El FC Barcelona se encuentra en Las Vegas, ciudad por excelencia del juego y las apuestas, como la que hoy ha lanzado la junta de Joan Laporta al oficializar la venta de un 15% adicional de los derechos de televisión del club durante los próximos 25 años. En total, Sixth Street pagará un total de 519 millones de euros a la entidad blaugrana, a cambio de un 25% de lo que le corresponda por las retransmisiones de LaLiga. Es decir, unos 41 millones de euros anuales que, de mantenerse estable el valor, se traduciría en 1.025 millones de euros durante todo el periodo. Un dinero que el club destinará mayoritariamente a fichajes, con la convicción de que eso atraerá más ingresos y se podrán compensar ampliamente los costes de la operación.
Eso siempre y cuando se hayan respetado las mismas cifras, algo que tendría todo el sentido pues nada ha cambiado sobre las perspectivas del negocio de LaLiga y se trata del mismo financiador, pero que oficialmente la junta no aclara en su comunicado. Previamente, se cedió un 10% por 207,5 millones de euros al mismo fondo. Fuentes próximas a la operación precisan que sí, que se ha mantenido la misma valoración tanto para determinar lo que paga el fondo, como la plusvalía contable que se aplica por la misma.
Pese a que la firma de inversión abona 519 millones de euros, el club ha decidido apuntarse unos ingresos extraordinarios de 667,5 millones. Siempre de acuerdo con el nuevo auditor tras romper con EY, ese apunte superior al ingreso real se debe a que se ha aplicado el valor futuro de estos derechos. Aquí existen diferencias entre auditores, pues el criterio habitual obligaría al club a que esa plusvalía no se anotara toda en las cuentas de 2021-2022 y 2022-2023, sino en importes idénticos a lo largo de los 25 años del acuerdo.
Entre las razones por las que se ha demorado la firma de esta venta adicional hay dos: una, que Sixth Street necesitaba buscar financiación adicional para acometer esta compra; la otra, que el Barça necesitaba negociar con Goldman Sachs una modificación del préstamo de 595 millones de euros que se firmó hace un año, pues la garantía de cobro eran precisamente los derechos de televisión. En este sentido, el banco de inversión se ha garantizado una amortización anticipada de 100 millones de ese crédito para autorizar la reducción de las garantías.
“Seguimos avanzando en nuestra estrategia y estamos encantados de haber completado este acuerdo adicional con Sixth Street que nos proporciona un aumento significativo de nuestra solidez financiera”, ha apuntado el presidente del Barça, Joan Laporta, tras la oficialización del acuerdo. “Esperamos tener un gran acuerdo de colaboración a largo plazo”, ha añadido.
Con estas dos operaciones en una, la junta actual ha conseguido dos objetivos. El primero es cerrar con beneficios el ejercicio 2021-2022, en el que había un agujero de 160 millones de euros al haberse incumplido los objetivos de rebaja salarial que se fijaron, así como la no venta de Barça Studios, la no entrada de 25 millones por nuevos patrocinios y un descenso de los ingresos recurrentes fruto de la eliminación temprana en Champions League y la lenta recuperación del turismo.
La venta de un 15% adicional se explica por una lógica puramente deportiva. Las plusvalías de esta operación permitirán acabar de recuperar la situación de patrimonio neto positivo, pero sobre todo eliminar las penalizaciones de LaLiga al límite salarial. A eso, como ya avanzó 2Playbook, ha ayudado la flexibilización de las normas de control económico, que ahora divide en cinco años el impacto de las pérdidas por la Covid en el techo de gasto.
La operación con Sixth Street llega después de que la junta de Laporta decidiera tirar atrás en el último momento la entente a la que había llegado con LaLiga y CVC. En virtud de esa alianza, el club entraba en LaLiga Impulso con las mismas condiciones que el resto de clubes, además de vender un 15% adicional a la firma de inversión por un periodo de tiempo inferior. En términos de costes, la que finalmente se ha firmado tiene un menor coste en términos absolutos, al ser una cesión por la mitad de tiempo.
“Nuestra flexibilidad y experiencia multiplataforma siguen siendo de valor para los equipos de gestión cuando buscan ejecutar iniciativas altamente estratégicas”, ha defendido Alan Waxman, cofundador y consejero delegado de Sixth Street. Algo que el club va a nececesitar en los próximos meses, en los que cuadrar el presupuesto con esa merma de 41 millones por televisión no será sencillo.
La flexibilidad de LaLiga que le beneficia este verano se traducirá en que al límite salarial que les corresponda al Barça se le restarán 74 millones de euros en los dos siguientes ejercicios (2023-2024 y 2024-2025) y 83,25 millones en los dos posteriores (2025-2026 y 2026-2027). Es decir, que, si al club le corresponden 600 millones de límite, lo autorizado por la gestora de la competición se situará entre 526 millones y 517 millones de euros durante los próximos cuatro años, respectivamente, según las estimaciones realizadas por este medio.
Pero alcanzar ese límite salarial de más de 600 millones de saque no es realista a corto plazo, pues ese margen para nóminas deportivas y amortizaciones sólo se le concedió en 2018-2019, cuando la cifra de negocio alcanzó su récord con 836,3 millones de euros y se obtuvieron plusvalías por traspasos de más de 100 millones. Un escenario imposible de plantear a corto plazo, con las líneas de negocio recurrentes aun recuperándose de la pandemia y un mercado de fichajes en el que los precios se han desinflado.
De ahí que desde el club se haya insistido en la necesidad de cerrar la venta de al menos un jugador importante, con Frenkie De Jong en el punto de mira al ser quien mayor cotización de mercado tiene y quien más masa salarial liberaría con un solo movimiento. Y también la aceleración de la venta de Barça Studios, con el que se querían conseguir al menos 50 millones de euros por el 49,9% del capital, si bien Laporta ha deslizado que incluyendo nuevos derechos digitales podrían conseguirse hasta 200 millones.
