El FC Barcelona ha empezado a firmar acuerdos individuales con jugadores del primer equipo de fútbol, en busca del recorte de gasto necesario para 2020-2021. El club anunció ayer por la noche la renovación de cuatro pesos pesados del vestuario, a los que ha garantizado más años de contrato, y previsiblemente mejoras posteriores de sueldo, a cambio de “una adecuación salarial temporal” para esta temporada. Es decir, menos gasto a corto plazo, pero mayores compromisos en el medio plazo que deberá asumir la junta sucesora de Josep Maria Bartomeu.
Piqué, que tiene uno de los salarios más altos, ha ampliado su contrato por dos años más, hasta 2024, “sujeto al hecho de que el jugador dispute un determinado número de partidos” a partir de 2021- 2022. Ese año tendrá 35 años y, en función de su rendimiento, podría permanecer hasta los 37 años.
Ter Stegen, por su parte, ha firmado hasta 2025, cuando cumplirá 33 años, y su cláusula de rescisión queda fijada en 500 millones de euros. Clément Lenglet y Frenkie de Jong, dos de los últimos fichajes realizados por el Barça, han renovado hasta el 30 de junio de 2026, cuando tendrán 31 años y 29 años, respectivamente. La cláusula del francés sube a 300 millones y la del holandés a 400 millones de euros.
Está por ver cuál es el impacto de este anuncio en la negociación colectiva que quería emprender la dirección, que hoy a las 10:00 horas había convocado la constitución de la mesa. El comité de empresa que representa a los trabajadores no deportivos sí acudirá, mientras que el grueso de la plantilla del primer equipo y el filial ya envió un burofax al club negándose a participar.
La estrategia del vestuario, coordinada por el abogado Jorge Pecourt y Tactic Group, pasa por negar la validez legal de la fórmula que pretende usar la entidad, pues sostienen que “deberían ser mesas de negociación diferenciadas porque las relaciones laborales son muy distintas”. “Creemos que no se ajusta a Derecho”, comparten desde el comité de empresa, que representa al personal corporativo.
Entre los asesores de los futbolistas se apuntan a dos incumplimientos adicionales, el del artículo 40 del convenio colectivo firmado por LaLiga y AFE, en cuanto a derechos sindicales, y el artículo 18 del Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, por el que se regula la relación laboral especial de los deportistas profesionales, en el que se determina que “los deportistas profesionales tendrán los derechos colectivos reconocidos con carácter general en la legislación vigente, en la forma y condiciones que se pacten en los convenios”.
El objetivo para 2019-2020 era que sueldos y amortizaciones de fichajes se situara en 642 millones de euros, pero los datos revelados hace unos días por el vicepresidente económico, Jordi Moix, desvelaron que finalmente esa cifra iba a irse a 679 millones. Al final, los acuerdos con los vestuarios permitieron dejar el coste en 636 millones. Es decir, que el ajuste fue apenas del 6,3%, frente al 10% que, por ejemplo, logró el Real Madrid.
El ajuste previsto para 2020-2021 es aún más doloroso, de 165 millones de euros, pues el club trabaja con una previsión de ingresos de 791 millones de euros, que representaría una caída del 8% interanual acumulada a la del 14% del último ejercicio. Es decir, 64 millones menos para gastar a los que hay que añadir el agujero de 97 millones con que se cerró 2019-2020.