El Girona FC logra el apoyo de sus principales accionistas. City Football Group (CFG), Marcelo Claure y Pere Guardiola han puesto en marcha una ampliación de capital por hasta 20 millones de euros, con tal de asegurar la sostenibilidad del equipo catalán en Primera o Segunda División. De momento, ya están garantizados 3,99 millones de euros en compensación de créditos concedidos en los últimos meses para evitar los problemas de caja en un 2020-2021 para el que se contemplaban pérdidas de 8 millones de euros.

Al margen de esta primera capitalización de deuda, la entidad pondrá en marcha una segunda ampliación de capital por hasta 16 millones de euros sin que apenas altere el mapa accionarial, pues sólo se emitirán 4.000 acciones. La aportación final dependerá de los números rojos con los que finalmente pueda cerrarse el ejercicio, pues la venta de un futbolista antes del 30 de junio podría aminorar el agujero, por ejemplo.

La operación supone un espaldarazo al proyecto pilotado por Ignacio Mas-Bagá, después del cambio accionarial aprobado el pasado verano. El dueño del Manchester City continúa como máximo accionista con un 47% del capital, seguido del empresario boliviano Marcelo Claure (35%) y Pere Guardiola (16%), que decidió vender parte de sus acciones para incorporar a este nuevo socio.

El Girona FC cerró la pasada temporada en equilibrio presupuestario pese a la pandemia gracias a la ayuda al descenso y al recorte de gasto de personal que realizó, una fórmula que no bastará para esquivar las pérdidas en 2020-2021. El club ha aprobado las cuentas del año pasado y el presupuesto para esta temporada, en la que prevé unos números rojos de ocho millones de euros si no hay un traspaso en el mercado de invierno o al término del curso.

El equipo de fútbol preveía facturar 11,3 millones de euros, un 56,2% menos que en la campaña anterior. ¿El motivo? La desaparición de la ayuda al descenso, que en 2019-2020 le permitió contar con 10,4 millones de euros adicionales, y el hecho de jugar a puerta cerrada, que ha provocado que la dirección sólo presupueste un 55% de los ingresos habituales por matchday. También ha cobrado la mitad del carné a los abonados, aunque devolverá la cantidad proporcional a quienes no puedan disfrutar los partidos en Montilivi.

De cara a esta 2020-2021, el club afirma que los ocho millones que faltarán para cuadrar las cuentas podrían ser menos si llegan nuevos ingresos gracias a los acuerdos de patrocinio y comerciales que están en fase de negociación, así como con la venta de jugadores.

De hecho, las plusvalías por traspasos fueron el tercer pilar en el que se apoyó el Girona FC para evitar las pérdidas en la pasada temporada, junto a la ayuda al descenso y el recorte del gasto de personal. Si el año pasado gastó 35,9 millones, en 2020-2021 ha presupuestado 23,8 millones de gasto en plantilla y personal no deportivo, un 64,3% menos. La entidad sostiene que no reducirá el gasto en el fútbol base, sino en salarios.

Los accionistas también han aprobado las cuentas del Girona FC en 2019-2020, una temporada en la que firmó unos ingresos totales de 25,8 millones de euros, un 55% menos que en la temporada anterior, cuando el club militaba en Primera División. La reducción del negocio audiovisual al competir en LaLiga SmartBank, así como la caída de los ingresos asociados al patrocinio y al día de partido justifican el descenso del negocio.

El club ha cambiado su estructura accionarial en los últimos meses, con la venta del 35% al inversor boliviano y estadounidense Marcelo Claure, que a su vez es socio de David Beckham para su equipo en la MLS, el Inter de Miami. En virtud de este acuerdo, Pere Guardiola, que tenía un 48% de las acciones, redujo su participación hasta 16%.