Si algo ha caracterizado al fútbol italiano es su fortaleza defensiva. Ahí están los Dino Zoff, Cesare y Paolo Maldini, Giuseppe Baresi, Agostino Di Bartolomei, Giuseppe Favalli o Alessandro Nesta. Todos ellos grandes defensores que han trabajado arduamente para mantener a raya a sus rivales. Y todos ellos, también, exjugadores y leyendas de los cinco grandes clubes del país: Juventus, AC Milan, Inter de Milán, AS Roma y SS Lazio. Ahora, el top 5 del calcio se encuentra indefenso ante un virus que está poniendo en jaque no sólo su negocio, sino también la viabilidad económica de todo el fútbol profesional italiano.
En conjunto, estos clubes reúnen 188 títulos, y acumulan más de la mitad de los campeonatos de liga -77 de los 114 trofeos de la Serie A tienen inscritos el nombre de uno de ellos-, pero en la 2019-2020 alcanzaron otra cifra récord, esta vez en negativo. Los cinco grandes equipos italianos acumularon 604,5 millones de euros de pérdidas a causa de la crisis provocada por la Covid-19.
El fútbol italiano se encuentra en un “muy alto riesgo de colapso del sistema”, ha asegurado esta semana la Serie A y la Federación Italiana de Fútbol (Figc). En una carta remitida al Gobierno transalpino, la gestora del fútbol profesional y el regulador del calcio -que bebe en buena parte de los ingresos que genera su liga estrella- han implorado ayudas públicas para no sólo mantener los 300.000 puestos de trabajo que crea el fútbol, sino “salvar también a todos los deportes”. “Solicitamos medidas de intervención urgente para compensar las pérdidas sufridas por los equipos de la Serie A”, zanjaron los organismos deportivos, que calculan una caída de ingresos directa en los clubes de Primera de 600 millones de euros en el último curso.
Buena parte de esa pérdida de músculo financiero lo han sufrido los grandes. Entre ellos, y atendiendo al cierre de su último ejercicio, quien peores cifras refleja es la Roma. El conjunto giallorosso registró pérdidas por valor de 204 millones de euros y necesitará facturar 140 millones de euros más para cubrir sus necesidades financieras en 2020-2021. El club, propiedad del multimillonario estadounidense Dan Friedkin desde agosto, trabajará en tres vías para lograr aumentar ingresos: cobros de su clasificación para la Europa League, venta de futbolistas y que triunfe la ampliación de capital de 150 millones de euros que aprobó en junio.
Igualmente, todo parece indicar que Friedkin deberá rascarse el bolsillo para mantener a flote a la Roma en las actuales circunstancias. “Ha apoyado de forma inmediata las necesidades de circulante de la compañía”, recordaba recientemente el club en referencia a su dueño. Ahora, la ampliación de capital se antoja urgente. Esta nueva ronda es la segunda inyección de dinero que recibe la entidad en año y medio, tras los 60 millones de euros que ya aportó su antiguo dueño, James Pallota, la temporada anterior.
Por su parte, la Juventus ha informado de unos números rojos de 89,7 millones de euros. Inicialmente, el supercampeón italiano había revelado unas pérdidas de 71,4 millones, que crecieron tras la venta de Gonzalo Higuaín al Inter Miami de la MLS. La precipitada marcha del delantero argentino le han obligado a amortizar anticipadamente los 18,3 millones que quedaban pendientes de su fichaje.
En el último curso, la Juve facturó 573,4 millones, un 8% menos interanual. De todas las líneas de ingresos que la Vecchia Signora tiene abiertas, tan sólo aportaron más las plusvalías por traspasos, que pasaron de 157 millones a 172 millones de euros, y los contratos comerciales, que subieron de 108,8 millones a 129,56 millones de euros, tras las renovaciones previas con Adidas y Jeep, así como la entrada de Allianz con los naming rights del estadio.
Por el contrario, el hecho de jugar a puerta cerrada provocó una caída del 31% en los ingresos por taquilla y abonados, hasta 49,2 millones, mientras que la factura por televisión fue un 19,5% inferior, con 166,4 millones de euros, tras los reembolsos que han efectuado la Serie A y la Uefa a sus broadcasters. Las ventas de merchandising se hundieron un 27,9%, hasta 31,7 millones, tras el boom de Cristiano Ronaldo un año antes y el cierre de tiendas durante el confinamiento.
La Juventus asegura que la rebaja de salarios acordada con el primer equipo tendrá un impacto financiero positivo de 90 millones en las cuentas de 2019-2020, si bien el descenso interanual del pago de nóminas es de 42 millones, hasta 259,3 millones de euros.
