El CD Leganés es un caso atípico del fútbol español. Ubicado en un municipio de 188.000 habitantes, al sur de la alargada sombra de Real Madrid y Atlético de Madrid, hace una década nadie pensaba que ese club de fútbol, sin apenas estructura, se convertiría en uno de los equipos más rentables de LaLiga. Y menos aún que, jugando en un estadio municipal de apenas 12.454 espectadores, el equipo acabaría protagonizando la tercera mayor operación corporativa de la historia de Segunda División. ¿La razón? Los 39 millones de euros que el grupo inversor Blue Crow Sports ha pagado a Victoria Pavón y Felipe Moreno por el 99% del capital, según explican tres fuentes conocedoras de la operación a 2Playbook.
Las plusvalías para este matrimonio que cogió al conjunto pepinero en Segunda B y lo ha consolidado en la élite serán mucho mayores. ¿La razón? Tras varios meses de negociaciones, y más de dos operaciones caídas, los artífices del milagro del Lega han conseguido que sus plusvalías sean muy superiores, pues podrán quedarse con aproximadamente 35 millones de euros adicionales tras no haber repartido jamás dividendos, pese a que acumulan más de 50 millones en beneficios desde su ingreso en el fútbol profesional. A cierre del primer semestre de 2021-2022, la entidad tenía 13,2 millones en caja y otros 31,5 millones invertidos en Bolsa.
Las fuentes consultadas indican que las pretensiones iniciales fueron que la valoración del 100% del capital incluyera la caja, pero que al mismo tiempo se les abonara la misma. De haberlo conseguido, ya no es que la operación hubiese entrado en el podio de valoraciones récord por un equipo de Segunda División que no acaba de ascender, sino que incluso podría haber estado al mismo nivel que las de Real Zaragoza y RC Deportivo si se incluye la deuda asumida por sus actuales accionistas.
En el caso del Lega, la ausencia de endeudamiento a lo largo de su historia ha sido su principal virtud, pues a 31 de diciembre de 2021 apenas tenía 3,5 millones pendientes de pago por fichajes de futbolistas. A eso se suma que su incorporación en LaLiga Impulso le permitirá disponer de cerca de 50 millones para invertir “en mejoras en el estadio, la ciudad deportiva y una residencia”.
Pero también hay un riesgo claro, y es el del descenso a la Primera Rfef. Ya sin el paraguas de la ayuda al descenso y con una implantación social media, las opciones de regreso a LaLiga Santander no son muy altas y ya se han producido diversos casos de caída fuera del fútbol profesional en equipos que acababan de ser traspasados, como RC Deportivo en 2019-2020 o AD Alcorcón este mismo año.
“Si planeas el éxito sólo en el corto plazo, te vas a dañar a largo plazo, por lo que no vamos a sacrificar futuro para el presente. […] Invertiremos lo necesario en plantilla deportiva”, aseguró ayer Jeff Luhnow en su primera comparecencia ante la masa social del Leganés. El nuevo presidente del club madrileño, representante de Blue Crow Sports, aseguró también que trabajarán para el desarrollo de la ciudad deportiva y para realizar mejoras en el Estadio de Butarque, de propiedad municipal.
Luhnow representa a un grupo de empresarios norteamericanos involucrados en el deporte, desde el fútbol al baloncesto, pasando por el béisbol, fútbol americano, la Fórmula 1 y los eSports. “Hemos aprendido cosas con toda esta experiencia que creemos puede ayudar a este club”, defendió, para dejar claro que mantendrá al actual equipo ejecutivo que lideraron Moreno y Pavón, con tal de minimizar los riesgos inherentes a una revolución total del organigrama.
La valoración del 100% del CD Leganés sólo está superada por RC Deportivo y Real Zaragoza, dos de los que mayor implantación social tienen en el fútbol español
Porque casos hay, y muy cerca. Un grupo de inversores liderados por el dueño de los Sixers de la NBA, David Blitzer, e Iván Bravo, director general de Aspire, pagaron 14 millones de euros por una AD Alcorcón asumiendo un riesgo que era más evidente que el del Dépor, al que Abanca tasó en 80,29 millones de euros antes de capitalizar deuda por 35 millones. Aun así, la mochila de compromisos que arrastra supera los 50 millones, por lo que realmente la entidad financiera se embarcó en una operación de rescate que valoraba al conjunto gallego en más de 130 millones de euros.
Es una situación muy similar a la del Real Zaragoza, que también se ha valorado en cerca de 100 millones de euros. Las fuentes consultadas indican que la tasación del 100% de las acciones del club maño se cifró en torno a los 30 millones de euros, a los que hay que añadir una deuda neta de 64,7 millones al cierre de 2020-2021.
