Dépor: un naufragio económico-deportivo con 19 millones de pérdidas en su asalto frustrado a LaLiga

El club gallego, controlado por Abanca desde 2020, acumula tres intentos fallidos de regresar al fútbol profesional. Cuenta con el presupuesto más alto de la categoría y es el que más suscriptores de pago y asistencia ha aportado a la Primera Federación.

RC Deportivo Dépor Primera Federación 2022 2023

M. Menchén / J. Izquierdo

El RC Deportivo afronta uno de los momentos más delicados de su historia reciente. El naufragio deportivo de 2022-2023 aboca al club gallego a un cuarto año consecutivo fuera del fútbol profesional y un incierto verano en lo económico e institucional. Sus tres intentos frustrados por recuperar una plaza en LaLiga se han saldado con unas pérdidas acumuladas que, de no haberse desviado del presupuesto, ascienden ya a 18,8 millones de euros desde 2019-2020. Una inversión asumida por Abanca que, dimitido en bloque el consejo de administración, hoy está más en cuestión que nunca. ¿Cuánto más dinero puede permitirse perder el banco en este proyecto?

La entidad financiera ha salido en dos ocasiones al rescate del Dépor. El primer balón de oxígeno lo lanzó en 2017, cuando le concedió un préstamo de 45 millones de euros para cancelar de forma anticipada la deuda histórica con Hacienda, que se situaba en 43 millones. La operación aliviaba la mochila del equipo de fútbol, que pasaba a disponer de 15 años para devolver el dinero y una parte se cancelaba automáticamente con la cesión de los title rights de Riazor y presencia en la camiseta hasta 2025.

“Cuanto más esté en Primera, más disponibilidad tendrá para pagar, por eso el acuerdo es largo”, confiaba por aquel entonces el presidente del banco, Carlos Escotet. Era junio de 2017 y lo que nadie intuía es que el Deportivo perdería al año siguiente la categoría y los dos años de carencia que le daba el acuerdo en caso de bajar a Segunda División. En la recta final de 2020-2021, ya con el primer equipo disputando la actual Primera Federación, Abanca asumió que esa deuda iba a ser imposible de recuperar, por lo que optó por capitalizar 35 millones de euros a cambio de hacerse con el 76% de la propiedad.

En este periodo, la estabilidad institucional ha sido muy efímera, con cinco cambios en la presidencia en apenas cuatro años. Tino Fernández dimitió al término de 2018-2019, con el equipo ya en Segunda aunque disputando el playoff de ascenso, en un contexto de fuerte contestación social a su gestión. Su mandato estuvo marcado por la disciplina económica, que permitió recortar la deuda en casi 70 millones, pero la falta de resultados le llevaron a cesar. Su lugar lo ocupó Paco Zas, que en diciembre de 2019 dimitía con el equipo colista de Segunda. Juan Antonio Armenteros ocupó transitoriamente el cargo hasta que el empresario Fernando Vidal fue elegido presidente en enero de 2020.

Un año después, ya con Abanca como dueño, él y su consejo fueron cesados por el banco para imponer un nuevo equipo gestor, el que esta semana ha dimitido también en bloque ante la falta de los resultados esperados pese a partir con ventaja: el Dépor cuenta de largo con el mayor presupuesto y masa social de la Tercera División del fútbol español.

La cifra de negocio del Dépor se situó en 4,65 millones en 2020-2021, que se elevó a 6,25 millones en 2021-2022 y esta temporada debía repetir. Pero lo más importante no es sólo que ingrese sólo por abonados (2,9 millones de euros) más que muchos de sus rivales, sino la inversión adicional que ha estado asumiendo Abanca para mantener un gasto en personal deportivo más próximo al de un equipo de Segunda. En total, las pérdidas se dispararon hasta 11,4 millones en 2020-2021 por el impacto de la puerta cerrada; en 2021-2022, una vez aplicado un ERE para la plantilla, el resultado antes de impuestos fue negativo en 4,71 millones, que este año iban a subir a 5,2 millones.

 

El Goliat económico de Primera Federación

Con 13 millones de euros de presupuesto -18 millones en 2020-2021-, el Dépor se ha erigido en el Goliat de una categoría en la que compite con clubes a los que triplica y cuadruplica presupuesto. Algunos de los equipos a los que se ha enfrentado no llegan a los dos millones de gasto –que es como se miden los presupuestos en el fútbol no profesional, donde se cuentan con los dedos de la mano los proyectos autosostenibles–, y el vecino Racing de Ferrol ha ascendido de forma directa a LaLiga con 3,6 millones; es decir, con diez millones menos invertidos que el equipo coruñés.

Más distancia hay todavía sobre el otro ya ascendido a Segunda, la SD Amorebieta, que aprobó un presupuesto de 1,7 millones, con un gasto en personal de apenas 1,2 millones. En la comparativa, el Dépor presentó 3,5 millones de gasto sólo en salarios del primer equipo. Una cifra que se dobla, hasta los 6,9 millones, en lo relativo al personal del club, donde además de ejecutivos se incluye una potente estructura de cantera.

El gasto en salarios del primer equipo (3,5 millones) supera el presupuesto total de muchos de sus rivales de categoría

Sucede más de lo mismo cuando se mira a la partida de ingresos. Los 180.000 euros que se anotó el Amore como ingresos previstos por abonados y socios es poco menos de los 150.000 euros que le corresponden al Dépor sólo por el bonus que prometió la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) a los equipos que más aportarán por suscriptores al negocio audiovisual de la Primera Federación. Según una circular del regulador que preside Luis Rubiales, los aficionados del equipo gallego copaban el 24,3% de los 28.000 registrados totales a la OTT por Primera Federación.

Y es que el club gallego cuenta con una masa social que supera a muchos de los clubes de LaLiga, incluyendo la Primera División. A finales de mayo la entidad herculina informó que ha cerrado la temporada con 25.451 socios, una cifra que le situaría en mitad de tabla de LaLiga Santander, si se clasificaran los equipos por su volumen de fieles que tienen carné pese a la delicada situación deportiva. Gracias a ello, el club se anota 2,9 millones por esta vía ligada a la afición de un club de una capital de provincia con casi 250.000 habitantes.

Para volver a su tradicional posición en el fútbol español –apenas suma cinco temporadas fuera de LaLiga desde 1930–, el club tiene en la parcela deportiva su principal reto. Y también su talón de Aquiles. Sólo en la recién finalizada temporada, el Dépor ha tenido tres entrenadores, y el último, Rubén de la Barrera fue firmado el 16 de mayo. Sólo quedaban por disputarse dos jornadas de liga y el play-off. Cuatro partidos después, y pese a firmar hasta el 30 de junio de 2024, fue cesado junto a la directiva que presidía Couceiro.

En esta urgencia por hacer clic y acertar en fichajes y planificación deportiva, el club ha hecho oficial este mismo viernes el fichaje de Fernando Soriano como nuevo director deportivo. Entre sus obligaciones, exprimir la cantera –el equipo juvenil disputó la Youth League recientemente–, facilitando su salto al primer equipo y conseguir un equipo equilibrado tanto para competir en una categoría muy complicada e igualada con un presupuesto que cada temporada se reduce un poco más.

Resta saber si siguen piezas claves del proyecto como Lucas Pérez, el delantero de la casa que descendió voluntariamente de Primera División a Primera Federación el pasado enero –poniendo incluso parte del millón de euros que pedía el Cádiz CF por su salida– con el mismo objetivo que Abanca: devolver al Súper Dépor a la máxima categoría del fútbol español.

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