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Barça: lealtad, primas y bonus, el tridente de Bartomeu que condenó a una masa salarial disparada

Los primeros resultados de la ‘due diligence’ encargada por Laporta revelan que el gasto en plantilla deportiva se habría ido a más de 800 millones de euros si no se hubiera intervenido este verano. La junta pide cinco años para estabilizar la situación.

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“Gestión nefasta, quiebra técnica, dificultad para pagar nóminas, necesidad de refinanciación urgente, limitaciones de inscripción de jugadores y en la toma de decisiones operativas”. Pero hay más. “Patrimonio neto negativo, flujos de caja operativos nulos, deuda y compromisos futuros por 1.350 millones de euros. Incumplimientos de compromisos con LaLiga, Uefa, bancos y estatutos”. Así es como ha resumido hoy la situación del FC Barcelona su director general, Ferran Reverter, un convencido de que la reestructuración de este año dará paso a buenos años.

“Tengo que vender optimismo; el Barça es un club resiliente por naturaleza y ha pasado por muchas crisis”, ha señalado en un encuentro con medios, en el que ha desgranado lo que ha calificado de “mala gestión” por parte de la anterior junta de Josep Maria Bartomeu. De momento, silencio sobre las presuntas irregularidades de la última etapa y las decisiones que adoptarán en consecuencia.

Reverter ha añadido información adicional a una práctica ya conocida por parte de la anterior junta, basada de diferir pagos a futbolistas con contratos crecientes e intentar cuadrar las cuentas a través de trueques. Una estrategia, que en el fondo traspasaba el gasto a los años siguientes, que se llevó al extremo a partir de 2017. Ese año se vendió a Neymar por 222 millones de euros y se decidió estructurar el gasto en base a un volumen de ingresos muy difícil de repetir cada año.

Por una razón: el Barça jamás logró facturar tanto por extraordinarios, que es como se considera la venta de futbolistas. De hecho, Reverter ha explicado que las pérdidas agregadas desde 2017-2018 ascenderían a 919 millones de euros de no ser por una serie de traspasos que el ejecutivo considera que se firmaron por necesidades financieras y no deportivas.

“Fichábamos sin saber si podríamos pagar por estos jugadores, y esa falta de planificación también ha supuesto un aumento de los gastos”, ha denunciado. Por poner un ejemplo, ha desvelado que el fichaje de Philippe Coutinho sin disponer de recursos propios acarreó un gasto financiero extra de 16,6 millones de euros.

Hay más. Reverter considera que el rally de fichajes y renovaciones tras la marcha de Neymar provocó que con los cinco jugadores principales se cargaran más de 1.000 millones de euros en gasto para un periodo de cuatro años, una cifra inasumible para el Barça o cualquier otro equipo de Europa. “Este modelo deportivo no es sostenible, porque además provocó que sólo un canterano se haya consolidado en el primer equipo en los últimos años”, ha denunciado.

El modelo deportivo post-Neymar: “Este plan no es sostenible, porque además provocó que sólo un canterano se haya consolidado en el primer equipo en los últimos años”

Otra de las críticas de Reverter ha sido la introducción de numerosos conceptos que prorrateaban el gasto en salarios deportivos o, directamente, trasladaban parte de los salarios a temporadas futuras, incluso una vez finalizado el mandato de Bartomeu. Por poner un ejemplo, había futbolistas cuyo contrato podía ser de 9 millones brutos el primer año, 19 millones el segundo y 28 millones el tercero. “Es una financiación encubierta que, además, ahora nos perjudica porque dificulta que algunos jugadores quieran salir porque el año que les queda es el de la subida fuerte de su nómina”, ha expuesto Reverter.

El ejecutivo se ha referido a fórmulas cada vez más habituales y que el Barça usó en exceso, como signing bonus que permiten dividir parte del ingreso en los años del contrato, primas de finalización de contrato o lealtad que se traspasan al último ejercicio de la vinculación, o variables de fácil cumplimiento que permitían anunciar un presupuesto de gasto inferior al inicio de cada curso. Todo eso iba a traducirse en un aumento de gastos de 47 millones de euros para mantener la plantilla existente, a los que se suman 48 millones en “comisiones para intermediarios no habituales”, que oscilaban entre el 20% y el 33% de las operaciones en las que intervinieron.

De hecho, la proyección realizada por el actual equipo directivo es que la masa salarial de 2021-2022 se habría disparado hasta 835 millones de euros de no haber actuado este verano con contundencia. La salida de Leo Messi y Antoine Griezmann, entre otros, junto a las rebajas salariales pactadas con parte del primer equipo, permitirán bajar el coste de sueldos y amortizaciones hasta 470 millones de euros.

Es decir, que el club ha logrado ya rebajar esta partida de gasto a niveles de 2016-2017, el último año antes de que la situación se descontrolara tras la marcha de Neymar. Ese año, el gasto en nóminas y amortizaciones por fichajes pasaron de 471 millones a 683 millones de euros en 2017-2018, para escalar a 722 millones en 2018-2019. De no ser por la pandemia, esta partida habría escalado a 759 millones en 2019-2020 y a 793 millones en 2020-2021; sin embargo, finalmente se redujo a 687 millones y 689 millones, respectivamente, por el ahorro conseguido con la presentación del expediente de regulación temporal de empleo (Erte) y las renegociaciones con los jugadores de todas las secciones.

“Estábamos entre un 30% y un 50% por encima de la media de los grandes clubes europeos”, ha recordado Reverter, para justificar las medidas adoptadas este verano. Y ha dejado claro que aún necesitan continuar rebajando el coste de la plantilla deportiva, ya no por cumplir con los ratios que impone LaLiga, sino por garantizar que el Barça puede financiar su operativa con los ingresos ordinarios, que este año alcanzarán los 685 millones de euros.

De momento, esta temporada podrá cerrarse en positivo con la venta de Barça Studios, que podría aportar 50 millones de ingresos extra si se concreta la operación, como adelantó 2Playbook. Es una transacción que Reverter ha dicho que podrían retrasar incluso al próximo año si la reapertura del Camp Nou es más rápida de lo previsto y se puede compensar esa cuantía con la venta de entradas.

El primer ejecutivo, que por primera vez hablaba en público, ha avanzado que también están viendo que “las ventas están progresando mucho mejor en tiendas y estamos hablando con los patrocinadores para renegociar contratos”. El reto es que este año acaban las alianzas con Rakuten y Beko, que ya aceptaron continuar una temporada más de lo previsto a cambio de rebajas del 45% y el 50%, hasta 30 millones y 9 millones de euros, respectivamente.

Es la ambición y el optimismo del plan estratégico aprobado hasta 2026, pues la junta de Joan Laporta cree que necesitarán cinco años para devolver el club a la normalidad. “Sí que tenemos que hacer crecer los ingresos, pero ahora lo que había que atacar es la estructura de costes y hay que seguir rebajando la masa salarial”, ha insistido. Sobre todo, porque “el Barça no ha generado caja para hacer todas estas operaciones; la inversión se ha hecho a crédito en los últimos tres años”, ha criticado.

De ahí que una de las primeras grandes operaciones de la junta directiva haya sido firmar la refinanciación de 595 a través de Goldman Sachs, que concede diez años para devolver lo que hoy era deuda a corto plazo, con dos de carencia en los que sólo se abonan intereses. “Estamos al 50% del trabajo que tenemos que hacer, pero que nadie se equivoque; el tema de la SAD o realizar una derrama entre los socios no se ha valorado”, ha concluido Reverter.

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