El Derby della Madonnina, también en las finanzas
La eterna lucha loca entre el Milan y el Inter también les tiene parejos en su salud financiera. Si uno está mal, el otro también. En este curso de la pandemia, ambos equipos registran notables caídas, de hasta tres dígitos. El Milan es el que más está padeciendo la crisis, con unas pérdidas de 195 millones de euros en 2019-2020.
La caída de ingresos se centra, como en el resto de equipos, en el parón de la competición y el descenso de facturación por contratos comerciales, incluyendo la televisión. Son unos números récord para la entidad rossonera, que ya perdió 146 millones en la 2018-2019, y 126 millones en la 2017-2018. De hecho, la entidad lleva en números rojos desde 2010.
Encendidas las alarmas previamente a la llegada del coronavirus, el Milan cuenta con el apoyo financiero del fondo Elliott Management Corporation, accionista mayoritario desde 2018, que ha realizado una inyección de 140 millones de euros para mitigar las pérdidas de 2019-2020. Esta aportación convierte al AC Milan en uno de los clubes más capitalizados de la Serie A.
Milan e Inter firmaron números rojos de cien millones de euros, aunque la Roma fue la más perjudicada con pérdidas de 204 millones
En el caso del Inter, las pérdidas se sitúan en torno a los cien millones de euros, según Calco e Finanza. De confirmarse, el club doblaría los números rojos de la temporada anterior. Sin embargo, una buena noticia para la entidad fue la venta de Mauro Icardi al Paris Saint-Germain (PSG) por 50 millones de euros, lo que amortiguó el golpe.
Los problemas se empezaron a notar incluso antes del estallido de la pandemia, pues los estados financieros de los primeros nueve meses ya recogían una caída de ingresos de 30 millones y un aumento de costes por 70 millones de euros.
Por último, la Lazio perdió 15,8 millones de euros en la última temporada, según reconoció recientemente el propio club. La entidad romana facturó 104,3 millones de euros, un 14% menos, a causa de la pandemia y sus consecuencias en las áreas de ticketing y, sobre todo, de patrocinios, donde menguó ingresos en un 41%. De poco bastó que el club se apretase el cinturón un 10% en el último curso con unos gastos que descendieron hasta los 101,6 millones de euros. Ahora, sus esperanzas están puestas en su clasificación a la Champions League, que podría aportarle suculentos ingresos.
Buenos accionistas, viejos estadios
La Serie A actual padece la dejadez de gestores anteriores en materia de generación de negocio, pero le salva la fuerza de los accionistas que se han hecho con los principales clubes del país. Capital extranjero que está salvando las finanzas de varios de ellos, y que también podría acabar por reordenar el pastel del negocio.
En los últimos años, estos nuevos propietarios están trabajando con ahínco para acelerar las inversiones en los estadios, vetustos y poco atractivos, en general, para el matchday. Para llevar a cabo tales obras, los clubes y la competición se están planteando seriamente la entrada de capital externo en la gestión del negocio audiovisual. Ya hay varios fondos interesados en poder ser parte de esta joint venture.
La condición que ponen a cambio los inversores es repartirse con los clubes el negocio generado con la venta y explotación de los derechos de televisión de la competición. La Serie A ha escogido ya una de las ofertas recibidas: CVC, Advent y Fsi han iniciado conversaciones con la gestora de la liga, tras aprobación de los clubes que la conforman.
La Serie A negocia la entrada de capital externo en su negocio televisivo con el fin de remodelar sus estadios y sanear cuentas
La oferta de este consorcio es una inversión mínima en la nueva compañía conjunta de entre 1.350 millones y 1.600 millones de euros. El mínimo exigido por la competición es 1.080 millones de euros anuales durante las tres próximas temporadas. A cambio, estos fondos se harían con un 10% de la compañía, a la que se transferirán los derechos audiovisuales de la competición.
Una de las claves de las negociaciones será cómo recuperarán los inversores esta aportación inicial, que en principio debería ir destinada a acelerar la remodelación de los estadios y sanear las maltrechas cuentas de muchos de los clubes. En este punto, el pacto señala que no podrá percibir más de 45 millones de euros anuales.
El contrato actual, que finaliza en 2020-2021, está valorado en 973 millones de euros anuales en Italia, casi 100 millones de euros menos de lo que llegó a ofrecer Mediapro para, precisamente, implantar este modelo de explotación audiovisual. IMG abona 340 millones de euros por los derechos internacionales, pero los resultados obtenidos apuntan a una probable depreciación en el próximo ciclo.