El FC Barcelona consigue por fin los permisos necesarios para que las grúas puedan entrar en el Camp Nou. El gobierno municipal ha aprobado hoy la licencia necesaria para que puedan arrancar las obras, que lo harán a partir del mes de junio. Eso sí, cambios en el proyecto y el encarecimiento de las materias primas han obligado a recalendarizar la construcción, de modo que el estadio no estará listo para ser reinaugurado hasta 2026-2027. Eso sí, podría haber un retraso de uno o dos trimestres en la finalización de los trabajos. Entre tasa por la licencia y obras, el Barça deberá abonar algo más de seis millones de euros.
“Finalmente se materializa la transformación con la licencia que hemos aprobado hoy en comisión de gobierno”, ha celebrado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha comparecido junto al presidente blaugrana, Joan Laporta. “Será el espacio deportivo y de entretenimiento más grande, innovador y atractivo que se hace en el centro de una ciudad”, ha enfatizado el dirigente.
Lo que aún no se ha resuelto es la licencia de obras para el nuevo Palau Blaugrana y el resto de las instalaciones que forman parte del Espai Barça. Las partes no han aclarado cuándo se producirá ese hecho y su propio calendario de obras, si bien Laporta ha confiado en que todo el proyecto pueda estar listo para entonces.
Si bien en junio ya empezarán algunos trabajos, el club explica que la adjudicación de los mismos no será hasta finales de año. “Se prevén pujas durante este mes de julio y adjudicaciones no más tarde del mes de octubre”, explican.
El calendario de obras del estadio se centrará inicialmente en el primer y segundo anillo del estadio, así como mejoras tecnológicas (nuevas conexiones de telecomunicaciones y traslado del centro de datos, así como nueva sala de registros de infraestructuras de telecomunicaciones interno) y la urbanización del entorno. De este modo, en esta primera temporada de obras no habría afectaciones en cuanto a la capacidad del recinto en términos de asistencia, de modo que se minimizará el impacto en la recaudación del club por taquilla.
En 2023-2024 sí habrá una clara merma de ingresos, pues se producirá el traslado al Estadio Olímpico de Montjuïc, con capacidad para unas 60.000 personas, es decir, dos tercios del público que cabe en el Camp Nou. Ayuntamiento y club continúan negociando el precio del alquiler que deberá asumirse y que también dependerá de lo que aporte el Barça para su readecuación temporal y mejoras estructurales de las que la ciudad se pueda beneficiar a futuro.
Ese año se aprovecharía para acelerar los trabajos y demoler el tercer anillo para reconstruirlo e igualarlo, de modo que se amplíe el número de asientos y se asiente la cubierta. “Permitirá ganar tiempo ante la incertidumbre de precios actual”, señala la entidad deportiva en un comunicado, sobre el retraso de la demolición de esta parte de la grada al verano de 2023.
A partir de 2024-2025, ya con la actividad de nuevo en el estadio, se arrancaría con una capacidad del 50% y se iría recuperando el aforo progresivamente a medida que avancen los trabajos hasta su finalización en 2025-2026. En este periodo, Laporta ha anunciado que introducirán “procedimientos para que la asistencia de los socios sea rotatoria y no afecte sólo a los que tienen su asiento en zonas afectadas por las obras”.
El presidente también ha explicado que el inicio de las obras podrá financiarse gracias a Goldman Sachs, que ha ampliado de 90 millones a 180 millones de euros el préstamo puente que concedió hace ya más de un año. “La financiación va a buen ritmo, seguimos trabajando muy bien con Goldman Sachs y en mayo vienen los inversores; cada vez hay más interesados en entrar en pool de inversores”, ha explicado el presidente.
Si se consiguen respetar las condiciones iniciales que busca el Barça, la operación se pagará en 35 años, con una fecha límite de 2057 y un período de carencia de los primeros cinco años, en los que solo se pagarán los intereses, de entre un 3% y un 4%. A partir de 2025, con el estadio ya operativo, el plan del club es generar al menos 200 millones de euros de ingresos adicionales a través del Espai Barça, con los que se empezaría a devolver el principal de la deuda.