El Ayuntamiento de Milán quiere tener todo atado y bien atado antes de dar luz verde al Nuevo San Siro. El proyecto del nuevo estadio de Inter y AC Milan parecía estar encaminado hace pocas semanas, pero todo cambió cuando se conoció que Suning, el hólding chino propietario de los nerazzurri, estaba negociando con varios fondos estadounidense para vender hasta un 40% del club. Ahora, el consistorio se niega a aprobar el plan hasta que se conozca el desenlace de esta operación accionarial.
El plazo para poder aprobar la concesión del espacio público donde se construirá el estadio vencía el pasado viernes. El alcalde milanés Giuseppe Sala analizó el expediente y decidió que su junta de Gobierno no evaluará el proyecto, de varios años de obras y gran magnitud para la ciudad, sin saber si -el Inter- tendrá un nuevo interlocutor, avanza La Repubblica.
El proyecto milanés ya ha sufrido modificaciones, como la permanencia de una de las cuatro torres del estadio, una de las curvas y una tribuna de la estructura, que se mantendrán como símbolo del campo casi centenario -se inauguró en 1926- y que es de titularidad pública.
En su remodelación casi completa se invertirán 1.200 millones de euros. El Nuevo San Siro contará también con más tiendas, que pasarán de ocupar 90.000 metros cuadrados a 180.000 metros cuadrados de superficie. El objetivo de Inter y MIlan era inaugurar su nueva casa en 2024, una fecha que hoy queda en stand by.