Jon Uriarte aprueba su primer examen al frente del Athletic Club. El nuevo presidente rojiblanco ha logrado sacar adelante las cuentas de 2021-2022 y el presupuesto para 2022-2023, en el que destacan los 10,6 millones de euros de pérdidas en la última campaña, un déficit que se prevé reducir a la mitad, 5,9 millones, esta temporada.
El dirigente obtuvo el apoyo del 79% de los más de 700 compromisarios que acudieron a la asamblea general en lo referente a las últimas cuentas, y del 75% cuando se votó por el nuevo presupuesto.
“Han sido cuatros meses en los que no hemos tenido mucho margen para echar a andar nuestros planes, pero el respaldo que recibimos en junio se ha mantenido hasta el momento. Ahora, conociendo mejor el club desde dentro, empezaremos a rendir cuentas y a empezar a rodar nuestras iniciativas. En diciembre, tras seis meses de mandato, habrá mucho más material para poder evaluar nuestro desempeño”, ha asegurado Uriarte a su masa social.
Por su parte, Guillermo Ruíz-Longarte, tesorero de la nueva junta directiva, ha asegurado que “es posible equilibrar los gastos y los ingresos del Athletic y que desde ya se trabaja en sentar las bases para un desarrollo económico sostenible”.
El tesorero se refiere al “déficit recurrente de 15 millones, subiendo a una cantidad mayor de pérdidas que se mueve en una banda de entre 30 y 35 al sumar las amortizaciones de los jugadores” de la que habló ya cuando se presentaron las cuentas aprobadas este miércoles. Es decir, que los ingresos totales aún no son capaces de absorber los costes totales, especialmente los relacionados con la plantilla deportiva.
El agujero en las cuentas del Athletic sería aún mayor de no ser por el uso de las provisiones que se fueron ejecutando antes de la pandemia con los altos excedentes por traspasos de futbolistas hacia la Premier League. Ese colchón ha pasado de 122,6 millones en 2018-2019 a 60,9 millones al cierre del último ejercicio, y en 2022-2023 se usarán otros 27 millones. Con ello se han desinflado los resultados de la pandemia, cuyo impacto en el club –una entidad muy ligada a los abonos y al matchday– ha dejado unos números rojos acumulados de 56,9 millones entre 2020 y 2022.
La pandemia se comió 50 millones en ingresos
El uso de este cojín económico ha consumido una media de 20 millones anuales, y aún podría continuar utilizándose durante tres años más al mismo ritmo. Al menos, mientras no se dé el salto de ingresos que se quiere. Los ingresos de explotación, incluidos los traspasos, escalaron un 24% en 2021-2022, hasta 115,4 millones de euros, volviendo a romper la barrera de los 100 millones de facturación por competiciones, abonados, televisión y comercial.
Y eso que la entidad deportiva sostiene que la pandemia se ha comido 49,8 millones de euros en ingresos, repartidos entre 8,7 millones en 2019-2020, otros 37,7 millones en 2020-2021 y 3,5 millones más en 2021-2022. Pese a ello tampoco se ha querido tocar el bolsillo de los socios en exceso, subiendo las cuotas sólo un 1% y renunciando al derecho por estatutos de aplicar un alza equivalente al 50% de la inflación acumulada de los últimos cinco años.
Pese a esta situación de déficit crónico, Ruiz-Longarte defendió recientemente que el Athletic es “muy solvente, con una situación absolutamente saneada”, pese a reconocer esos “elementos de debilidad” que refleja la cuenta de resultados. De ahí que se haya implantado “un plan de gestión orientado a la contención radical de los gastos de explotación del club”, que también se ha alineado con una reducción de la inversión en fichajes.