Con tal de rebajar esta bolsa de compromisos, el grupo inversor encabezado por Jorge Mas (dueño del Inter Miami de la MLS y ahora del 51% del equipo español) ya ha puesto en marcha una ampliación de capital por 14,7 millones de euros. El objetivo es capitalizar el préstamo participativo que compró a la Fundación Real Zaragoza 2032, de modo que podrá elevar a más de un 70% su peso en el accionariado, sin impedir que se mantenga la cuota de empresarios locales.
Revalorización de los equipos con baja implantación social
La realidad de estos dos clubes nada tiene que ver con la de otros que han sido vendidos estos últimos años, y que compartían la peculiaridad de estar en ciudades pequeñas, no tener una gran implantación social y ser muy solventes en el plano financiero. Eso es lo que permitió que el Alcorcón pasara a manos norteamericanas en 2019, en una operación con la que el hasta entonces propietario, el empresario belga Roland Duchatelet, logró vender por más del doble de lo invertido (6 millones) en sus cinco años al frente del conjunto alfarero. Antes del descenso a Primera Rfef, el gran proyecto que tenía sobre la mesa la entidad era una profunda reforma del Estadio Santo Domingo, en el que la propiedad norteamericana estaba dispuesta a invertir hasta 3 millones de euros. A cambio, gestiona en exclusiva el recinto municipal con un canon de 200.000 euros anuales.
Siguiendo por este perfil de clubes, mención especial merece el CD Lugo. El equipo gallego pasó en 2015 a manos de Tino Saqués, empresario local del sector del frío industrial, quien se hizo con el club de LaLiga SmartBank en una subasta pública a cambio de 1,6 millones de euros. Ayuntamiento y Diputación de Lugo escogieron la oferta de Saqués por delante de la del hispano-luxemburgués Gerard López, actual propietario del Girondins de Burdeos (y exmandatario del Lille), del Boavista FC portugués y del Royal Excelsior Mouscron belga. En estos siete años, el empresario ha ido realizando diversas ampliaciones de capital que le han llevado a controlar más del 75% del accionariado. En plena pandemia, elevó un 16% su participación adquiriendo los títulos del expresidente José Bouso y el expresidente Víctor Ferreiro por medio millón, tal y como avanzó este medio.
Numancia y Alcorcón se vendieron por cerca de 14 millones de euros cada uno para, una temporada después, descender del fútbol profesional
En Soria, por su parte, la apuesta por un club histórico llegó desde Latinoamérica. El CD Numancia pasó a manos de dos empresarios ecuatorianos, Michel Deller y Juan Carlos Serrano, que conocen bien la gestión de propiedades deportivas como dueños del Independiente del Valle. Se desconoce el precio concreto que pagaron por la parte mayoritaria de Moisés Israel y Francisco Velázquez de Cuellar, pero estos dos empresarios españoles pagaron cerca de 14 millones de euros un par de años antes por la mayoría accionarial, propiedad entonces de Francisco Rubio, presidente del club durante 25 años, y que llevó al club a competir cuatro temporadas –en tres periodos distintos– en Primera División. En la actualidad, el club acaba de ascender a Primera Rfef.
En la misma Castilla y León, el Burgos CF vivió el pasado año un verano intenso. Logró volver al fútbol profesional tras varias refundaciones y veinte años de penumbras, pero no lo hizo sin sobresaltos. La familia Caselli, empresarios argentinos vinculados a River Plate, se hicieron con el 90% de la entidad en 2019. Dos años después marcharon dejando una deuda de diez millones. Para enderezar el rumbo, un grupo de empresarios locales, unidos en la sociedad Yucon, se hicieron cargo de las deudas y tras lograr la permanencia, han realizado una operación acordeón con la que redujeron capital en 3,82 millones para después introducir 2,98 millones. Con ello han consolidado su control (83%), han estabilizado la entidad y se han puesto en orden con las exigencias del Consejo Superior de Deportes (CSD) a las sociedades anónimas deportivas (SAD).
Con algo de mayor bagaje en el fútbol profesional y masa social se encuentran el Albacete Balompié y el Real Oviedo. Dos clubes que, como el Lega, el Alcorcón y el Numancia, pasaron a manos extranjeras. Eso sí, en muy distintos contextos. El Albacete, de vuelta a LaLiga para 2022-2023, fue adquirido por un grupo británico-catarí, Skyline, por alrededor de 10 millones en 2017. Comprado a un grupo de empresarios liderado por José Miguel Garrido, la familia Kabchi –al frente del holding– ha limpiado la deuda concursal con aportaciones por valor de 12 millones en este lustro.
La primera opción de los Kabchi para entrar en LaLiga era el Elche CF. La operación se truncó y dos años después el club ilicitano tenía un nuevo dueño: Christian Bragarnik. El agente de futbolistas argentino se hizo con el 99% del club en enero de 2020. Medio año después celebraba un ascenso a Primera División. Este hito, ligado con la última permanencia, ha equilibrado notablemente a un club que, cuando llegó Bragarnik, contaba con patrimonio neto negativo. Para resolver la situación, la entidad redujo capital social en 24,88 millones de euros (para cumplir con los compromisos adquiridos con LaLiga para aumentar su tope salarial) y, después, realizó diversas ampliaciones de capital por valor de 5,2 millones.
