Bàsquet Manresa dibuja su estrategia para ganar el partido al Covid-19. El club de la ACB ha definido un presupuesto de alrededor de 2,8 millones de euros para 2020-2021, lo que supone una caída del 10% respecto al del año anterior, cuando presupuestó 3,1 millones de euros. “Es una caída de entre 200.000 euros y 300.000 euros respecto a la temporada pasada, en la que sufrimos la no continuidad de dos patrocinadores en primavera”, explica el director general del club catalán, Carles Sixto, a 2Playbook.

La entidad, que firma acuerdos de patrocinio anuales a lo largo de la temporada, vio cómo los socios que había fichado en primavera de 2019 no podían renovar el acuerdo en abril y mayo de 2020, justo en el momento más delicado de la pandemia. “Eran espónsors de sectores muy afectados y no pudieron continuar, aunque ahora intentaremos recuperarlos”, explica, al recalcar los esfuerzos del área comercial para mejorar los ingresos en el año más complicado de la historia de la ACB.

Será complicado porque el club asume que tendrá que cerrar a puerta cerrada hasta enero, lo que implica que no podrá haber público en el Nou Congost durante, al menos, los ocho primeros partidos de la Liga Endesa. Si en un año normal el club facturaría en torno a 600.000 euros por abonos y venta de entradas, esta cantidad podría caer un 50% durante 2020-2021.

Para mitigar la pérdida de ingresos por esa vía, el club ha trazado un plan. Por un lado, no se venderán entradas en taquilla hasta que se regrese a la normalidad y el aforo permita el acceso a todos los abonados. Cabe recordar que el Manresa sí devolvió el importe íntegro de las entradas vendidas y no disfrutadas durante la pasada campaña, mientras que a los abonados les pidió asumir esa pérdida para garantizar la viabilidad.

El Bàsquet Manresa reduce un 10% su presupuesto por la caída del patrocinio y del matchday

En esta temporada, los primeros seguidores en volver a ver partidos en el Nou Congost serán los abonados, a los que se ha ofrecido un 5% de descuento a quienes renovaran el carnet. El club asegura que buscará un sistema equitativo para distribuir la entrada de los partidos cuando el acceso esté restringido, pero, ¿qué pasará con los partidos que se disputen a puerta cerrada? El club devolverá el 50% del valor de cada partido, mientras que la otra mitad la asumirá el fan.

“Les decimos a los abonados que apoyen al club, que es suyo, y que se está haciendo un proyecto de ciudad; tenemos la obligación de definir un presupuesto y de ser viables”, apunta Sixto, sobre la estrategia de asumir a partes iguales entre el fan y la entidad la pérdida económica de jugar sin público. Eso sí, el 50% restante que la entidad se compromete a devolver, lo hará mediante descuentos del carnet en las próximas tres temporadas. “Es una manera de tener cash a corto plazo”, añade.

El club, que se quedó a un puesto de la clasificación para la fase final de la ACB de doce equipos, puso fin a la temporada en marzo, lo que le permitió reducir los costes de personal. La entidad recurrió un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) que afectó tanto a la plantilla deportiva como al personal de oficinas, con lo que pudo hacer frente a los gastos de los salarios de los trabajadores tras el parón y posterior finalización del curso.

“Se hizo para no poner en jaque la viabilidad futura del club tras el parón forzoso, y se aplicó de manera proporcionada entre los departamentos, pactándolo y adatándolo”, justifica el director general del Bàsquet Manresa. La idea es mantener el presupuesto de gasto respecto al que tuvo a cierre de 2019-2020, aunque la entidad buscará mejorar los ingresos y su situación de liquidez. “Buscaremos por todos lados, vía patrocinio y financiación ICO”, apunta.

Entre los patrocinadores del Bàsquet Manresa están la empresa de servicios de climatización Baxi como espónsor principal con contrato hasta 2021, junto a ICL, que siguió como espónsor después de tres temporadas como socio principal. También están Caixabank, el Ayuntamiento de Manresa, Control Group y Pentex como socio técnico. En un tercer rango se encuentra un pool de patrocinadores compuesto por Estrella Damm, Catalana Occident, Avinent, la cafetería La Soca, Sagalés, Fibracat, GCV Gaesco y el concesionario Sarsa.

“Buscaremos por todos lados, vía patrocinio y financiación ICO”, apunta Sixto, para mantener el gasto de 2019-2020

A esta cartera de espónsors se suma un centenar de anunciantes que realizan pequeñas aportaciones a cambio de activos. El año pasado, el pool de marcas patrocinadoras iba a aportar 575.000 euros, mientras que el resto de patrocinadores aportaron 1,3 millones de euros. En esta partida se incluye la aportación del Ayuntamiento de Manresa, con el que tiene firmados dos convenios por 240.000 euros, por un lado, y 130.000 euros, para el pago de Aigües de Manresa.

El importe que sí se ha mantenido es el reparto de la ACB, procedente de los patrocinadores de la patronal y los derechos audiovisuales, que ha supuesto un ingreso de alrededor de 650.000 euros. “El reparto de la ACB se ha mantenido estable, por lo que sólo nos resentimos por la caída del patrocinio, los abonos y las entradas”, concreta Sixto.

Para mitigar este impacto en 2020-2021, el club está en contacto con la ACB para tantear la apertura de los pabellones al público antes de que acabe el año. “Sabemos que hay que volver cuando la situación lo permita, y sabemos que las competencias las tiene el Consejo Superior de Deportes; pero tenemos la esperanza de que nos dejen abrir el pabellón al público cuanto antes”, explica el director general, que al igual que otros directivos de los clubes de la ACB se aferra al hecho de que la capacidad de un pabellón es inferior al de un estadio de LaLiga.

Hasta ahora, las decisiones adoptadas por el CSD respecto al regreso del deporte profesional y de los aficionados a los recintos no ha distinguido entre las particularidades de LaLiga y la ACB. “No tiene sentido que el deporte no profesional pueda dar entrada a 400 personas a sus recintos y nosotros, que tenemos un recinto con capacidad de 5.000 personas, no; asumimos que abrirlo con limitaciones de hasta 500 personas es mejor que no abrirlo”, reconoce, al admitir que la apertura del Nou Congost ayudaría a hacer activaciones con los patrocinadores y a mejorar el negocio comercial.