Josep Maria Bartomeu ha dicho hasta aquí. El presidente del FC Barcelona desde 2014 y su junta directiva han decidido dimitir un día después de mantener su decisión de seguir, tras una reunión extraordinaria marcada por el choque mantenido con la Generalitat estos días. Ahora, se abre un periodo de un máximo de tres meses para celebrar las elecciones que decidirán quién será el nuevo presidente.

“Un club como el Barça debería tener transiciones ordenadas entre un gobierno y otro”, ha lamentado Bartomeu sobre el contexto de su salida. “Lo que hemos vivido en los últimos meses sobrepasa cualquier límite. Se me ha insultado y amenazado a mí y a mi familia, además de a toda la junta directiva”, ha criticado.

El anuncio lo ha realizado tras una reunión que se ha convocado de forma extraordinaria durante el día de hoy, después de la decisión del Procicat de no validar la solicitud del club de alargar quince días el plazo para celebrar el voto de censura que iba a decidir sobre la continuidad de Bartomeu y su equipo. Su idea inicial era someterse a la reválida y, si ganaba, mantener las elecciones en marzo. 

“Pedíamos cobertura legal a la Generalitat: la misma que pedían al Gobierno central para tomar decisiones respecto a la pandemia”, ha sostenido Bartomeu en su despedida, para criticar que el Ejecutivo autonómico “ha optado por limpiarse las manos en una situación que les resulta incómoda”. En este sentido, ha asegurado que proponían una votación dentro de dos semanas que garantizará 21 puntos de votación por todo el territorio para evitar aglomeraciones.

La noticia va en contra de la posición de Bartomeu hace 24 horas, cuando dijo que ahora mismo “con incertidumbres cada día, creemos que la junta está legitimada, y ahora mismo lo más importante es que haya una junta que pueda tomar decisiones”. Esas decisiones ahora deberán ser adoptadas por la comisión gestora, al frente de la cual estará Carlos Tusquets como presidente de la comisión económica.

Tras la dimisión de Bartomeu, el Barça estará gestionado por una comisión gestora presidida por Carles Tusquets

Es importante el detalle de la dimisión en bloque y de forma simultánea puesto que es condición sine qua non para la constitución de la comisión que gestionará el club durante las próximas semanas, hasta que se celebren los comicios y haya un nuevo órgano de gobierno.

“¿Y ahora qué?” Esta es una pregunta que muchos barcelonistas se hacen a estas horas. Pues bien, ahora llegará una comisión gestora al club que tomará las riendas de la entidad, eso sí, sin capacidad de realizar actuaciones de calado que se salgan de la gestión ordinaria. Por ejemplo, sí estará facultada para completar la mesa de negociación con los trabajadores, pero no podría teóricamente firmar un fichaje o una operación de deuda.

“Me veo en la obligación de dimitir y lo hacemos sin haber podido completar decisiones económicas del club sobre los gastos. Esperemos que en las próximas semanas se pueda aplicar la adecuación de los salarios, porque si no se aplica podría terminar generando graves problemas al club”, ha advertido Bartomeu, que ha insistido en que las medidas para enderezar las finanzas del club estaban entre las razones para no entrar en esta situación de interinidad.

Dimitiendo, en lugar de exponerse al voto de censura, varios directivos de la junta de Bartomeu podrán estar en la gestión diaria del club durante los próximos meses como miembros de la comisión, que estará compuesta por un mínimo de siete personas. La presidencia la asumirá Carles Tusquets, financiero catalán que actualmente presidía la comisión económica. Él, junto al síndico de los socios designará el resto de los personas de la gestora. Eso sí, Tusquets podría no aceptar su nombramiento, y en ese caso, su lugar lo debería ocupar el vicepresidente de la comisión económica.

Doctor en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona, tiene más de 40 años de experiencia en el sector financiero. En 1983 creó el grupo Fibanc, pionero en el lanzamiento de fondos de inversión en España, que hoy es propiedad del Banco Mediolanum. En 2006 fundó el grupo Trea, una sociedad de valores independiente, y entre 1989 y 1992 fue presidente del Círculo de Economía.

Las funciones de la gestora en el día a día son claras: gobernabilidad, administración y representación del club en los espacios donde ha de estar la junta directiva, pero con limitación de esta representación en los actos necesarios e imprescindibles para el mantenimiento de las actividades normales del club para la protección de sus intereses.

En definitiva, la función principal de esta comisión que se hará cargo del Barça en los próximos días es la convocatoria de elecciones para constituir una nueva junta directiva, en un plazo de tres meses desde que sus miembros hayan tomado posesión de sus cargos.

La comisión gestora tiene importantes desafíos por delante, y el más inmediato será cerrar la negociación con los trabajadores para pactar una rebaja salarial clave. El club está obligado a recortar los gastos en 156 millones de euros respecto a la liquidación de 2019-2020, un objetivo que únicamente puede lograrse con un acuerdo de reducción de nóminas de los integrantes del primer equipo de fútbol.

El Barça necesita recortar 156 millones de euros respecto al gasto de 2019-2020 para no seguir en pérdidas

De momento, Gerard Piqué, Frenkie de Jong, Marc-André Ter Stegen y Clement Lenglet han accedido a reducir sus emolumentos entre un 30% y un 50% en 2020-2021, a cambio de ampliar sus contratos y poder recuperar el dinero perdonado en temporadas posteriores.

Sin embargo, el acuerdo con toda la plantilla se hace necesario para conseguir el nivel de ahorro necesario. En la pasada temporada el club sólo ahorró 42 millones de euros en masa salarial, una cuarta parte de lo que era necesario ajustar, recortando un 70% el salario fijo durante los meses que no hubo competición.

El calendario de la negociación marca el 5 de noviembre como fecha de límite para el acuerdo, y la dirección ya ha planteado que será necesario un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para los trabajadores de los departamentos más afectados por la Covid-19. “Nuestra intención es que el procedimiento no afecte a los empleados no deportivos”, explicó días atrás Jaume Feliu, presidente del comité de empresa del Barça.

El ajuste podría acabar siendo mayor si no se cumplen los pronósticos de la junta, que ayer aprobó unos ingresos de explotación de 828 millones de euros para 2020-2021, frente a los 791 millones que se había contemplado de inicio. Aun así, son 27 millones menos que en 2019-2020 y un retroceso de 231 millones en comparación con el escenario original que se dibujó para el último curso antes de la pandemia. En cuanto a los costes, la dirección confía en rebajarlos hasta 796 millones de euros si logra el recorte en nóminas. Incluidos los costes financieros y los impuestos, el beneficio neto de esta temporada podría llegar al millón de euros.

“La junta directiva ha analizado también los diferentes supuestos incluidos en este presupuesto, algunos de los cuales ya se están trabajando internamente, ya que dependen de la gestión directa a nivel ejecutivo, mientras que algunos otros dependen de las circunstancias sociales y sanitarias derivadas de la pandemia”, señaló ayer.

En lo que se refiere a los ingresos, la junta saliente apuntaba que la previsión de ingresos parte de una reapertura del Camp Nou en febrero de 2021, con una asistencia equivalente al 25% del aforo que alcance el 50% en mayo. En cualquier caso, “no hay hoy la visibilidad necesaria para saber si este escenario será el definitivo, pero tras el análisis conjunto de las diferentes áreas involucradas del Club, se considera que es un escenario plausible entre las diferentes hipótesis planteadas”.