El Bidasoa Irun recibe en buena forma la profesionalización de Asobal. El club guipuzcoano, tercero de liga en la cancha en la última campaña, volvió a números negros en 2021-2022, con 99.788 euros. El regreso a beneficios fue gracias al control del gasto y los extraordinarios que dejaron, entre otros, dos jugadores españoles que partieron a la liga francesa, mucho más potente económicamente. De vuelta a Europa, el equipo irundarra arranca 2022-2023 con un presupuesto de 1,5 millones, un 30% más interanual.
La ausencia, a priori, de más restricciones por la pandemia supone un balón de oxígeno para la directiva que preside Gurutz Aginagalde. El pasado curso, la Covid todavía le generó gastos imprevistos en varios desplazamientos, tanto a nivel nacional como en Europa, donde ya es un fijo en las últimas campañas. Para poder afrontarlos, las instituciones apoyaron a la entidad amarilla con subvenciones que se acercaron a los 150.000 euros. Destacan los 102.000 euros del plan de ayudas del CSD a los clubes Asobal, avanzado por 2Playbook.
Allí se incluían la taquilla perdida por culpa del cierre de los pabellones, obligado por el Gobierno, y el gasto extra generado por la batería de medidas para hacer frente a la pandemia que aprobaron las administraciones públicas.
Estas partidas fueron claves para equilibrar la cuenta de resultados, que dejó un ligero beneficio gracias a las ventas de Kauldi Odriozola y Xoan Ledo, con destino a Nantes e Istres, respectivamente. Por sus cláusulas de rescisión, los irundarras percibieron 90.000 euros.
El control del gasto y los ingresos extraordinarios, incluyendo venta de jugadores, fueron claves para que el club irundarra volviera a la sostenibilidad
Más allá de estos variables, los recursos ordinarios del Bidasoa Irun llegan, como es habitual en los clubes fuera del fútbol profesional, por estas tres vías: las subvenciones, los patrocinios y el matchday. En estas dos últimas patas, el club ha incrementado sus cifras pese a la pandemia.
Una vez levantadas las restricciones de aforo, Artaleku volvió a quedarse pequeña para su masa social. Recientemente, el club anunciaba que estaba a menos de 100 abonos de llenar los asientos disponibles para la afición local en el pabellón –de titularidad municipal–. De alcanzar, para los partidos de competición europea, una masa social cercana a las 1.600 personas, sobre las 1.943 localidades totales.
El club ya ha superado los 1.500 socios con un compromiso, adquirido por la directiva el pasado verano, de mantener las cuotas durante dos temporadas pese a que la inflación esté marcando récords. Además, “conscientes de que todo asiento ocupado en Artaleku será un aliento más a favor de nuestro equipo, esta temporada ya estará en vigor desde el principio la opción de ceder el asiento”, detalla la entidad.
Otra pata de ingresos que ha crecido pese a la pandemia es la comercial. Los patrocinios aportan 305.000 euros con medio centenar de marcas que colaboran con el equipo irundarra. Esta cifra supone un incremento del 7% respecto a las cifras previas a la llegada del Covid.
Europa y el nuevo estatus de profesional de Asobal
“Son ya cuatro años seguidos con clasificación europea, cuando el récord son cinco”, destacaba en la última asamblea general el presidente Aginagalde. También “son cuatro años seguidos quedando al menos cuartos en liga, algo que el Bidasoa nunca ha logrado desde que existe la Asobal en el año 1990”, agregaba.
Precisamente, los nuevos aires de la competición nacional, que cuenta desde esta temporada con el estatus de profesional, tal y como avanzó este medio, debieran permitir a los equipos a elevar progresivamente sus presupuestos. Al respecto, la profesionalización ha contado con el apoyo del Bidasoa: “Es un objetivo que viene muy de lejos, y que ya está aquí. Los pasos que ha dado el club de puertas para adentro en los últimos cuatro años era por si esta realidad cuajaba y al final, así será”, explicaba su máximo dirigente a los asambleístas.
La patronal de los clubes, que tendrá la misma independencia en la gestión que LaLiga, ACB y la Liga F, aspira a recuperar parte de la distancia de 20 años de profesionalismo en Francia o Alemania con nuevos socios y hacer más atractiva la liga para facturar 3,8 millones en 2026. La proyección de la competición es que, para entonces, ya sólo la televisión duplique los ingresos totales que hoy percibe. El objetivo es acabar comercializando un tender valorado en 2,5 millones de euros por temporada, frente al millón de euros que recibe actualmente por su contrato con LaLigaSports TV.
La audiencia acumulada de Asobal superó los 5 millones de espectadores entre 2017 y 2021. La factura audiovisual, o la comercial, donde ultima un acuerdo de 1,8 millones con Plenitude por el naming, serán claves para acercarse a los 5,5 millones de euros que factura hoy la liga francesa (NHL), adonde han marchado este verano las dos estrellas bidasotarras.