“Se trata de hacer negocio entre todos y no destruir”. El director general del FC Barcelona, Ferran Reverter, ha defendido hoy la decisión de la nueva junta directiva de suspender las tres demandas judiciales que se interpusieron por los anteriores rectores del club con Nike. La reclamación ronda los 50 millones de euros entre todos los conceptos, como adelantó 2Playbook, y el primer ejecutivo de Joan Laporta ha avanzado que “habrá un acuerdo en breve”.
Los términos del acuerdo no se han hecho públicos, ni si confían en obtener un ingreso extraordinario por esta ofensiva judicial que se emprendió en 2020-2021 sin que hubiera trascendido. Eso sí, podría implicar un cambio en las condiciones económicas del nuevo acuerdo que se firmó hasta 2027-2028 y que estaba pendiente de desarrollarse contractualmente.
El club, por prudencia contable, no ha incluido ningún tipo de ingreso por este concepto, puesto que “no se puede prever el resultado jurídico de las tres demandas”. Estas fueron admitidas a tramitación, aunque ni siquiera hubo tiempo a que la multinacional estadounidense respondiera a la demanda. “Están en una fase muy inicial, pero no es probable que las ganáramos”, opinan en la asesoría jurídica blaugrana.
La alianza, anunciada en 2016, está valorada en 155 millones de euros por temporada, aunque en realidad sólo 55 millones se corresponden a ingresos por patrocinio, pues más de 30 millones son inversión en marketing y el resto se corresponde a los ingresos brutos que el club empezaba a contabilizar tras la recuperación de todo el negocio de retail.
Esta es una pieza clave dentro del presupuesto de ingresos del Barça, que en 2021-2022 prevé alcanzar los 765 millones, pero con un resultado de explotación negativo en 19 millones. La entrada en beneficios, de 5 millones de euros si se cumple su plan, está sujeto también a la venta de Barça Studios, que supondría entrada en caja de 50 millones de euros, como adelantó 2Playbook.
La alianza, anunciada en 2016, está valorada en 155 millones de euros por temporada, aunque en realidad sólo 55 millones se corresponden a ingresos por patrocinio
En cuanto a la ofensiva judicial con Nike, el frente se divide en tres demandas: una por impagos en los royalties por la venta de réplicas de camisetas; otra por las penalizaciones que Nike imponía al Barça por incumplimientos que no se consideran tales, y una tercera por abuso de posición de dominio. “Si esta demanda prospera, el impacto que tendrá entre los grandes clubes de Europa es muy relevante”, aseguran sobre el tercer litigio planteado.
Por partes. Tras asumir todo el negocio de retail, el equipo de Barça Licensing & Merchansing (BLM) detectó que la marca estadounidense había dejado de pagar la liquidación correspondiente a las réplicas. Se trata de copias oficiales de las equipaciones de juego, aunque de una calidad técnica inferior y que se venden sin el logo de Nike en establecimientos como Carrefour.
Este negocio no lo lleva directamente la multinacional estadounidense, sino una empresa catalana llamada Roger’s. La compañía logró la licencia mundial de réplicas del Barça para España y Portugal en 1999, el mismo año en el que Nike creó la mercantil para explotar todo el retail blaugrana. En su cartera de clientes también están Real Madrid, Atlético de Madrid, Juventus, PSG, Bayern de Múnich… “Debían mucho dinero tras el análisis que realizaron internamente”, apuntan las fuentes consultadas.
Este licenciatario pagaba un canon anual por la exclusiva a la multinacional estadounidense; de hecho, de los casi 50 millones que reclama el Barça en los tres frentes, el grueso se concentra en este asunto. Las últimas cuentas anuales de FCB Merchandising, correspondientes a 2015-2016, señalan que los derechos de licencia nacional representaban un 12% de los ingresos, es decir, unos 7,5 millones de euros en ese último año; estas licencias, pero a nivel internacional, representaron el 8% del total, con unos 5 millones. Se desconoce qué importe representaba Roger’s.
