Hereda San Pablo Burgos ha sido uno de los clubes que más sufrió la temporada pasada con la puerta cerrada. La actividad en días de partido, incluyendo ticketing y venta de publicidad en el pabellón, aporta casi dos tercios de sus ingresos, un agujero casi insalvable pese a las ayudas que repartirá el CSD. Sin embargo, el club afrontó la pandemia en la mejor forma económica y deportiva del proyecto. Burgos cerró la temporada 2019-2020 con un beneficio neto de 631.774 euros y dos créditos ICO por un total de 550.000 euros para tener pulmón financiero ante la incertidumbre.
El beneficio neto del club contrastó con las pérdidas de 153.849 euros con las que cerró 2018-2019, según se desprende de las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. El principal motivo fue la mejora del negocio ordinario, que ascendió a 4,8 millones de euros, un 38,2% más que la temporada anterior.
Todo ello a pesar de la negociación con ACB sobre el reparto económico a los clubes tras el parón de la competición y de perder los ingresos por ticketing del último tramo de la temporada, incluidos los play-offs. Aun con todo, la venta de abonos y la taquilla aportó 1,6 millones de euros en 2019-2020, un 61,6% más que la temporada anterior, y casi superó a los ingresos por patrocinio, que se situaron en 1,73 millones, un 16% más. Los ingresos por competiciones también se dispararon un 48%, hasta 788.313 euros.
En cuanto a los gastos, armar el equipo campeón de la Basketball Champions League apenas supuso un incremento en el importe de las fichas. Hereda San Pablo Burgos destinó 2,46 millones al pago de nóminas, de los que 2,43 millones se correspondieron a la plantilla profesional, unos 200.000 euros más que el año anterior.
San Pablo Burgos ha levantado dos BCL sin apenas incrementar el gasto en plantilla
Otro aspecto diferencial está en su participación en la BCL, competición de la que levantó el título en 2019-2020 y por la que se embolsó más de un millón de euros. Por otro lado, además de los préstmaos con el aval del ICO, Burgos también disponía de un préstamo con Banco Sabadell solicitado a principios de 2020 y con vencimiento en septiembre de ese mismo año por valor de 660.000 euros.
El club también aprovechó la temporada para cambiar oficialmente su denominación social. Atrás queda ya el CB Miraflores, nombre con el que nació en 2017, para adoptar el nombre comercial del club, San Pablo Burgos SAD. Su máximo accionista aún es su presidente, Félix Sancho, con el 97,5% de los títulos y propietario a su vez de la inmobiliaria San Pablo.
Desde el club no se descarta la posibilidad de dar entrada a un nuevo title sponsor que releve a Hereda y San Pablo. Para ello tendría que incrementar la aportación económica que ahora compromete Sancho a través del patrocinio de su empresa, y de Hereda, cuyo contrato por los naming rights finaliza este año.
2020-2021: agujero de dos millones a falta de ayudas
Hereda San Pablo Burgos ya tuvo que recortar su presupuesto hasta 3,5 millones de euros en el año dos de la pandemia. El club, además, nunca incluye en la partida presupuestaria los premios de la Fiba, ya que en 2020-2021 volvió a levantar el título continental. Estos ingresos son un balón de oxígeno que, en este caso, ha servido para contener el impacto directo que la Covid-19 ha provocado.
De cara a 2021-2022, además, habrá un problema añadido, ya que los socios que renovaron su abono la campaña anterior disfrutarán los partidos sin coste alguno. No es una cuestión menor, pues se trata del club ACB con mayor número de abonados y más asistencia de las dos últimas temporadas, con más de 10.000 espectadores por partido, rozando el lleno.
El club aún debe presentar las cuentas a cierre de 2020-2021, aunque las primeras estimaciones hablaban de un golpe de dos millones de euros. El club, sin embargo, disponía de los créditos ICO, los premios de la Fiba y aún espera las ayudas del CSD, que ya aprobó el rescate de ocho millones de euros para los clubes ACB.