Al hablar de clubes profesionales polideportivos, es fácil pensar en el FC Barcelona, que compite en todas las principales ligas del país. Sin embargo, en los últimos años se ha sumado a la carrera el Real Betis, que en un lustro ha pasado de ser sólo un club de LaLiga a competir en las principales divisiones de fútbol femenino, baloncesto, fútbol sala y eSports. ¿El reto? “Queremos que las secciones sean económicamente sostenibles en el medio plazo”, explica a 2Playbook el responsable de secciones del club bético, Pablo Vilches. La consigna está clara: las secciones de la ACB, la Lnfs y la Primera Iberdrola no deben consumir más del 5% del presupuesto total del club.
La historia demuestra que la gestión de las secciones no suele ir acompañada de equilibrio presupuestario. Sin ir más lejos, el polideportivo del Barça prevé perder 45 millones de euros en 2020-2021, por los más de 30 millones previstos por el equipo de baloncesto del Real Madrid. El desafío del Real Betis es que cada equipo se financie con los ingresos que genera, un reto que la junta directiva ve asumible mediante la creación de sinergias y la utilización del a estructura del club para las secciones, favoreciendo así su eficiencia. Según se recoge en sus cuentas, el Coosur Real Betis cobró 1,9 millones del grupo a cambio de la cesión de todos sus activos publicitarios.
La previsión es que la primera sección en alcanzar la sostenibilidad sea la de fútbol femenino gracias a la profesionalización de la Primera Iberdrola, que permitirá a los clubes gestionar la competición y su comercialización. En la actualidad, el equipo recibe menos de un 1% del presupuesto total de la entidad, un importe que ha ido in crescendo gracias al acuerdo audiovisual con Mediapro y otras ayudas económicas de la competición. “Nos nutre el contrato de televisión, pero cuando negociemos de manera conjunta los derechos audiovisuales y de patrocinio esos contratos valdrán más”, recalca Vilches.
La anhelada sostenibilidad de las secciones tiene en la cantera uno de sus pilares. La pandemia ha obligado a frenar las obras de una ciudad deportiva en la que el club invertirá 25 millones de euros, y con la que espera generar talento que llegue a la élite. Mientras ese proyecto sale adelante, el club ha desarrollado su propio modelo convenial para la cantera, que además de los equipos masculinos cuenta con un filial, y tres equipos en edad juvenil, infantil y alevín, con un total de ochenta jugadoras.
“Mantener estructura de cantera es costoso económicamente, en cuanto a infraestructura y estructura; por eso desde 2019-2020 hemos impulsado el proyecto de convenios con otros clubes”, afirma Vilches. La idea alcanzar acuerdos con entidades con estructura de escuela, que tras aliarse con el Betis mantienen sus propios colores, pero dando al equipo andaluz el derecho a tanteo en caso que otros quieran fichar a sus futbolistas. “Este modelo nos permite acceder a un número de jugadores muy importante sin asumir los costes”, recalca.
Al margen, la entidad cuenta con escuelas internacionales, cuyo objetivo no es tanto rastrear el talento futbolístico como hacer crecer la marca Betis. “El modelo convenial en España lo hacemos por interés deportivo y para buscar la eficiencia económica total”, recalca, sobre una fórmula que también está explotando con clubes de fútbol sala.
El equipo de futsal se integró en 2016-2017, y apenas ha necesitado tres temporadas para ascender a la élite. Con un presupuesto semejante al del equipo femenino, es decir, inferior al 1% de la previsión de gasto del club, la entidad se ha marcado el objetivo de que también sea sostenible a medio plazo, al igual que el equipo de la ACB, adquirido en 2016 por un euro y su mochila de deuda, y que en la actualidad representa menos del 3% del presupuesto total.
A esta estructura se sumó el Cream eSports, organización con la que firmó un acuerdo de colaboración el año pasado, permitiendo al Betis competir en LoL, Fifa, Valorant, Free Fire y Rainbow Six de eSports. “Nos permite llegar a un público más amplio, en un sector que está en expansión; ellos aportan su know how y nosotros la marca”, afirma Vilches. El Benito Villamarín cuenta ya con una gaming house donde entrenan, juegan y se retransmiten sus partidos. En total, a todas estas secciones destina menos de 5 millones de euros al año.
Además, a través de la Fundación se opera un equipo de LaLiga Genuine y otro de remo, que cuenta con atletas profesionales, algunos de ellos olímpicos y campeones del mundo, que participan de manera individual en la regata anual Betis-Sevilla.
El club, que cerró 2019-2020 con 86,3 millones de facturación y 54 millones adicionales por traspasos, busca aprovechar la capilaridad que le da abarcar tantas disciplinas para reforzar sus ingresos de patrocinio y conectar con un público que no sigue el fútbol masculino, pero sí otros deportes. “Se ha ampliado mucho el abanico de llegada al público local y fuera de Sevilla”, reconoce, al admitir también que “ser polideportivo da más retorno a los espónsors”.
De cara al futuro, la entidad se plantea aprovechar el tirón del fútbol masculino para invitar al fan a ver otras secciones mediante descuentos. “Vemos la importancia de traer a Sevilla cuatro clubes profesionales cada semana, con lo que ello genera a la afición y a la economía local”, puntualiza.