El Leicester City FC vivió su peor año en 2022-2023. El club perdió su plaza en la Premier League tras más de diez años en la élite y lo hizo repitiendo prácticamente las pérdidas del año anterior, con 89,7 millones de libras (104,8 millones de euros). La reducción es de apenas tres millones, ya que las importantes plusvalías por traspasos que logró se vieron neutralizadas por un fuerte aumento del gasto en plantilla deportiva para tratar de lograr la permanencia y una importante caída de los ingresos ordinarios, según datos extraídos de 2Playbook Intelligence, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook.
El último cierre eleva a más de 300 millones de euros las pérdidas acumuladas desde que el equipo ganó la Premier por sorpresa en 2015-2016. El club ahora se encuentra inmerso en una investigación por parte de la competición y de la English Football League (EFL), razón por la que aseguran estar decididos a “garantizar que cualquier cargo en su contra sea resuelto adecuada y proporcionalmente, de acuerdo con las normas aplicables, por los órganos adecuados y en el momento adecuado”. De entrada, King Power International -propiedad de la familia tailandesa Srivaddhanaprabha- ha capitalizado préstamos por 194 millones de libras (227 millones de euros).
“La seguridad financiera continua y a largo plazo y el compromiso brindado por Khun Aiyawatt, la familia Srivaddhanaprabha y King Power International permiten que el club se reconstruya con certeza y confianza”, ha asegurado la directora general del Leicester City, Susan Whelan. A su vez, ha advertido que el regreso a la sostenibilidad no será inmediato. “Después de un período sostenido de crecimiento y éxito para el club durante la última década, la temporada 2022-2023 fue un revés importante, cuyas consecuencias se sentirán durante algún tiempo. Ahora debemos centrarnos en reconstruir y tratar de regresar y restablecernos en la Premier League”, sostiene en un comunicado.
El punto de partida no es sencillo, ya que la masa salarial se elevó un 11% interanual y alcanzó una cifra récord de 282,8 millones de libras (330,4 millones de euros). Las nóminas, tanto de personal deportivo como de oficinas, absorbieron un 14% más, hasta 205,9 millones de libras (240,6 millones de euros), mientras que las amortizaciones por fichajes subieron un 3%, hasta 77 millones de libras (90 millones de euros).
La cifra de negocio retrocedió un 18% interanual y se situó en 174,6 millones de libras (204 millones de euros) en 2022-2023. El mayor golpe se lo dio en el área audiovisual, cuyos malos resultados se han traducido en que sólo recibiera 114,5 millones de libras (133,4 millones de euros), un 24% menos que el año anterior y el segundo importe más bajo de los últimos siete ejercicios. La recaudación por matchday bajó un 13% respectó a 2021-2022, hasta 18,4 millones de libras (21,5 millones de euros), al no jugar en competiciones Uefa. El negocio comercial, muy vinculado a sus máximos accionistas, mejoró un 6% interanual y se situó en 41,7 millones de libras (48,7 millones de euros).
El golpe en lo económico habría sido mucho mayor de no ser por las plusvalías por traspasos, que se multiplicaron por ocho y dejaron 74,8 millones de libras (87,4 millones de euros) en la cuenta de resultados.
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