La pérdida de categoría puede empañar cualquier aspecto positivo sobre la salud financiera del RCD Espanyol, pero lo cierto es que los trabajos de los últimos meses son los únicos que van a permitir mantener vivo al club tras su peor temporada en lo deportivo. La entidad cerró 2019-2020 en unos niveles mínimos de deuda y una fuerte rebaja de los costes de financiación. Ya no hay miedo a prestar a los pericos.
“La situación patrimonial del club ha mejorado de forma significativa en cuanto a magnitudes relativas y ratios de solvencia-liqiuidez, lo que permite, cada vez más, afrontar los retos de la gestión del club con mayor seguridad y robustez, a pesar de la situación de crisis económica”, defiende el consejo de administración en la memoria enviada a los accionistas y a la que ha tenido acceso 2Playbook.
Muestra de ello son las dos operaciones de cesión de crédito que logró firmar cuando se declaró el estado de alarma con un fondo alemán de inversión. Esta fórmula es habitual del fútbol español para obtener financiación externa garantizada con los derechos audiovisuales, y fue una vía alternativa a la financiación vía ICO a la que acudieron algunos de sus rivales.
En su caso, se trata de dos préstamos de 8,2 millones de euros que suman 16,4 millones de euros, si bien al cierre de 2019-2020 ya sólo quedaban por devolver en torno a 9,7 millones de euros: 8,03 millones y 1,64 millones, respectivamente. Estos créditos deberán cancelarse al término de 2020-2021 salvo que medie una refinanciación, pues en los últimos años el Espanyol ha contado con este tipo de financiación adicional para sus necesidades de circulante.
Estas operaciones están a un paso de ser las únicas que engordan la deuda neta junto a los compromisos por fichajes, pues los pasivos con Rastar Group están muy cerca de cancelarse tras la capitalización de 49,99 millones de euros en diciembre de 2019. El grupo chino, que dos años atrás ya inyectó 75 millones, tan solo tiene vivas tres líneas de crédito, con diferentes fechas de vencimiento: tres millones el 10 de julio de 2021, cinco millones el 30 de diciembre de 2021 y 1,8 millones en febrero de 2022.
El Espanyol ha rebajado la deuda neta a 46,46 millones de euros tras capitalizar 50 millones con Rastar
En términos de cálculo de LaLiga, la deuda neta del Espanyol se recortó de forma importante en 2019-2020 gracias a las operaciones con su máximo accionista, bajando de 76,67 millones a 46,46 millones de euros. Esta cifra equivale al 34% de los ingresos relevantes del curso, muestra de la estable situación financiera del club. Esto es especialmente relevante tras el descenso, pues es lo que permitirá a la dirección poder canalizar más recursos para asaltar de nuevo Primera.
El consejo de administración valora positivamente la fuerte reducción de la deuda gracias a la capitalización de préstamos, que debe “permitir mayores posibilidades de financiación para reestructurar el pasivo a pesar de la situación de descenso de categoría” y el impacto de la Covid-19. Además, asegura que no hay riesgos amenacen su posición de tesorería, puesto que el club “dispone de diversas propuestas externas de financiación”.
En cuanto al golpe de la pandemia en las cuentas, el club cifra la pérdida de ingresos en 4,5 millones de euros, más de la mitad de los cuales corresponde a las cuotas de socios y abonados devueltas (2,16 millones de euros). A esa cifra se añaden 972.000 euros de taquilla, 345.000 euros por la explotación de las instalaciones, 11.000 euros por televisión del filial y el femenino, 730.000 euros del market pool de Uefa y 277.000 euros que se han perdido por patrocinio, publicidad y ventas de merchandising.
La dirección sólo pudo corregir la situación parcialmente, pues las medidas de ahorro y reducción de gasto sólo supusieron 2,62 millones de euros. El principal ahorro fue en salarios de futbolistas, que renunciando a un 4% de su retribución fija anual aliviaron las cuentas en 1,71 millones de euros. El cierre del Rcde Stadium supuso dejar de gastar 260.000 euros en operativa de día de partido, mientras que se cancelaron viajes por 104.000 euros. La presentación del Erte se tradujo en una exoneración de cuotas a la Seguridad Social por 139.000 euros.