El CE Sabadell ha tenido poco tiempo para saborear su regreso al fútbol profesional. El solapamiento del final de 2019-2020 con el próximo arranque de la competición en 2020-2021 obliga a todos los clubes a acelerar la toma de decisiones, y en su caso se le suma el confeccionar una plantilla competitiva con la exigencia de cumplir los requisitos mínimos de LaLiga y el Consejo Superior de Deportes (CSD). Y, si no hay una excepción, eso exigirá una nueva ampliación de capital cuando hace sólo unos días ya se formalizó una por valor de 1,8 millones de euros.
“Estamos pendientes del informe, en el que se definirán exigencias y calendario”, admiten fuentes próximas al conjunto catalán. La razón no es otra que el aumento del capital social exigible para las sociedades anónimas deportivas (SAD), que no ha dejado de incrementarse y para este año ya asciende a 4,3 millones de euros. Es decir, que en los próximos meses debería ampliar capital por otros 2,5 millones de euros con una lectura estricta de la norma.
La misma establece que la obligación de contar con este capital mínimo únicamente no será de aplicación si para aquellos clubes que ya hubieran competido en Primera o Segunda División, dispongan de “un saldo patrimonial neto positivo” y “no hayan permanecido más de dos temporadas en categoría no profesional”. Es una definición que no aplica a la entidad presidida por Esteve Calzada, que perdió su plaza en el fútbol profesional hace cinco años y la ha recuperado tres años después de que pasara a manos de un grupo inversor liderado por el exdirector de marketing del Barça.
Calzada demostró su confianza en el proyecto aportando 900.000 euros de su bolsillo cuando anunció la necesidad de captar 1,8 millones en el verano de 2019. Ese dinero restante se consiguió a través de seis nuevos accionistas, entre los cuales se destacó Pau Morilla, nacido en Sabadell y establecido en Londres, donde ejerce como socio responsable de inversiones de London & Capital Asset Management.
El CE Sabadell necesitaría 2,5 millones más para cumplir con el capital mínimo que exige el CSD
Los acuerdos alcanzados entonces podrían ser cruciales en este momento, pues ahí se estableció que los nuevos accionistas aportarían el capital necesario para financiar las operaciones del equipo de fútbol durante las tres temporadas siguientes. En cualquier caso, el simple hecho de haber ascendido ya supondrá una importante inyección de recursos que facilitará el saneamiento completo de la entidad arlequinada.
Al margen de la cuestión societaria, el director general, Bruno Batlle, está volcado en asegurar que se cumplen todas las exigencias del fútbol profesional. Por el momento, ya ha desbloqueado una inversión pública de 330.000 euros en la Nova Creu Alta para las obras del terreno de juego, las de los vestuarios y las de las medidas de seguridad. El club, por su parte, destinará 160.000 euros a otras inversiones necesarias.
En cuanto a la confección de la plantilla, Batlle explicó días atrás que contemplan tener un límite salarial de aproximadamente 4,2 millones de euros. Es una cifra que encaja con la que han manejado otros recién ascendidos en temporadas anteriores, pues los derechos de televisión son la principal fuente de ingresos en esta categoría. Y aún lo será más en 2020-2021, pues no se contempla el regreso del público a los estadios hasta enero del año que viene, dilapidando así casi un 50% de los ingresos por este concepto.