos formadores han encontrado en esta vía la más idónea para asegurar que sacan algo de provecho del bullicioso mercado de traspasos, ya que no fue hasta el año pasado que la Fifa puso orden a los pagos de solidaridad. Según sus estadísticas, los cambios introducidos para asegurar que estas organizaciones cobran por su papel en el sistema permitieron hacerles llegar 38,5 millones de dólares.
Son mecanismos necesarios ante una tendencia creciente a anticipar el fichaje de jóvenes promesas, pues en 2020 se destinaron 105,8 millones de dólares a la incorporación de menores de 18 años, por los apenas 400.000 dólares que se abonaron por los mayores de 35. Prácticamente el 90% del gasto se concentra en atletas de 18 a 29 años, considerada la etapa de mayor rendimiento.
Ahí es donde también se persiguen contratos más largo, tanto por retener a esos talentos en plantilla como por estirar el periodo de amortización y no cargar en exceso la masa salarial. El 90% los fichajes de más de 10 millones de dólares reciben contratos de más de tres años, mientras que aquellos que llegan libres no suelen lograr más de un año de estabilidad.
Estas modificaciones del reglamento buscan hacer más eficiente un mercado que el organismo confía en que sepa sobreponerse a la crisis. “Aunque los números absolutos muestran un descenso por primera vez en los últimos diez años, la actividad de fichajes de futbolistas profesionales en 2020 fue todavía alta, lo que demuestra la considerable resistencia y fuerza del fútbol en la actividad laboral mundial”, sostiene en su informe anual. Es más, recuerda que la actividad en enero de 2020 mostraba un alza de operaciones del 9,2% interanual, síntoma de que ese verano hubiera vuelto a batirse el récord de gasto de no ser por la pandemia.
Por nacionalidades, la continua migración de futbolistas de LaLiga con rumbo a Inglaterra hizo que España volviera seis años después a la segunda posición en términos de ingresos por nacionalidad. En total, el movimiento de futbolistas españoles generó 612,6 millones de dólares, sólo superado por los 734 millones de los brasileños, que no han perdido la primera plaza ni una sola vez. Francia, histórica plata en este ranking, se hundió a la quinta posición con 319,5 millones de dólares.