Nuevo giro de guion en la estrategia del FC Barcelona para recuperar la estabilidad económica. Profesionales del club alcanzaron el lunes un principio de acuerdo con LaLiga y CVC para que el club obtuviera en torno a 540 millones de euros a cambio de hasta un 25% de sus derechos de televisión. Tal era la entente, que incluso se incorporó al orden del día de la asamblea extraordinaria del próximo 16 de junio, en la que inicialmente sólo iba abordarse la venta del 49,9% de BLM, su brazo de retail, avanzado por 2Playbook. Sin embargo, hoy la junta ha decidido dar marcha atrás y buscar otras fórmulas para generar ingresos y poder operar este verano en el mercado de fichajes.
“Está 100% descartado”, confirman dos fuentes al tanto de las conversaciones, que a estas alturas dan por muy difícil la reconducción de la situación. La misma sensación se respira en los despachos del Camp Nou, que fían ahora todo a encontrar un fondo alternativo que compre esa participación sobre el negocio audiovisual y a una drástica rebaja salarial, de hasta el 50% en algunos casos, según TV3.
El giro de guion de esta semana sorprendía, especialmente, después de que durante varios meses el presidente, Joan Laporta, hubiera cargado contra el acuerdo e incluso lo haya llevado ante los tribunales junto a Real Madrid y Athletic Club. Aun así, estos meses ha habido contactos constantes entre LaLiga y dos hombres fuertes del club: Ferran Olive, tesorero y a quien Laporta situó al frente de la gestión del día a día junto a él, y Mateu Alemany, director del área de fútbol.
El principal argumento para apostar por la vía de CVC radica en que entrar en LaLiga Impulso era (y es) que un 15% de los 270 millones de euros que le corresponderían pueden destinarse ya a aumentar el límite salarial. Es decir, que podrían disponerse ya de 40,5 millones para acometer las distintas incorporaciones que hay sobre la mesa. Dicho de otro modo, permitía aumentar la competitividad de la plantilla de forma inmediata, sin necesidad de haber completado antes el saneamiento de las cuentas.
Obtener un margen similar con la generación de ahorros exigiría reducir el peso de nóminas y obtener plusvalías netas por traspasos de entre 120 millones y 160 millones de euros. ¿La razón? Al tratarse de un club excedido en su límite, la dirección está sujeta a las pocas excepciones de la norma, por la que se puede reinvertir un euro por cada cuatro ahorro, que se reduce a un euro por cada tres si el futbolista afectado suponía más de un 5% de la masa salarial.
Renunciar a la vía de CVC afecta sobre todo a la planificación deportiva, pues LaLiga Impulso entregaría el dinero como deuda, si bien también ayudaba a ir revirtiendo la situación de patrimonio neto, que era negativo en 450,7 millones a 30 de junio de 2021. A partir de aquí, era la operación paralela la que sí ayudaba a generar importantes plusvalías con las que compensar las pérdidas de los últimos dos años.
Durante meses se trabajó en la idea de crear una sociedad a la que se traspase la titularidad de los derechos audiovisuales, de modo que CVC adquiriese una participación igualmente del 10% y computase como ingreso en lugar de deuda, como ya adelantó 2Playbook. Óscar Mayo, director general ejecutivo de LaLiga, volvió a dejar claro ayer en PRO Foro Industria y Deporte que la entrada en Impulso debía ser en las mismas condiciones que el resto, por lo que esa fórmula pasó a ser una operación adicional.
Esta alternativa sí apuntalaba el beneficio neto, fuese el de 2021-2022 o 2022-2023, en función de cuándo hubiese permitido el auditor anotar esta venta. Esta operación, a diferencia de Impulso, sí podría llevarse a cabo con cualquier otro fondo o banco de inversión, si bien en los últimos meses no se han puesto sobre la mesa alternativas solventes que permitieran obtener el mismo importe al margen de LaLiga. Esa vía, si lo aprueban los socios, continuará explorándose durante los próximos meses. Según TV3, se maneja una oferta de apenas 200 millones por ese 25%, se sobrentiende que a cambio de un retorno inferior al del 8% planteado por CVC.
Esta venta de un porcentaje de los derechos audiovisuales es crucial para poder recuperar la normalidad en la operativa del área deportiva, pues el límite de gasto en salarios y amortizaciones estará siempre penalizado mientras que no se generen beneficios equivalentes a los 688 millones de pérdidas antes de impuestos registradas entre 2019-2020 y 2020-2021. A valoración de CVC, serían 540 millones de euros, por lo que casi se recuperaría todo de una tacada si la operativa del club alcanza el equilibrio presupuestario.
Es algo que no se ha podido conseguir en 2021-2022, pues el presupuesto actual presenta un agujero de más de 120 millones de euros. La razón no es otra que la no venta de Barça Studios (se presupuestaron 50 millones), la entrada de nuevos patrocinios (25 millones), la eliminación temprana de Champions League (unos 30 millones) y rebajas de sueldos no culminadas.
De ahí la urgencia que sí existe por poder incorporar a estas cuentas la venta del 49,9% de BLM, que aportaría en torno a 200 millones de euros. Si nada se tuerce, esa parte del capital pasará a manos de un consorcio formado por Fanatics, el mayor ecommerce de merchandising deportivo del mundo, e Investindustrial, dueño de PortAventura.
Esta transacción no sólo permitiría cubrir el desequilibrio que hoy existe en las cuentas que se cierran el 30 de junio -la asamblea es el día 16-, sino que ya serviría para ir recuperando patrimonio neto. También ayudarán ventas como la de Philippe Coutinho por 20 millones, pues estaba totalmente amortizado tras la reestructuración del pasado verano, y se desconoce si podrían revertirse parcialmente los 90 millones de euros que se dotaron para hacer frente a posibles sentencias contrarias.