Más de 30 futbolistas han recalado en el primer equipo del FC Barcelona procedente de otros equipos desde que Josep Maria Bartomeu fue ratificado en la presidencia en el verano de 2015. Una inversión en derechos federativos bajo su mando que ascendió a 1.187 millones de euros, de los que todavía quedan por pagar 323 millones y aún se deben cargar a la cuenta de resultados casi 600 millones de euros, según consta en la memoria anual a la que ha accedido 2Playbook.
Se trata de la mayor losa con la que se encontrará el futuro presidente del Barça, pues son unos costes que de ningún modo pueden rebajarse. Ni siquiera con una venta, pues eso únicamente supondría amortizar de forma anticipada el valor contable de ese futbolista. Y eso es lo que probablemente pase este verano.
“Al Barça le habría ido muy bien esta nueva regla de LaLiga por la que los clubes sólo pueden gastarse el 25% de lo que generan por traspasos; habría evitado que quemaran el dinero de la salida de Neymar como lo hicieron”, señala un asesor habitual de equipos de LaLiga Santander. Se refiere a incorporaciones de estrellas sobre el papel que no han rendido al nivel esperado y llegaron en cascada: Ousmane Dembelé, Philippe Coutinho, Antoine Griezmann.
Estos tres nombres son claves para entender por qué las amortizaciones de derechos sobre futbolistas pasaron de una media de 60 millones entre 2011 y 2017, a más que doblarse a partir de ese verano, en el que el Paris Saint-Germain (PSG) firmó el fichaje más caro de la historia tras abonar los 222 millones de euros de la cláusula de rescisión del astro brasileño.
El Barça aún tiene que imputarse como coste 597 millones de euros en fichajes, el grueso concentrado en 2020-2021 y 2021-2022
Con tal de suplir ese vacío, deportivo y comercial, el Barça salió al mercado con el problema de que todos sabían que tenía mucho dinero en efectivo y que el techo marcado por Neymar también establecía un nuevo mínimo por estrellas mundiales. Así es como las amortizaciones se doblaron de un año para otro, hasta 118,7 millones en 2017-2018, y empezaron a subir gradualmente, hasta 174 millones en 2019-2020.
El problema para la dirección es que este año debía producirse una reducción progresiva de esta partida de gasto, pero trueques como el de Pjanic por Arthur y fichajes de jóvenes promesas en el invierno de 2020 harán que finalmente en 2020-2021 se bata el récord de costes asociados a los fichajes, con 186,3 millones de euros, mientras que en 2021-2022 serán 177,5 millones, en 2022-2023 otros 130,7 millones y aún quedarán 102 millones más en adelante.
“Es un peligro; han traspasado gastos a futuro con permutas de futbolistas para ir salvando cada temporada; lo hicieron con Neto-Cillessen primero y ahora con Pjanic y Arthur”, critican casi sin fisuras en todas las candidaturas a la presidencia, que saben que deberán lidiar con esta cuestión.
Pero, ¿a qué se refieren? La explicación es muy sencilla. Al tratarse de intercambios, el Barça logra un impacto positivo en las cuentas del ejercicio inmediato porque se apunta la venta menos el valor residual del futbolista que quede en balance, mientras que el coste de la pieza de repuesto se periodifica en al menos tres temporadas.
La factura de 596,7 millones de euros en amortizaciones aún puede acabar siendo más alta, pues las cuentas de 2019-2020 recogen la existencia de pagos adicionales a clubes por 129 millones de euros en función de objetivos; es el doble de la contingencia que existía al cierre de 2018-2019.
Un ejemplo claro es el de Pedri, que llegó por 6 millones de euros de la UD Las Palmas, que en variables podría cobrar otros 16 millones. O Dembelé, que costo 105 millones, a los que se añadían 20 millones más si alcanza los 100 partidos oficiales y 20 millones más según rendimiento en Champions League.
Esta situación hace que un tercio de la masa salarial del Barça en 2020-2021 corresponda a fichajes y no a salarios, después de que los jugadores hayan aceptado diferir el cobro de 172 millones de euros en un periodo de cuatro años. Una cuestión que, a su vez, resta margen de maniobra en los despachos del Camp Nou a la hora de ir adecuando los gastos a la realidad de los ingresos.
La facturación total en 2020-2021 retrocederá a 827,6 millones si se cumplen todas las hipótesis, que no son pocas: venta del 49% de Barça Corporate por 100 millones y reapertura de los estadios como para generar 56 millones de euros antes de junio. Si no, siempre quedará la opción de poner a un jugador más en el escaparate.