Sin acuerdo. Así ha finalizado la mesa de negociación entre el FC Barcelona, futbolistas y empleados de actividades no deportivas del club, por lo que, el próximo 23 de noviembre, el Barça tomará una decisión definitiva sobre el asunto. Cabe recordar que, hasta el pasado miércoles, el club no había presentado medidas concretas para solicitar la rebaja salarial, con la que el Barça aspira a reducir en 191 millones de euros sus costes de 2020-2021.
La fecha límite para la finalización la mesa de negociación se alcanzó el pasado 5 de noviembre, pero las partes se dieron una semana más sabedoras de que era imposible alcanzar un acuerdo antes sin una cifra sobre la mesa, tal y como adelantó 2Playbook. Ahora ganan más tiempo, aunque se admite que “la negociación está agotada”.
“El proceso negociador ha puesto de manifiesto la sincera y firme voluntad de entendimiento de las partes, incluida la fórmula de recuperación de los salarios que hay que aplazar, y se han conseguido superar muchas de las dificultades que días atrás parecían insalvables”, argumenta la gestora presidida por Carlos Tusquets, sobre la razón de ganar dos semanas más de negociaciones.
Eso sí, advierte que “si desgraciadamente no fuera así, no podemos rehuir la responsabilidad de adoptar la decisión que resulta imprescindible para el Club”. Y ahí es donde podría entrar la adopción de un recorte de salario aplicado de forma unilateral alegando causas objetivas, como es la pérdida de 300 millones de euros en ingresos.
El recorte respecto al cierre de 2019-2020 es de 156 millones de euros, pero ahí hay que tener en cuenta que ese ejercicio se logró aligerar la masa salarial en 42 millones de euros con la reducción de salarios y el despido temporal de varios trabajadores de oficinas y tiendas. Es decir, que se necesitan 191 millones de ahorro.
La junta gestora está proponiendo el diferimiento de pagos bajo distintas fórmulas, pues no es la misma situación la de quienes acaban contrato este año, que quienes aún tienen dos temporadas más por delante o las jóvenes promesas con contratos aún más largos. Esa tarea de definir las fórmulas de pago ha sido encargada a la consultora de recursos humanos Mercer, mientras que EY se encarga de asegurar que fiscalmente se adecúan a la ley y no tienen un impacto negativo para las partes.
En este periodo, las partes pretenden “reflexionar y decidir si los planteamientos que han quedado sobre la mesa todavía pueden ser aceptados”. El club no niega que tendrá que “aceptar no poder alcanzar las metas mínimas necesarias”, mientras que los futbolistas profesionales deberán “hacer una contribución mayor que sus expectativas”. Es decir, que podría no conseguirse el ajuste necesario para evitar que el Barça siga en pérdidas en 2020-2021.
Antes de dimitir, la directiva de Josep Maria Bartomeu aprobó unos ingresos de explotación de 828 millones de euros para 2020-2021, frente a los 791 millones que se había contemplado de inicio. Aun así, son 27 millones menos que en 2019-2020 y un retroceso de 231 millones en comparación con el escenario original que se dibujó para el último curso antes de la pandemia.
En cuanto a los costes, la dirección confiaba en rebajarlos hasta 796 millones de euros si logra el recorte en nóminas. Incluidos los costes financieros y los impuestos, el beneficio neto de esta temporada podría llegar al millón de euros. Eso sí, todo pasa por lograr en 48 horas un acuerdo que no ha sido posible conseguir en los últimos mese
Mañana se reunirá la gestora del club, con Carles Tusquets al frente, para analizar este asunto y avanzar en la organización de las próximas elecciones a la presidencia del FC Barcelona, cuya fecha está cerca de conocerse.