El segundo pulso tiene que ver con las penalizaciones que Nike venía aplicando al Barça durante los últimos años por el presunto incumplimiento de los acuerdos. La anterior junta analizó una por una todas las sanciones, y acabó concluyendo que varias eran más que cuestionables. Estas son de todo tipo, desde aspectos relacionados con el rendimiento del primer equipo, hasta cuestiones más de cariz publicitario.
“Si esta demanda prospera, el impacto que tendrá entre los grandes clubes de Europa es muy relevante”, aseguran fuentes expertas sobre el presunto abuso de posición de dominio
La tercera, y la más relevante en cuanto al impacto que podría tener en el sector, es la de abuso de posición de dominio. La multinacional firmó en conformidad un expediente sancionador con la Comisión Europea (CE) que se inició en 2017 y se cerró en 2019, por el que pagaba 12,5 millones de euros. La sanción era por “prohibir a los comerciantes vender mercancías autorizadas a otros países del Espacio Económico Europeo”, según informó entonces Competencia.
Esta restricción, añadía, “afectaba a los productos de comercialización de algunos de los clubes y federaciones de fútbol más conocidos de Europa, para los que Nike tenía la licencia”. “Por resumirlo, con esto se restringía la oferta de producto del Barça en París o del PSG en Barcelona, de modo que siempre podía inducir a la compra del merchandising de uno u otro”, resumen las fuentes consultadas. Es decir, que forzaba a los grandes clubes con los que trabaja a que prácticamente limitaran su retail al mercado natural.
La Comisión reveló que estas prácticas anticompetitivas estuvieron en vigor entre 2004 y 2017, periodo en el que el Barça estaría buscando un resarcimiento económico por la pérdida de ingresos que eso le habría provocado. “Las prácticas ilegales de Nike afectaron en diversos grados a los productos con licencia de las marcas de clubes como FC Barcelona, Manchester United, Juventus, Inter de Milán y AS Roma, así como a federaciones nacionales como la Federación Francesa de Fútbol”, corroboró la CE.
En su resolución, el organismo comunitario invitaba a que todos los afectados buscaran compensación en los tribunales nacionales, y eso es lo que estaba intentando el Barça en este momento. “En diversos grados, este tipo de prácticas estuvieron presentes en los seis negocios de merchandising de Nike durante el período relevante”, señala.
Sin embargo, continúa, “fueron más prominentes para el FC Barcelona, en consonancia con el mayor tamaño del negocio de merchandising del club y con el hecho de que su alcance y base de seguidores van mucho más allá de su territorio nacional”, advertía ya la investigación. Muestra de ello es que, de la sanción de 12,5 millones que pagó Nike (previa rebaja del 40% por cooperar), un total de 6,38 millones fueron impuestos a FCB Merchandising, la subsidiaria que gestionaba el negocio culé.
La investigación desgrana también ese modus operandi, apuntando que, “además de las restricciones contractuales explícitas, Nike solicitaba en ocasiones a los licenciatarios que limitaran sus actividades a los territorios que se les asignaron en sus acuerdos de licencia”. Es decir, que se limitaba el potencial de ventas de los retailers y, por consiguiente, el dinero a cobrar por los clubes.
Ante esta situación, los anteriores rectores del club consideran que hay visos de poder lograr una compensación, si bien Laporta y su nuevo comité de dirección buscan un pacto amistoso. Porque aún quedan más de seis años de relación con Nike, y porque es su principal fuente de ingresos por patrocinio, toda vez que Rakuten decidió que no seguiría tras ampliar un año de contrato con una rebaja del 45%, hasta 30 millones. Tampoco está clara la continuidad de Beko, que este año paga 10 millones de euros por la ropa de entrenamiento, tras romperse un nuevo contrato a cinco años por el estallido de la pandemia. Y ello, en un contexto en el que el club se encuentra sin director comercial, ni de marca, dos posiciones clave de cara a convencer a las marcas para que inviertan en el Barça.