Los intermediarios de fichajes no notaron tanto la crisis como otros actores de la industria del fútbol. En algunos países, incluso mejoraron sus emolumentos. El mejor ejemplo es el de la Premier League, donde los clubes pagaron 272 millones de libras (319 millones de euros) a los representantes de los futbolistas durante 2020, un 3,6% más respecto al ejercicio anterior.
Es un incremento que, por ejemplo, contrasta con la evolución de su negocio en la Serie A. Allí, sus emolumentos se desplomaron un 26,5% en comparación con 2019, hasta 138 millones de euros, en consonancia con los recortes salariales y el derrumbe del mercado de traspasos que ha provocado la Covid-19.
En el caso de Reino Unido, el incremento se concentra en los grandes clubes, pues todos los representantes han aumentado en mayor o menor medida la factura que pagan a los asesores de los jugadores. El mayor importe lo abonó el Chelsea FC, con 35,25 millones de libras (41,3 millones de euros), por los 30,17 millones de libras (35,3 millones de euros)del Manchester City o los 29,8 millones de libras (34,9 millones de euros) del United; a mucha distancia aparecen Arsenal y Tottenham con 16,5 millones de libras (19,3 millones de euros), según los datos hechos públicos por la Football Association (FA).
En Italia, el equipo que más dinero pagó a los agentes en 2020 fue la Juventus, con 20,8 millones de euros, por los 19,2 millones que desembolsó la AS Roma. Pese a ser uno de los más activos en el mercado, el Inter se quedó en 9,05 millones, por debajo de los 12,1 millones pagados por la SCC Napóles y los 14,3 millones del AC Milan, según ha anunciado la Figc.
Muestra del poderío británico es que incluso algunos clubes de la EFL Championship o la League One superaron el millón de euros en pagos de este tipo, e incluso algunos se fueron por encima de los seis millones de euros, como el Stoke City, el Swansea o el Fulham. Es prácticamente lo mismo que lo que pagó el Atalanta de la Serie A, consolidado ya en competiciones europeas.