El FC Porto asume el roto de no vender a grandes estrellas. O al menos, no a tiempo. Y es que el club portugués podría haber compensado las pérdidas de 48 millones con las que cerró 2022-2023 de haber cerrado antes el traspaso por 60 millones de Otávio al Al Nassr de Arabia Saudí. A 30 de junio de 2023, había ingresado 23,5 millones por venta de futbolistas, frente a los 122 millones de 2021-2022. Pese a los grandes números rojos, el club logró recuperar su cifra de negocio prepandemia con 166 millones, un 15% más interanual, según ha detallado la propia entidad.

En este incremento de la facturación ordinaria fue clave la buena senda del Oporto en Champions League, donde llegó a octavos de final y le permitió ingresar 61,9 millones por pagos de Uefa, un 32% más respecto a 2021-2022. Asimismo, crecieron el resto de principales líneas: los abonados y el matchday aportaron 10,8 millones, un 23% más interanual; los patrocinios y la publicidad, 27 millones, un 4% más; el merchandising, 9 millones, un 14% más. Por la venta de derechos de televisión en Portugal, donde todavía se venden de forma individual, ingresó lo mismo: 42,6 millones.

Pese a las pérdidas, la cifra de negocio creció un 15%, hasta 166 millones, impulsada por los ingresos de Champions

Por su parte, el gasto creció un 14% hasta 159 millones. En detalle, el coste de personal (donde se incluyen salarios de la primera plantilla) creció un 15%, hasta 95,4 millones de euros. Asimismo, las amortizaciones por jugadores se mantuvieron estables en 35 millones, con un ligero incremento del 3%.

El presidente del club, Jorge Nuno Pinto da Costa, reconoció que el resultado económico del ejercicio “no es positivo”, pero aseguró que “hay contextos que se deben tener en cuenta y, sobre todo, que siempre se debe hacer un esfuerzo para conciliar las necesidades financieras con los intereses deportivos de la mejor manera posible”.