El FC Barcelona no se cierra puertas a nada. Al mismo tiempo que emprende acciones legales con Real Madrid y Athletic Club contra LaLiga y CVC, el club lleva semanas negociando la posibilidad de reengancharse a la operación que la competición y la firma de inversión aprobaron para inyectar 2.700 millones de euros en el fútbol profesional español. “El Barça no cierra ninguna puerta y no está descartado”, ha asegurado hoy su director general, Ferran Reverter, en un encuentro con medios.
El primer ejecutivo blaugrana ha insistido en que “las condiciones de CVC que propusieron no podíamos aceptarlas, pero, si las cambian, podemos hablar”. Los cambios que proponen no han sido desvelados, aunque fuentes de la industria señalan que la entidad estaría buscando que la entrega del dinero sea a fondo perdido o que, en esa devolución a 40 años, el importe a retornar sea inferior.
En un encuentro con medios semanas atrás, tanto LaLiga como CVC ya dejaron entrever que la inclusión del Barça en el acuerdo no podía descartarse y que trabajarían para buscar su encaje. De salir adelante, al club presidido por Joan Laporta le corresponderían unos 270 millones de euros, si bien desde los promotores del denominado plan LaLiga Impulso declinan valorar un posible cambio en las condiciones.
Se sobrentiende que no puede haber trajes a medida, por lo que una reducción del dinero a devolver debería extenderse a los 39 clubes que ya han dado el visto bueno a la venta del 10,95% de la empresa que aglutina el negocio comercial de LaLiga y un derecho de cuenta en participación del 10,95% sobre los derechos audiovisuales.
Un informe elaborado por el banco de inversión Rothschild estima que el fondo logrará algo más de 9.000 millones de euros a lo largo de todo el periodo, si bien CVC ya dejó claro que su intención pasa por traspasar esta participación en un plazo cercano a los diez años. Según explicó el presidente de LaLiga, Javier Tebas, hace unos días, su estimación es que el fondo recuperará la inversión en aproximadamente quince años.
Esa es la gran crítica de Barça, Madrid y Athletic, pues la presencia del fondo supondría que los clubes dejarían de ingresar unos 6.900 millones (138 millones anuales) en favor del socio industrial del momento. Eso sobre el papel, pues las proyecciones validadas por Kpmg establecen que la entrada del fondo y la inyección de capital realizada permitirá que los ingresos de la gestora sean superiores en casi 1.000 millones de euros a partir de 2030-2031. Es decir, que esas inversiones facilitadas ahora por la entrada de dinero se compensarían.
El informe contempla que la diferencia entre tener o no a un socio inversor no sería excesiva en el próximo ciclo audiovisual, que arrancará en 2022-2023. En esos cuatro años, la diferencia sería de 2.520 millones frente a 2.244 millones de euros. Pero, a partir de ahí, el estudio asume que el negocio del fútbol profesional español sufriría una caída del 13% en el siguiente ciclo, para después quedarse estancada en torno a los 2.000 millones.
Por el contrario, la presencia de CVC u otro socio es lo que permitirá que cada año se crezca entre 100 millones y 200 millones, apoyado en un mayor valor de los derechos internacionales y la comercialización hoy incipiente entre otras competiciones deportivas de los productos tecnológicos.
Cuestionado sobre qué diferencia la operación con CVC a la venta del 49% de Barça Studios, Reverter ha defendido que son operaciones distintas, aunque ambas suponen en esencia la venta de activos del club. “La diferencia es que los derechos son nuestros, no de LaLiga”, se ha escudado, sobre lo que insiste que supone “hipotecar los ingresos de televisión”.
No obstante, lo cierto es que los argumentos utilizados para dar entrada a un socio en Barça Studios es el mismo que aplica LaLiga para defender la incorporación de CVC: “necesitamos un partner que nos ayude a crecer y no tenemos suficientes recursos para desarrollarlo”, ha argumentado. Una lógica que, en el caso de LaLiga Impulso, aplica igual, en tanto que el objetivo es que los clubes dispongan de recursos para acometer inversiones que les ayuden a dar un salto en términos de negocio que de otra manera no podrían acometer.
Especialmente, tras el impacto de la Covid-19, que ha provocado que el conjunto de los clubes del fútbol profesional español cierre 2020-2021 con unas pérdidas agregadas de 818 millones de euros. El 60% de este agujero corresponde precisamente al Barça, que ha presentado unos números rojos de 481 millones de euros.
El agujero se debe a varios factores, pero pueden resumirse en tres: excesivo optimismo sobre la reapertura del estadio, que se tradujo en 31 millones menos de ingresos por taquilla; suspensión de la venta de Barça Corporate, por la que se habían presupuestado 100 millones, y 127 millones más de gasto salarial respecto al que se confiaba rebajar con la renegociación con la plantilla. A eso, se añade la depreciación de la plantilla en 160 millones (22 millones más de lo previsto) y provisiones por litigios por 84 millones.