El Valladolid logró una valoración superior a 50 millones de euros en total porque en el precio ya se incluyó su ascenso a Primera División
Por su parte, el Real Oviedo vivía una situación mucho más crítica. El club asturiano, con una grandísima masa social, estaba cerca de ir a liquidación cuando, en 2012, una broma telefónica de una radio llevó a oídos de Arturo Elías Ayub, yerno de Carlos Slim, la compleja situación carbayona. En apenas semanas convenció al multimillonario mexicano y pusieron sobre la mesa 2 millones con los que salvaron a la entidad. Ahora la entidad, controlada por el Grupo Carso, se ha quedado a las puertas del play-off a Primera División. En esta década, la propiedad ha invertido 23 millones de euros, y cuando la Covid ha generado pérdidas, Slim ha arrimado el hombro. La última inyección, de 1,25 millones de euros, el pasado año, tal y como avanzó este medio.
Dos jeques, un ‘yankee’ y un ‘fenómeno’
Para el final quedan cuatro historias de éxito que han llevado consigo una notable inversión. Por orden de inmediatez, la UD Almería y el Real Valladolid están de vuelta a LaLiga Santander tras liderar la Segunda División esta temporada. En el caso almeriense, la entidad retorna a la élite ocho años después de la mano del jeque saudí Turki Al-Sheikh. Este empresario le compró a Alfonso García Gabarrón el 96% de la entidad en el verano de 2019 a cambio de 20 millones de euros, incluyendo en ello una deuda de 5 millones.
Nada más llegar llevó a cabo una ampliación de capital de 30,8 millones de euros con el objetivo de elevar el límite salarial de la plantilla y poder crear un equipo competitivo ya para la siguiente temporada. Tras dos intentos infructuosos, a la tercera ha logrado el ascenso. Un objetivo que le ha llevado a asumir, por ejemplo, 12 millones de pérdidas (sin contar primas por ascenso) para esta última temporada.
Por su parte, el Real Valladolid de Ronaldo Nazário ha logrado volver a Primera por la vía exprés. En su caso se hizo con el 51% del club a cambio de 27 millones de euros, con el equipo recién ascendido a Primera; de ahí que el precio de venta del Lega lo desbanque del podio, pues ya se consideraba a los blanquivioletas como equipo de LaLiga Santander. El propietario saliente, Carlos Suárez, volvió a venderle otra parte en 2019 para que el fenómeno alcanzara el 73%. Entonces se comprometió a liquidar los 8,7 millones que debía la entidad blanquivioleta a la Agencia Tributaria y dar carpetazo al concurso de acreedores. Ahora, el plan de la entidad, de vuelta a Primera y a sus lucrativos ingresos por televisión, es levantar su nueva ciudad deportiva. Antes, Ronaldo ya invirtió más de 7 millones de euros en el estadio, que continuará modernizándose, y sus campos anexos.
El último en conseguir billete para la próxima Liga Santander también lo ha hecho con propietarios extranjeros. En 2017, con su primer ascenso a Primera), el Girona FC pasó a formar parte de, quizá, el holding futbolístico más poderoso del planeta. El City Football Group (CFG), controlado por la familia real de los Emiratos Árabes Unidos y dueño del Manchester City, se hizo con la mayoría accionarial en alianza con Pere Guardiola, hermano del entrenador citizen y agente de futbolistas. A partes iguales se hicieron con el paquete mayoritario (88,5%) de TVSE Futbol, vehículo de inversión de Jean-Louis Dutaret y Samir Boudjemaa, exdirectivos de Canal+ Francia, al frente de la entidad durante tres años. Ambos habían invertido 7 millones en su mandato, aunque se desconoce de cuánto fue el precio de venta.
En los últimos años, la sociedad CFG-Guardiola han ido incorporando socios, como Marcelo Claure, quien se hiciera en plena pandemia con el 35% de las acciones (segundo máximo accionista), y participó en una ampliación de capital de hasta 20 millones de euros que puso en marcha el club en abril del pasado año.
Ese abrigo de la propiedad inversora también lo ha tenido el RCD Mallorca. El club balear también competirá el próximo curso en Primera tras salvar in extremis la categoría. El dueño de la entidad es Robert Sarver, propietario de los Phoenix Suns de la NBA, le inyectó tras el descenso a Segunda (en 2020) nueve millones de euros, claves para poder conformar un equipo de garantías para lograr el ascenso exprés, como luego sucedió. El multimillonario estadounidense compró el club en enero de 2016 tras cubrir una ampliación de capital de 21 millones por la que se hizo con un 81% de las acciones del alemán Utz Claassen, que se quedó con un 19%. Después, Sarver y su socio Andy Kohlberg se hicieron con el 99%. Y ahí seguirán todos.